El gran momento de Carla Melo Gambert
La única cineasta colombiana en el Festival de Cannes 2023, presentó La perra en la Short Film Competition, convirtiéndose en la primera directora de animación nacional seleccionada en el certamen que se celebra en la Riviera francesa.
Janina Pérez Arias
Apenas faltaban un par de horas para la gala de clausura de la 76° edición del Festival de Cannes, cuando Carla Melo Gambert, vestida para la ocasión, acudió al Palais des Festival, junto a los otros 10 cineastas que compitieron por de la Palma de Oro, máximo galardón de la Short Film Competition.
Si bien la bogotana fue una más de los realizadores provenientes de diferentes países, también fue la única cineasta que figuró este año en las diferentes secciones o selecciones paralelas de una de las citas cinematográficas más importantes del mundo, y lo hizo con La perra en la mencionada competición. Sentó un precedente al convertirse, además, en la primera directora de animación colombiana seleccionada en el Festival de Cannes.
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“Es muy emocionante”, comentó antes de la premiación después de días intensos de encuentros y actividades diversas que cumplieron los cineastas invitados, “obviamente tengo un poquito de susto y presión, pero estar acá es increíble. Mi aspiración nunca fue competir por la Palma de Oro porque primero fue llegar aquí, y eso es mucho”.
La perra es un cortometraje colombo francés de animación de 14 minutos, desprovisto de diálogos, pero que usa sonidos, imágenes y personajes particulares, para narrar desde el caos de las emociones, el desarrollo de una niña hasta convertirse en mujer, y en ese tránsito doloroso, confuso, emocional, hay una fiel acompañante.
“Este corto viene de una historia personal, es muy íntimo”, dijo Melo, que se remitió a la génesis de La perra y reflexionó, “pero creo que hay algo críptico en las relaciones entre madre e hija y en las mujeres, y aunque es muy personal, también es universal porque igual en ese crecimiento, en esa relación con una madre, en ese desarrollo del cuerpo es donde está la vida: cómo vas a vivir como mujer en el mundo”.
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Melo relató la vivencia única de haber visto por primera vez el corto en pantalla grande y con público, el pasado 26 de mayo, a las 11 de la mañana, en Cannes. “Estaba muy nerviosa y ver los dibujos tan chiquitos que estuvimos creando con el equipo, de repente tan gigantes, es emocionante”, agregó.
Pero también comentó que, por primera vez, se convirtió en una espectadora más de su trabajo. “Eso es muy lindo porque es el momento en el que el corto ya no hace parte de mí, sino que tiene una vida propia, va a interpelar otros universos de la gente que lo verá”.
Después de las dos proyecciones que tuvo la película, la directora contó que se le acercó mucha gente muy conmovida. “Una persona me dijo que le había dado un regalo de emociones y que le conectó mucho con su perro, mientras otra me comentó que se conectó más con la relación madre e hija. Es muy lindo escuchar cosas así, esas reacciones hacen que, como directora, me diga que algo se logró, que a alguien le moví una fibra de su interior”.
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A la joven artista formada en Artes Visuales y Cine, la realización de La perra, que es además su tercer cortometraje, le tomó dos años y ocho meses: “desde el día que escribí el guion hasta las últimas finalizaciones, pasó aproximadamente un año. Fueron meses muy intensos y un proceso muy largo”, describió. Reveló, además, que no estudió animación formalmente, pero se alegró de haber llegado hasta ella desde otros lugares.
Abrumada con todas las vivencias en el Festival de Cannes, adonde la acompañaron una parte de sus productores (Franco Lolli, por la parte colombiana, Julie Billy por la parte francesa) y su montajista Juan Sebastián Quebrada, dijo sentirse arropada por ellos, pero que no pudo evitar echar de menos al equipo de animadores, en especial a Andrea Muñoz, “que fue quien me acompañó de principio a fin”.
“Todos están en Colombia y es costoso venir hasta acá”, comentó, “además, los festivales solo invitan a actores, directores y productores, y en mi animación hay actores dibujados, entonces no se pudo”.
