“El mar ofrece oportunidades, pero Colombia no lo ha valorado”: Luis Alfonso Escobar
El gobernador de Nariño, el destino nacional invitado de honor de la Vitrina Turística de Anato, que comenzó este 28 de febrero en Corferias, habló sobre los lugares de este departamento que se han convertido en un atractivo turístico, pero que antes fueron los espacios en los que se gestaron su vida y sus anhelos.
Samuel Sosa Velandia
¿Qué se podrá apreciar de Nariño en Anato?
Nariño, como destino nacional invitado a esta edición de Anato, viene con toda su oferta turística, que está dividida en 15 rutas que tenemos en todo el departamento. Exaltaremos la belleza de nuestra región, que es una expresión de la biodiversidad, un escenario paisajístico y cultural, y el lugar en el que se encuentra toda la variedad de turismo que puede ofrecer el país al mundo. Por eso describo a Nariño como una zona de cinco mundos, los que vamos a explicarles a todos los visitantes en un estand en el que estarán más de 66 operadores, quienes han sido los responsables de construir la oferta turística.
Le sugerimos leer: El pecio del galeón San José y los reclamos de la nación Qhara Qhara.
¿Cuáles son esos cinco mundos a los que se refiere?
El primero es el marino, que tiene una gran extensión, lo que significa que allí hay un universo sin explorar, pero que puede ser apto para la ejecución de la economía azul: el desarrollo de puertos, del oficio pesquero y actividades turísticas, como el avistamiento de ballenas, la pesca deportiva y la navegación. El segundo es el litoral Pacífico, en donde crecen los manglares más altos del globo, que tienen la mayor capacidad de absorción de CO₂ (dióxido de carbono). Asimismo, en este lugar viven cerca de 400 mil personas afrodescendientes en territorios colectivos que han conservado por décadas. El tercero es el Chocó biogeográfico, que viene desde Panamá hasta Ecuador, donde está la densidad de biodiversidad y de aves más alta del planeta. El cuarto es la zona Andina, donde tenemos la cintura de América, la zona más estrecha de la cordillera que permite el paso de la Orinoquia o de Brasil hacia el Pacífico, en donde también hay producción de agua en el macizo colombiano. Y por último está el mundo amazónico, en el que encontramos el río Guamuez, que nace en la laguna de La Cocha, el inicio del Amazonas.
Y de esos mundos, ¿cuál es su favorito?
Nací en Tumaco y soy hombre de mar y de litoral. El mundo marino lo aprendí a conocer nadando y canaleteando desde que tenía cinco años. Descubrí la belleza que hay en él y me apropié de ese paisaje de la playa. Pero también soy del litoral Pacífico, donde están los manglares. Nadie debe morirse sin ver la espectacularidad de recorrer Mariano o Punto Frío, que son lugares donde crecen estos árboles, de los que en Colombia no tenemos conciencia.
¿Qué representa el mar para usted?
El mar tiene un sinfín de oportunidades, pero Colombia no lo ha tenido en cuenta. Somos un país que solo ha mirado su desarrollo hacia el centro o por la cordillera y, sin duda, esto ha llevado a la desigualdad social. En el Pacífico hay un sinfín de oportunidades y posibilidades de que esta nación progrese. Por eso, como hombre de agua, mi apuesta es lograr articular esos cinco mundos y que el mar esté presente.
También puede leer: “Si uno no fue el mejor rector, al menos puede ser el mejor exrector”.
¿Y también le recuerda algo?
Cuando era niño mi diversión y lo que me representaba paz era ir con mis amigos a lanzarnos desde la mitad del puente del Morro, una estructura de 300 metros que une la isla del Morro con la isla del Continente en Tumaco. Para nosotros esa era una alegría inmensa, porque fue nuestro encuentro con uno de los fenómenos de la naturaleza marina más importante, pues era la época de la marea más alta, a la que nosotros llamábamos “puja”. A mí y a mis allegados esa vinculación con el agua fue lo que nos convirtió en personas de mar.
