La sede norte del Instituto Caro y Cuervo está ubicada en el fragmento de una de las más tradicionales haciendas sabaneras de los siglos XVIII y XIX, La hacienda Yerbabuena.
Foto: Mauricio Alvarado
En 1942 se creó el Instituto Caro y Cuervo (ICC). Fue llamado de esta forma para honrar el legado de Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo Urisarri, humanistas y filólogos colombianos. Desde entonces, esta entidad se ha dedicado a proteger y promover el patrimonio lingüístico del país a través de la formación y la investigación.
Su historia y su trabajo de más de ocho décadas han hecho del ICC un emblema, que se erige como un símbolo de orgullo y prestigio en los círculos académicos nacionales e internacionales. Sin embargo, la realidad del...
Por Samuel Sosa Velandia
Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com