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¿Cómo nació Topara?
La marca surgió del mismo grupo que fundó Totto, que se llama Malsani. Durante la pandemia enfrentamos dificultades al cerrarse colegios y viajes, sectores en los que estábamos enfocados. Con la llegada de la segunda generación al negocio empezamos a explorar nuevas ideas y descubrimos que las grandes marcas de moda suelen ser conglomerados. Esto nos inspiró a lanzar una marca “outdoor”, alineada con la pasión de nuestra familia por los deportes al aire libre. Vimos una gran oportunidad en Latinoamérica, donde predominan las marcas extranjeras. Nuestra región, con su diversidad de climas y paisajes, ofrece un gran potencial.
¿De dónde proviene el nombre?
Mi papá siempre cuenta que, al lanzar Totto, le dieron un consejo muy valioso: el nombre debe ser pronunciable en muchos idiomas. Con esa premisa buscamos un nombre simple y fácil de pronunciar, pero también que fuera latino y representara algo de nuestra identidad. Empezamos la búsqueda de nombres, culturas, regiones y montañas de nuestra región. Fue entonces cuando descubrimos el nombre Topara, que corresponde a una cultura precolombina de los Andes, especializada en textiles. Nos gustó mucho, ya que el nombre refleja la esencia de la aventura. En la montaña siempre buscamos toparnos con algo: una cima, una vista, lo inesperado. No hay mejor sensación para un senderista que, al estar a unos pasos de la meta, poder ver la cumbre. Pero al llegar la recompensa es ver el otro lado.
¿Cómo se siente al saber que su marca pertenece a un grupo que ha logrado ser exitoso? ¿Siente eso como una carga que lleva sobre sus hombros?
El sentimiento que tengo es de admiración y respeto por los emprendedores que inician desde cero. Tuve la bendición de contar con el respaldo de una gran compañía. Todos los días me preguntaba: ¿cómo hace un emprendedor para lograr esto solo? Porque es mucho trabajo y requiere mucho conocimiento. Cuando uno piensa en crear una marca de ropa no se imagina todo lo que hay detrás, ni la cantidad de personas involucradas. Para mí esa experiencia fue sobre todo entender la magnitud del proyecto al que nos estábamos enfrentando, y estoy muy agradecido con los equipos que nos apoyaron. No sé si lo que siento es miedo, porque antes de lanzar al mercado uno tiene todo el control, pero ya después todo queda en manos del consumidor, y no sabes si lo aceptará. En el último mes, por ejemplo, pasé por altibajos. Justo en el evento de hace unas semanas temí que nadie fuera a llegar, y al final llegó mucha gente. Siempre estás tratando de entender si el consumidor está aceptando el producto.
Y como hijo, ¿cómo se siente de saber que viene de una familia de empresarios destacados? ¿Es una motivación o una presión?
Honestamente, trato de no pensarlo demasiado, porque al final es un gran reto. Como dije en el evento, esta marca está construida sobre los hombros de gigantes: la compañía y mi papá, que nos llevaron a lo que somos hoy. Mi papá es un gran líder, y lo más especial que tiene con nosotros, sus hijos, es que nos deja ser. Confía mucho en nosotros, nos da oportunidades y nos permite volar. Para mí trabajar con él ha sido un placer, porque sé que tengo al mejor aliado, el mejor coach y la mejor persona a mi lado guiándome en el camino. Llenar sus zapatos es algo que trato de ver de otra manera y creo que no hay forma de hacerlo, pero lo que él nos inspira es un chip emprendedor. Desde que llegué a Toto en 2015, siempre he buscado cosas nuevas, buscando no solo mantener lo que ya está construido, sino también agregar valor.
Hablemos de uno de los elementos que se han destacado de la marca: la sostenibilidad. En el discurso suena bien, pero cómo se logra en la práctica.
La sostenibilidad está en las raíces de nuestra compañía, ya que lo más importante de una empresa es su gente. Al entender esto, nos damos cuenta de que lo primero es la comunidad que creamos a nuestro alrededor, aportando a las personas, a sus colaboradores, ayudándoles a educar a sus hijos y a construir sus hogares. Eso nos obliga a pensar e inspirar a cuidar el planeta. ¿Cómo lo queremos hacer nosotros? Primero, sentimos que tenemos una gran ventaja en la economía circular: contamos con un taller de reparaciones y garantías, y una fábrica que nos permite extender el uso de las prendas; utilizando productos de buena calidad. No queremos que una prenda sea algo de moda que se use dos meses y luego se deseche; queremos que tenga un uso prolongado, casi de por vida. Otro aspecto importante y una gran oportunidad es promover el ecoturismo en nuestra región. Me encantaría que dentro de 10 años pudiéramos decir que tenemos alianzas con diversas regiones, comunidades y grupos hoteleros para fomentar el acceso a las zonas más hermosas del país.
¿Cómo lograr esa alianza con las comunidades si hay una resistencia por los antecedentes extractivistas y que han instrumentalizado sus saberes o sus prácticas?
Hace unos ocho años, con Totto, nos acercamos a las comunidades wayuus, en La Guajira, para crear productos que combinaran sus textiles tradicionales con los nuestros. Sin embargo, los mayores desafíos fueron las relaciones. Entendimos que no podíamos hacerlo solos y necesitábamos un intermediario experto para conectar con ellos de manera efectiva. Es fundamental ganar su respeto, lo cual lleva tiempo, y cumplir nuestra palabra. En nuestra compañía el principio de integridad nos guía, buscando siempre que la relación sea beneficioso para ambas partes. Sabemos que necesitaremos aliados para lograr algo duradero, pero estamos comprometidos con este proceso. Empezamos con una comunidad y esperamos que, en 20 años, podamos ver un gran impacto positivo.
Comienza este proyecto con 25 años, ¿qué cosas le ha aportado su juventud en este camino empresarial?
Creo que el reto de la juventud es combinar dos cosas: la innovación y la rebeldía con la tradición. Hoy en día muchos jóvenes se enfocan solo en la innovación, olvidando lo que nos ha llevado hasta aquí. Al final, no tiene sentido derribar un edificio hermoso para construir uno nuevo, porque a veces lo mejor es añadir algo más. La juventud me impulsa a crear, a trabajar duro, pero también me hace reflexionar sobre lo que ya se ha aprendido. Esa combinación ha sido clave para crear esta marca y seguir construyendo sobre Nalsani, aprovechando lo mejor de ambos mundos.