¿Hay algún elemento de Nariño que usted lleve a todos lados?
Siempre llevo en mi recuerdo el poema Morada al sur, de nuestro gran escritor nariñense Aurelio Arturo Martínez, en donde él pinta el departamento como el verde de todos los colores, y eso es lo que llevamos con nosotros en la memoria y lo que nos hace sentir orgullosos de nuestro territorio.
¿Cómo ha sido gobernar para esas realidades que también vivió?
Soy hijo de una mujer rural, campesina y cabeza de hogar, quien tuvo que enfrentar distintas situaciones para que yo lograra ser profesor, doctor en economía y gobernador. Viví y sentí las barreras de la exclusión y las tuve que superar para llegar hasta aquí. Conocer esa realidad nos ha permitido planificar el departamento, junto con el Gobierno Nacional, para que se convierta en un territorio de paz, que implica que vayamos más allá de la construcción de diálogos con actores armados, sino que también tengamos empatía y conocimiento de las realidades para poder transformarlas.
¿Esas barreras a las que se enfrentó lo hicieron dudar de que iba a llegar hasta aquí?
Cuando terminé mi bachillerato no había llegado la guerra, pero éramos desplazados. No teníamos oportunidades para desarrollar nuestro proyecto de vida, pues no había acceso a la educación superior, y 40 años después la situación no ha cambiado. Nunca perdí la esperanza, porque logré estudiar, por eso, para mí, la educación es el medio más movilizador de igualdad que tiene una sociedad.
Podría interesarle: “Mis retratos no son perfectos: me interesa capturar la humanidad”: Antonio Castello.
Otra de sus luchas es la economía para la vida. Hablemos de lo que es para usted una vida plena y feliz...
Una vida feliz es una vida en paz. Como dice el papa Francisco, tiene que darse el desarrollo en el territorio. Por tanto, lo que nosotros tenemos que albergar es la esperanza de que podamos salir del conflicto armado, más que generar las condiciones para que la gente tenga bienes materiales.
Cada jueves podrán recibir en sus correos el newsletter de El Magazín Cultural, un espacio en el que habrá reflexiones sobre nuestro presente, ensayos, reseñas de libros y películas y varias recomendaciones sobre la agenda cultural para sus fines de semana. Si desean inscribirse a nuestro newsletter, que estará disponible desde la segunda semana de marzo, puede hacerlo ingresando aquí.
¿Qué se podrá apreciar de Nariño en Anato?
Nariño, como destino nacional invitado a esta edición de Anato, viene con toda su oferta turística, que está dividida en 15 rutas que tenemos en todo el departamento. Exaltaremos la belleza de nuestra región, que es una expresión de la biodiversidad, un escenario paisajístico y cultural, y el lugar en el que se encuentra toda la variedad de turismo que puede ofrecer el país al mundo. Por eso describo a Nariño como una zona de cinco mundos, los que vamos a explicarles a todos los visitantes en un estand en el que estarán más de 66 operadores, quienes han sido los responsables de construir la oferta turística.
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¿Cuáles son esos cinco mundos a los que se refiere?
El primero es el marino, que tiene una gran extensión, lo que significa que allí hay un universo sin explorar, pero que puede ser apto para la ejecución de la economía azul: el desarrollo de puertos, del oficio pesquero y actividades turísticas, como el avistamiento de ballenas, la pesca deportiva y la navegación. El segundo es el litoral Pacífico, en donde crecen los manglares más altos del globo, que tienen la mayor capacidad de absorción de CO₂ (dióxido de carbono). Asimismo, en este lugar viven cerca de 400 mil personas afrodescendientes en territorios colectivos que han conservado por décadas. El tercero es el Chocó biogeográfico, que viene desde Panamá hasta Ecuador, donde está la densidad de biodiversidad y de aves más alta del planeta. El cuarto es la zona Andina, donde tenemos la cintura de América, la zona más estrecha de la cordillera que permite el paso de la Orinoquia o de Brasil hacia el Pacífico, en donde también hay producción de agua en el macizo colombiano. Y por último está el mundo amazónico, en el que encontramos el río Guamuez, que nace en la laguna de La Cocha, el inicio del Amazonas.
