En “Yo, Gustave Flaubert…” hay que resaltar el valor interior de dos corazones que se atreven a irrumpir en el círculo cultural y existencial del otro. De ahí que un tercer corazón, el del lector omnisciente, entre a formar un “ménage à trois” epistolar, aun cuando Carolina Tovar Merizalde no haya podido ver al novelista más que descendiendo por el río onírico de un sueño nocturno donde lo idealiza.
Foto: Cortesía: Sílaba Editores
“¿No significan las “cartas entreabiertas” una renovación de la fe en la razón y en las razones?”.
Julián Marías
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Yo, Gustave Flaubert… (2021) es uno de los libros más sensibles que conozco, y quizás una de las correspondencias más íntimas que haya leído con avidez. El reciente título, publicado por Sílaba Editores (Medellín) en 158 páginas, es toda una novedad por cuanto Ricardo Cano Gaviria, traductor y experto en clásicos franceses, nos ha recreado un epistolario sincero, altivo, tierno, lleno de sospechas y confidencias, y...