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La buena hora de la animación
La perra le ha dado grandes satisfacciones a Carla Melo Gambert, además de los días en el Festival de Cannes, entendió que no solo representa un logro profesional, sino también su entrada a la madurez.
“El corto habla mucho sobre la mujer y yo siento que fue un gran paso para entender algo más sobre nosotras, sobre cómo nos miramos, que antes no era consciente por más de que yo haya escrito un guion y haya dicho, voy a hacer una animación sobre esto”, afirmó, “solo viéndolo a través de los ojos de las otras personas, digo ‘ah, ya me entiendo, entiendo una idea que tenía, entiendo lo que queríamos mostrar sobre la mujer y entiendo cuando, en mi adolescencia, me miré con culpa y me juzgué’”.
A Melo se le agolparon las emociones. El día de la clausura del festival, cuando se realizó esta entrevista, tuvo los nervios a flor de piel: La perra tuvo muy buena cogida y se habló del corto como un fuerte contendiente. Pese a esto, horas más tarde se dio a conocer que la Palma de Oro se la llevó la húngara Flora Ana Buda por 27.
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Formar parte de esta selección, además en un año con seis directoras de 11 realizadores en total, fue de gran importancia para Melo. “Me alegra mucho por la animación, por la animación latinoamericana y por la animación colombiana”, afirmó. “La animación siempre estuvo al lado del cine [de acción real], nunca tuvo un espacio tan importante como debería tenerlo en estos festivales gigantes, y creo que también pasa así con la mujer, que siempre está al lado de alguien o algo”.
Melo es consciente del lugar que ocupa el cine latinoamericano en grandes festivales de cine como el de Cannes, y al que se termina mirando también de otra manera, esperando de él ciertas formas y temas. De allí la importancia que tuvo el hecho de que “una animación hecha por una mujer colombiana compitiera con cortos de acción real entre hombres”, acotó. También representó la oportunidad de poner el foco en las realizadoras colombianas, “porque es muy poderoso todo lo que se viene y lo que ha sido el cine colombiano de mujeres, pero tal vez no se haya visto tanto porque no se abren espacios para ellas”.
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Su futuro lo sigue viendo en la animación. Adelantó que, actualmente, está escribiendo su próximo corto y que trabajará con los mismos productores. La perra seguirá con sus andanzas por todo lo alto, con un largo y agitado recorrido, el cual continuará en junio en el Festival de Annecy, uno de certámenes de cine de animación más importantes y grandes del mundo.
Apenas faltaban un par de horas para la gala de clausura de la 76° edición del Festival de Cannes, cuando Carla Melo Gambert, vestida para la ocasión, acudió al Palais des Festival, junto a los otros 10 cineastas que compitieron por de la Palma de Oro, máximo galardón de la Short Film Competition.
Si bien la bogotana fue una más de los realizadores provenientes de diferentes países, también fue la única cineasta que figuró este año en las diferentes secciones o selecciones paralelas de una de las citas cinematográficas más importantes del mundo, y lo hizo con La perra en la mencionada competición. Sentó un precedente al convertirse, además, en la primera directora de animación colombiana seleccionada en el Festival de Cannes.
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“Es muy emocionante”, comentó antes de la premiación después de días intensos de encuentros y actividades diversas que cumplieron los cineastas invitados, “obviamente tengo un poquito de susto y presión, pero estar acá es increíble. Mi aspiración nunca fue competir por la Palma de Oro porque primero fue llegar aquí, y eso es mucho”.
La perra es un cortometraje colombo francés de animación de 14 minutos, desprovisto de diálogos, pero que usa sonidos, imágenes y personajes particulares, para narrar desde el caos de las emociones, el desarrollo de una niña hasta convertirse en mujer, y en ese tránsito doloroso, confuso, emocional, hay una fiel acompañante.
“Este corto viene de una historia personal, es muy íntimo”, dijo Melo, que se remitió a la génesis de La perra y reflexionó, “pero creo que hay algo críptico en las relaciones entre madre e hija y en las mujeres, y aunque es muy personal, también es universal porque igual en ese crecimiento, en esa relación con una madre, en ese desarrollo del cuerpo es donde está la vida: cómo vas a vivir como mujer en el mundo”.
