Mariángela Urbina: “El feminismo me ayudó a entender que sí tengo una familia”
La serie “La wedding planner”, escrita y protagonizada por Urbina, que aborda temas como el matrimonio gay y el aborto, fue estrenada en Canal Capital. Su creadora habló sobre el proceso creativo y lo que su personaje le enseñó.
Andrea Jaramillo Caro
¿De dónde salió la idea para la serie “La wedding planner”?
Hace tiempo se me metió en la cabeza la pregunta: ¿cómo sería un Padres e hijos en estos tiempos? No sé por qué, seguramente vi algo en TikTok de la serie y me surgió la duda de cómo se desarrollaría, atravesada por todas las conversaciones que tenemos en internet sobre sexualidad, género y que retratara a las familias del presente, dando cuenta de la diversidad de estas. Esa idea se sintonizó con un proyecto que tiene la organización Puentes, que trabaja por la protección de los derechos humanos, y su plataforma de Familias Ahora, en la que llevan años investigando cómo son las familias en este momento y las conversaciones que llevan. La serie es una apuesta por reflejar la composición y preocupaciones actuales de las familias.
¿Cómo fue meterse en la piel de Eliana, el personaje que interpreta?
Ella tiene algo de mis amigas en sus 30, algo de mí también, y es una mujer que está intentando descubrir cómo vivir su adultez y que ha logrado hacer familia a su manera, solo que ella no lo sabe. Creo que ese es un reto que muchas mujeres adultas enfrentan y hemos cuestionado esas ideas de la familia normativa o del amor romántico, pero no conocemos bien nuestro camino. Fue un gusto enorme actuarla, porque retrata todas esas preguntas que me he hecho, y eso lo sentí desde que escribí el personaje. Actuar también era un sueño de infancia y decidí darme ese regalo.
¿Cómo ha atravesado esos cuestionamientos y conversaciones en torno a los temas que menciona?
Todavía estoy encontrando la respuesta a esta pregunta, es un proceso que está ocurriendo en este momento y no tengo toda la claridad. La forma en la que he navegado esto es leyendo a feministas y conversando mucho con mis amigas, preguntándonos si es realmente cierto que si no tenemos hijos, no tendremos quién nos cuide en la vejez. Estoy navegando esas preguntas y también dejándome sorprender. Lo que me gusta de esta generación de mujeres que me tocó habitar es que me puedo hacer las preguntas, mi mamá no tuvo esa oportunidad.
¿Cómo definiría la palabra “familia”?
Para mí es ese espacio de amor y cuidado a donde puedes llegar y dormir por horas sin miedo. Un lugar donde tienes amor, cuidado y una sensación de seguridad.
¿Cómo llegó a esta definición?
Llegué a ella reconciliándome con mi familia, porque soy la hija de un linaje de mujeres que ha repetido su historia. Mi bisabuela tuvo a mi abuela, ella tuvo a mi mamá y después llegué yo. Entre ellas tres me criaron, vivíamos las cuatro en una casa en Cúcuta hasta que me gradué del colegio y vine a estudiar en Bogotá. Las tres fueron madres solteras, y cuando veía la foto de lo que se supone que debía ser una familia, observaba que la mía no encajaba en esa imagen que me había vendido la publicidad y hasta un psicólogo que me dijo que mi familia era disfuncional porque no había hombres en ella. Creo que pasé un tiempo peleada con esa suerte, sintiendo que no tenía familia y, la forma en la que me reconcilié con eso, tuvo mucho que ver con el feminismo y con Las Igualadas. El feminismo me ayudó a entender que sí tengo una familia, porque tengo amor, cuidado y sigue siendo la casa de mi mamá el lugar en donde puedo llegar a dormir tranquila.
¿Cómo abordó los temas de la serie desde la comedia?
Creo que el humor es la mejor herramienta pedagógica, he aprendido mucho mientras me hacen reír y quería intentarlo, el resultado fue esta serie que tiene un objetivo: acompañar a la gente a que pase un buen rato, pero a la larga ojalá dejar unos mensajes que ayuden a las familias a vivir mejor y más felices.
¿Qué le enseñó su personaje?
Me enseñó a fallar en paz. Eliana es un personaje desastroso al que se le cae todo, las cosas le salen mal... Pero se equivoca y aprende constantemente de sus errores, sobre todo aprende a no darse palo. Eliana me ha enseñado a quererme siendo imperfecta.
¿Cómo cree que una serie como esta puede ayudar a que los colombianos empecemos a abordar temas considerados tabú?
Creo que se puede lograr desde el reflejo. Para mí ha sido una gran herramienta de aprendizaje, el reflejo de otras personas, lo que va pasando en la vida de mis amigas, lo que va aprendiendo mi mamá, en ese efecto espejo de los demás aprendo. Los personajes de la serie están muy inspirados en personas de carne y hueso que tienen esos retos familiares, con los que la audiencia se puede identificar. Me gustaría que ese reflejo sirviera para aprender, porque nada como ver a los otros equivocarse para uno tomar nota.
¿Quién sería un reflejo o inspiración para usted?
