Roberto Palacio es también ensayista. Por más de dos décadas se dedicó a la filosofía del lenguaje en la Universidad de los Andes, antes de ser divulgador filosófico a través de su organización Seminarios La Vida Examinada. En este libro advierte: “No hay felicidad sin un grado de angustia. Algo bueno ha de venir con nuestra ansiedad”.
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Conocí a Roberto Palacio hace más de 20 años, cuando yo todavía estudiaba en la Universidad y él era profesor de la misma en la facultad de Filosofía. Si bien nunca me dio clase, empezamos a charlar bastante, sobre todo en los cocteles que organizaba la facultad en los que nos aprovisionábamos de pasabocas y algunos —a veces, bastantes— vinos, y sí, también asistíamos a las conferencias que se hacían de vez en cuando. Desde esos tiempos, noté en Roberto una mirada crítica, pero a la vez divertida, sobre el mundo en general, con sus rituales,...