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Melo relató la vivencia única de haber visto por primera vez el corto en pantalla grande y con público, el pasado 26 de mayo, a las 11 de la mañana, en Cannes. “Estaba muy nerviosa y ver los dibujos tan chiquitos que estuvimos creando con el equipo, de repente tan gigantes, es emocionante”, agregó.
Pero también comentó que, por primera vez, se convirtió en una espectadora más de su trabajo. “Eso es muy lindo porque es el momento en el que el corto ya no hace parte de mí, sino que tiene una vida propia, va a interpelar otros universos de la gente que lo verá”.
Después de las dos proyecciones que tuvo la película, la directora contó que se le acercó mucha gente muy conmovida. “Una persona me dijo que le había dado un regalo de emociones y que le conectó mucho con su perro, mientras otra me comentó que se conectó más con la relación madre e hija. Es muy lindo escuchar cosas así, esas reacciones hacen que, como directora, me diga que algo se logró, que a alguien le moví una fibra de su interior”.
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A la joven artista formada en Artes Visuales y Cine, la realización de La perra, que es además su tercer cortometraje, le tomó dos años y ocho meses: “desde el día que escribí el guion hasta las últimas finalizaciones, pasó aproximadamente un año. Fueron meses muy intensos y un proceso muy largo”, describió. Reveló, además, que no estudió animación formalmente, pero se alegró de haber llegado hasta ella desde otros lugares.
Abrumada con todas las vivencias en el Festival de Cannes, adonde la acompañaron una parte de sus productores (Franco Lolli, por la parte colombiana, Julie Billy por la parte francesa) y su montajista Juan Sebastián Quebrada, dijo sentirse arropada por ellos, pero que no pudo evitar echar de menos al equipo de animadores, en especial a Andrea Muñoz, “que fue quien me acompañó de principio a fin”.
“Todos están en Colombia y es costoso venir hasta acá”, comentó, “además, los festivales solo invitan a actores, directores y productores, y en mi animación hay actores dibujados, entonces no se pudo”.
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La buena hora de la animación
La perra le ha dado grandes satisfacciones a Carla Melo Gambert, además de los días en el Festival de Cannes, entendió que no solo representa un logro profesional, sino también su entrada a la madurez.
“El corto habla mucho sobre la mujer y yo siento que fue un gran paso para entender algo más sobre nosotras, sobre cómo nos miramos, que antes no era consciente por más de que yo haya escrito un guion y haya dicho, voy a hacer una animación sobre esto”, afirmó, “solo viéndolo a través de los ojos de las otras personas, digo ‘ah, ya me entiendo, entiendo una idea que tenía, entiendo lo que queríamos mostrar sobre la mujer y entiendo cuando, en mi adolescencia, me miré con culpa y me juzgué’”.
A Melo se le agolparon las emociones. El día de la clausura del festival, cuando se realizó esta entrevista, tuvo los nervios a flor de piel: La perra tuvo muy buena cogida y se habló del corto como un fuerte contendiente. Pese a esto, horas más tarde se dio a conocer que la Palma de Oro se la llevó la húngara Flora Ana Buda por 27.
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Formar parte de esta selección, además en un año con seis directoras de 11 realizadores en total, fue de gran importancia para Melo. “Me alegra mucho por la animación, por la animación latinoamericana y por la animación colombiana”, afirmó. “La animación siempre estuvo al lado del cine [de acción real], nunca tuvo un espacio tan importante como debería tenerlo en estos festivales gigantes, y creo que también pasa así con la mujer, que siempre está al lado de alguien o algo”.
Melo es consciente del lugar que ocupa el cine latinoamericano en grandes festivales de cine como el de Cannes, y al que se termina mirando también de otra manera, esperando de él ciertas formas y temas. De allí la importancia que tuvo el hecho de que “una animación hecha por una mujer colombiana compitiera con cortos de acción real entre hombres”, acotó. También representó la oportunidad de poner el foco en las realizadoras colombianas, “porque es muy poderoso todo lo que se viene y lo que ha sido el cine colombiano de mujeres, pero tal vez no se haya visto tanto porque no se abren espacios para ellas”.
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