El mercado del arte: entre lo conceptual, la inteligencia artificial y el ecoarte
Entre los lotes que se han ofrecido para subastas en Estados Unidos durante este mes se han encontrado piezas de inteligencia artificial y un banano reemplazable. Revisamos lo que estos movimientos pueden decir sobre el mercado del arte.
Andrea Jaramillo Caro
La feria Art Basel Miami en 2019 dio mucho de qué hablar. De hecho, fue todo un escándalo. Pero no tenía nada que ver con el evento, sino con la obra del artista Maurizio Cattelan, “Comedian”, que desató un sinfín de opiniones que hoy, cinco años después, todavía se ven replicadas.
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La feria Art Basel Miami en 2019 dio mucho de qué hablar. De hecho, fue todo un escándalo. Pero no tenía nada que ver con el evento, sino con la obra del artista Maurizio Cattelan, “Comedian”, que desató un sinfín de opiniones que hoy, cinco años después, todavía se ven replicadas.
La obra que presentó el artista italiano en Miami se vendía por US$120.000, pero no estaba ni en un lienzo ni en una escultura u otro medio tradicional: era un banano pegado a la pared de la exhibición con cinta adhesiva. Ahí estaba la controversia. Hubo quienes vieron la intención de la obra, mientras que otros exclamaron: “¡Eso lo pude haber hecho yo!”, o, “¿esto es arte?”.
El artista le dijo a Gareth Harris, de “The Art Newspaper”: “Para mí ‘Comedian’ no era una broma, era un comentario sincero y una reflexión sobre lo que valoramos. En las ferias de arte reinan la velocidad y el negocio, así que lo vi así: si tuviera que estar en una feria, podría vender un plátano como otros venden sus cuadros. Podría jugar dentro del sistema, pero con mis reglas”.
Con el paso de los años, “Comedian” ha continuado en exhibiciones y ha llamado la atención de muchos. El 2024 no fue la excepción. Sotheby’s anunció que la obra del italiano saldría a subasta el próximo 20 de noviembre en su venta de arte contemporáneo. El valor estimado por el cual se vendería esta pieza está entre US$1 millón y $1,5 millones. “El adjudicatario recibirá un banano, un rollo de cinta adhesiva, un certificado de autenticidad e instrucciones sobre cómo instalar la obra”, reportó “The Guardian”. Adicionalmente, con el certificado de autenticidad, se entregará la posibilidad de reproducir la obra.
Para David Galperin, director de arte contemporáneo en la casa de subastas, “parecía el momento oportuno para llevar al mercado la obra que se ha convertido quizás en la más infame y conocida en todo el mundo, especialmente tan cerca del quinto aniversario de su debut en Art Basel Miami Beach, en diciembre de 2019. La idea de cómo valoramos el arte está en el centro de este trabajo conceptual, siempre he sentido que llevarlo a una subasta pública marcaría un capítulo importante en su historia y ayudaría a hacer realidad su idea esencial”, según dijo a “Observer”.
En esa misma entrevista mencionó otros lotes que han sido vendidos y que han tenido un nivel de controversia parecido al que suscitó el trabajo de Cattelan: “Quizás uno de los ejemplos más conocidos sea “Love is in the Bin”, de Banksy, otra obra que saltó a la vanguardia del espíritu cultural de la época. Inicialmente titulada “Girl with Balloon”, la obra se hizo famosa en nuestra sala de ventas en 2018 y posteriormente pasó a llamarse “Love is in the Bin”. En 2021 cruzó nuestro bloque de subasta y se vendió por US$25,3 millones”.
La pieza de Cattelan fue definida como una obra de arte conceptual por un vocero de Sotheby’s y, aunque Galerpin considera que cualquier persona o institución puede ver esta obra como una adición importante a una colección, las tendencias del mercado del arte indicaron otros caminos.