Y de esos mundos, ¿cuál es su favorito?
Nací en Tumaco y soy hombre de mar y de litoral. El mundo marino lo aprendí a conocer nadando y canaleteando desde que tenía cinco años. Descubrí la belleza que hay en él y me apropié de ese paisaje de la playa. Pero también soy del litoral Pacífico, donde están los manglares. Nadie debe morirse sin ver la espectacularidad de recorrer Mariano o Punto Frío, que son lugares donde crecen estos árboles, de los que en Colombia no tenemos conciencia.
¿Qué representa el mar para usted?
El mar tiene un sinfín de oportunidades, pero Colombia no lo ha tenido en cuenta. Somos un país que solo ha mirado su desarrollo hacia el centro o por la cordillera y, sin duda, esto ha llevado a la desigualdad social. En el Pacífico hay un sinfín de oportunidades y posibilidades de que esta nación progrese. Por eso, como hombre de agua, mi apuesta es lograr articular esos cinco mundos y que el mar esté presente.
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¿Y también le recuerda algo?
Cuando era niño mi diversión y lo que me representaba paz era ir con mis amigos a lanzarnos desde la mitad del puente del Morro, una estructura de 300 metros que une la isla del Morro con la isla del Continente en Tumaco. Para nosotros esa era una alegría inmensa, porque fue nuestro encuentro con uno de los fenómenos de la naturaleza marina más importante, pues era la época de la marea más alta, a la que nosotros llamábamos “puja”. A mí y a mis allegados esa vinculación con el agua fue lo que nos convirtió en personas de mar.
¿Hay algún elemento de Nariño que usted lleve a todos lados?
Siempre llevo en mi recuerdo el poema Morada al sur, de nuestro gran escritor nariñense Aurelio Arturo Martínez, en donde él pinta el departamento como el verde de todos los colores, y eso es lo que llevamos con nosotros en la memoria y lo que nos hace sentir orgullosos de nuestro territorio.
¿Cómo ha sido gobernar para esas realidades que también vivió?
Soy hijo de una mujer rural, campesina y cabeza de hogar, quien tuvo que enfrentar distintas situaciones para que yo lograra ser profesor, doctor en economía y gobernador. Viví y sentí las barreras de la exclusión y las tuve que superar para llegar hasta aquí. Conocer esa realidad nos ha permitido planificar el departamento, junto con el Gobierno Nacional, para que se convierta en un territorio de paz, que implica que vayamos más allá de la construcción de diálogos con actores armados, sino que también tengamos empatía y conocimiento de las realidades para poder transformarlas.
¿Esas barreras a las que se enfrentó lo hicieron dudar de que iba a llegar hasta aquí?
Cuando terminé mi bachillerato no había llegado la guerra, pero éramos desplazados. No teníamos oportunidades para desarrollar nuestro proyecto de vida, pues no había acceso a la educación superior, y 40 años después la situación no ha cambiado. Nunca perdí la esperanza, porque logré estudiar, por eso, para mí, la educación es el medio más movilizador de igualdad que tiene una sociedad.
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Otra de sus luchas es la economía para la vida. Hablemos de lo que es para usted una vida plena y feliz...
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Cada jueves podrán recibir en sus correos el newsletter de El Magazín Cultural, un espacio en el que habrá reflexiones sobre nuestro presente, ensayos, reseñas de libros y películas y varias recomendaciones sobre la agenda cultural para sus fines de semana. Si desean inscribirse a nuestro newsletter, que estará disponible desde la segunda semana de marzo, puede hacerlo ingresando aquí.