Tengo muchos, pero me inspiran mucho las mujeres que están creando historias en la industria del cine y la televisión, como Leticia Dolera en España o Phoebe Waller-Bridge. En Colombia, diría que mi amiga Estefanía Piñeres. Me inspiran las mujeres que están contando sus vidas y las de otras en la pantalla.
¿De dónde salió la idea para la serie “La wedding planner”?
Hace tiempo se me metió en la cabeza la pregunta: ¿cómo sería un Padres e hijos en estos tiempos? No sé por qué, seguramente vi algo en TikTok de la serie y me surgió la duda de cómo se desarrollaría, atravesada por todas las conversaciones que tenemos en internet sobre sexualidad, género y que retratara a las familias del presente, dando cuenta de la diversidad de estas. Esa idea se sintonizó con un proyecto que tiene la organización Puentes, que trabaja por la protección de los derechos humanos, y su plataforma de Familias Ahora, en la que llevan años investigando cómo son las familias en este momento y las conversaciones que llevan. La serie es una apuesta por reflejar la composición y preocupaciones actuales de las familias.
¿Cómo fue meterse en la piel de Eliana, el personaje que interpreta?
Ella tiene algo de mis amigas en sus 30, algo de mí también, y es una mujer que está intentando descubrir cómo vivir su adultez y que ha logrado hacer familia a su manera, solo que ella no lo sabe. Creo que ese es un reto que muchas mujeres adultas enfrentan y hemos cuestionado esas ideas de la familia normativa o del amor romántico, pero no conocemos bien nuestro camino. Fue un gusto enorme actuarla, porque retrata todas esas preguntas que me he hecho, y eso lo sentí desde que escribí el personaje. Actuar también era un sueño de infancia y decidí darme ese regalo.
¿Cómo ha atravesado esos cuestionamientos y conversaciones en torno a los temas que menciona?
Todavía estoy encontrando la respuesta a esta pregunta, es un proceso que está ocurriendo en este momento y no tengo toda la claridad. La forma en la que he navegado esto es leyendo a feministas y conversando mucho con mis amigas, preguntándonos si es realmente cierto que si no tenemos hijos, no tendremos quién nos cuide en la vejez. Estoy navegando esas preguntas y también dejándome sorprender. Lo que me gusta de esta generación de mujeres que me tocó habitar es que me puedo hacer las preguntas, mi mamá no tuvo esa oportunidad.
¿Cómo definiría la palabra “familia”?
Para mí es ese espacio de amor y cuidado a donde puedes llegar y dormir por horas sin miedo. Un lugar donde tienes amor, cuidado y una sensación de seguridad.
¿Cómo llegó a esta definición?
Llegué a ella reconciliándome con mi familia, porque soy la hija de un linaje de mujeres que ha repetido su historia. Mi bisabuela tuvo a mi abuela, ella tuvo a mi mamá y después llegué yo. Entre ellas tres me criaron, vivíamos las cuatro en una casa en Cúcuta hasta que me gradué del colegio y vine a estudiar en Bogotá. Las tres fueron madres solteras, y cuando veía la foto de lo que se supone que debía ser una familia, observaba que la mía no encajaba en esa imagen que me había vendido la publicidad y hasta un psicólogo que me dijo que mi familia era disfuncional porque no había hombres en ella. Creo que pasé un tiempo peleada con esa suerte, sintiendo que no tenía familia y, la forma en la que me reconcilié con eso, tuvo mucho que ver con el feminismo y con Las Igualadas. El feminismo me ayudó a entender que sí tengo una familia, porque tengo amor, cuidado y sigue siendo la casa de mi mamá el lugar en donde puedo llegar a dormir tranquila.
¿Cómo abordó los temas de la serie desde la comedia?
Creo que el humor es la mejor herramienta pedagógica, he aprendido mucho mientras me hacen reír y quería intentarlo, el resultado fue esta serie que tiene un objetivo: acompañar a la gente a que pase un buen rato, pero a la larga ojalá dejar unos mensajes que ayuden a las familias a vivir mejor y más felices.
¿Qué le enseñó su personaje?
Me enseñó a fallar en paz. Eliana es un personaje desastroso al que se le cae todo, las cosas le salen mal... Pero se equivoca y aprende constantemente de sus errores, sobre todo aprende a no darse palo. Eliana me ha enseñado a quererme siendo imperfecta.
¿Cómo cree que una serie como esta puede ayudar a que los colombianos empecemos a abordar temas considerados tabú?
Creo que se puede lograr desde el reflejo. Para mí ha sido una gran herramienta de aprendizaje, el reflejo de otras personas, lo que va pasando en la vida de mis amigas, lo que va aprendiendo mi mamá, en ese efecto espejo de los demás aprendo. Los personajes de la serie están muy inspirados en personas de carne y hueso que tienen esos retos familiares, con los que la audiencia se puede identificar. Me gustaría que ese reflejo sirviera para aprender, porque nada como ver a los otros equivocarse para uno tomar nota.
¿Quién sería un reflejo o inspiración para usted?
Tengo muchos, pero me inspiran mucho las mujeres que están creando historias en la industria del cine y la televisión, como Leticia Dolera en España o Phoebe Waller-Bridge. En Colombia, diría que mi amiga Estefanía Piñeres. Me inspiran las mujeres que están contando sus vidas y las de otras en la pantalla.