La subasta de la obra de Cattelan coincidió con la venta de una pintura creada por el robot humanoide llamado Ai-Da. La obra, titulada “A.I God”, creada en homenaje al matemático Alan Turing, fue puesta bajo el martillo de Sotheby’s. La casa de subasta puso un precio de salida entre US$120.000 y US$180.000 para que comenzaran las pujas. Sin embargo, al final fue vendida por más de US$1 millón. Esta no es la primera vez que una pieza creada por inteligencia artificial sale al mercado, el primer caso se dio en 2017.
La casa de subastas aseguró que esto “marca un momento en la historia del arte moderno y contemporáneo, y refleja la creciente intersección entre la tecnología de la inteligencia artificial y el mercado mundial del arte”. Por su parte, el robot Ai-Da, que opera bajo un modelo que le permite hablar como un humano, comentó: “El valor clave de mi trabajo es su capacidad de servir como catalizador para el diálogo sobre tecnologías emergentes. La obra invita a los espectadores a reflexionar sobre la naturaleza divina de la IA y la informática mientras consideran las implicaciones éticas y sociales de estos avances”.
Estos dos casos han respondido a las fluctuaciones en el mercado del arte. En su reporte publicado en octubre, la plataforma .Art mencionó el arte de inteligencias artificiales como una tendencia del mercado. “La inteligencia artificial (IA) continúa alterando los límites tradicionales del arte, desafiando las nociones de creatividad y originalidad. A medida que avanza la tecnología de IA, se ha convertido en un tema polémico en la comunidad artística, con debates sobre la manipulación de datos y la ética en primer plano. El surgimiento de la “intoxicación de datos”, en el que los artistas alteran intencionalmente los algoritmos de IA, muestra las formas creativas en que se está respondiendo al impacto de la tecnología. A medida que el arte de la IA evolucione, redefinirá lo que puede ser el arte y cómo los artistas interactúan con el ámbito digital”, aseguraron.
Otras plataformas, como Veranda o North Kent College, identificaron el crecimiento en la popularidad del arte creado con inteligencias artificiales como una tendencia que podría llegar a influir en el mercado en 2025. “A medida que la tecnología continúa evolucionando, el arte impulsado por la IA está ganando terreno y se prevé que se convierta en una tendencia importante en 2025. Los artistas utilizan cada vez más la inteligencia artificial para crear piezas únicas e innovadoras que desafían las nociones tradicionales de creatividad. Esta tendencia se ve impulsada por los avances en los algoritmos de aprendizaje automático que permiten a las computadoras generar obras de arte complejas y estéticamente agradables”, se lee en la página de la institución.
Esto también se puede ver reflejado en la obra del artista turco Refik Anadol, quien ha expuesto en las Naciones Unidas y recientemente anunció el desarrollo del primer museo de arte de inteligencia artificial, llamado Dataland.
A pesar de que las creaciones realizadas por IA han ganado popularidad, la galerista Pearl Lam dijo a “Forbes” en marzo que el arte más costoso seguiría estando en el mundo físico y no en lo digital. “Si bien las ventas en línea aumentaron, Arts Economics mostró que el 95 % fueron de obras valoradas en menos de US$50.000. El informe concluye que el mercado en línea aún no ha tenido un impacto significativo en el segmento alto del mercado. En su mayor parte, las obras más valiosas solo se pueden encontrar en galerías, casas de subastas y ferias”.
Parte de esta tendencia hacia lo físico se ha materializado en el ecoarte, el cual fue identificado como una de las tendencias de 2025 por Veranda, .Art y North King College. El equipo de .Art se enfocó en la sostenibilidad como hilo conductor para exhibiciones de gran escala, en lo que se refiere a la logística de una de estas muestras. Por su parte, la institución educativa se refirió a que “el ecoarte y la sostenibilidad son cada vez más prominentes en el mundo del arte. Los artistas están incorporando materiales sustentables, prácticas ecológicas y temas de naturaleza y conservación en su trabajo, con el objetivo de inspirar responsabilidad ecológica. El ecoarte resuena con la creciente conciencia ambiental del público y el deseo de una vida sostenible”.