El Ministerio de las Culturas presentó el Plan Nacional de Cultura 2024-2038

El Plan Nacional de Cultura (PNC) 2024-2038 ‘Cultura para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz’, fue presentado por el ministro Juan David Correa. El enfoque del que será la hoja de ruta para el sector cultural tiene un enfoque biocultural, con el cual “para que la inmensa diversidad cultural y biológica de nuestros territorios sea protagonista en la era del cambio”, se lee en un comunicado de prensa.

Las discusiones e ideas para el Plan Nacional de Cultura se gestaron en 2019 cuando, según afirmó Correa, “se pensó que era necesario promover un nuevo plan de cultura, para renovar aquel realizado en la primera década de este siglo, tras cuatro años de existencia del ministerio, en el año 2001″. El ministro aseguró que se reunieron cerca de 98.000 personas durante la pandemia y que, después de esto, la información fue sistematizada por artistas, expertos y sabedores, lo que dio como resultado un primer documento que Correa recibió al entrar al ministerio. A partir de esa primera versión, y con el enfoque del Plan Nacional de Desarrollo, crearon una nueva propuesta que fue desarrollada durante seis meses.

Este plan también surgió teniendo en cuenta los estallidos y manifestaciones sociales que incluyeron a diferentes comunidades como los pueblos afros, Rrom, indígenas, poblaciones LGBTIQ+, entre otros. “Reunimos a quince personas que consideramos paradigmáticas y representativas dentro de esas sensibilidades y los invitamos a conciliar las propuestas de nuestro Plan Nacional de Desarrollo con las sugerencias de los miles de ciudadanos”. Por lo tanto, el Plan Nacional de Cultura tiene como prioridad que las artes y saberes se conviertan en un eje importante de agendas públicas y privadas.

El plan se centrará en tres campos de trabajo: diversidad y diálogo intercultural, memoria y creación cultural y gobernanza y sostenibilidad cultural. Este se formuló como un documento abierto y en constante construcción y adaptación. “Por eso, para su implementación y seguimiento, se proyectan rutas de trabajo con el objetivo de coordinar las acciones de orden nacional, subsectorial, territorial, intersectorial y poblacional, para avanzar de manera diferenciada en cada uno de los campos y componentes del plan”, se lee en el comunicado. Además, el ministro anunció que este documento, por primera vez, propone capítulos étnicos para diferentes comunidades. “Son un compromiso histórico con el reconocimiento y garantía de los derechos culturales de los grupos étnicos y tienen como objetivo orientar acciones en torno a la salvaguarda y fortalecimiento de sus saberes ancestrales, expresiones y prácticas culturales”, dijo.

Para Marcos González, consejero nacional de cultura y representante de la Academia Colombiana de Historia, el Plan Nacional de Cultura es: “El nacimiento de un imaginario de la cultura. Un faro de luces del futuro que ilumina nuestro presente, diría George Balandier. Hoy, supuestamente calmadas las aguas de las controversias propias, vemos un renacer de las rutas de la cultura en Colombia. Y regocijados todos con un plan bien formulado y, sin querer aparecer como un aguafiestas, manifiesto que se nos vienen los más complejos retos en el marco de la implementación del plan nacional de cultura. A pesar de tener la máquina bien sincronizada para iniciar la implementación en búsqueda de una construcción de culturas para el cuidado de la diversidad, la vida el territorio y la paz, no hay un desbordamiento de autoridad, sino un llamado a la participación social que bajo argumentos bien fundamentados ayuden a desbrozar el campo de la cultura”. El Consejo Nacional de Cultura se comprometió a asumir las labores orientadas desde el ministerio, además de proponer y ejecutar acciones como un encuentro de culturas.

Además, en el documento se incluyeron temas estratégicos para el sector como: cultura libre de exclusiones, igualdad de género, acción climática, memoria, la inteligencia artificial en el contexto de la cultura, discriminaciones y sexismos, y prácticas culturales en contextos urbanos. Esto con un enfoque territorial que, de acuerdo con el Ministerio, invita a que las entidades locales prioricen sus acciones con miras a la descentralización y la inclusión de comunidades locales.

El Plan Nacional de Cultura (PNC) 2024-2038 ‘Cultura para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz’, fue presentado por el ministro Juan David Correa. El enfoque del que será la hoja de ruta para el sector cultural tiene un enfoque biocultural, con el cual “para que la inmensa diversidad cultural y biológica de nuestros territorios sea protagonista en la era del cambio”, se lee en un comunicado de prensa.

Las discusiones e ideas para el Plan Nacional de Cultura se gestaron en 2019 cuando, según afirmó Correa, “se pensó que era necesario promover un nuevo plan de cultura, para renovar aquel realizado en la primera década de este siglo, tras cuatro años de existencia del ministerio, en el año 2001″. El ministro aseguró que se reunieron cerca de 98.000 personas durante la pandemia y que, después de esto, la información fue sistematizada por artistas, expertos y sabedores, lo que dio como resultado un primer documento que Correa recibió al entrar al ministerio. A partir de esa primera versión, y con el enfoque del Plan Nacional de Desarrollo, crearon una nueva propuesta que fue desarrollada durante seis meses.

Este plan también surgió teniendo en cuenta los estallidos y manifestaciones sociales que incluyeron a diferentes comunidades como los pueblos afros, Rrom, indígenas, poblaciones LGBTIQ+, entre otros. “Reunimos a quince personas que consideramos paradigmáticas y representativas dentro de esas sensibilidades y los invitamos a conciliar las propuestas de nuestro Plan Nacional de Desarrollo con las sugerencias de los miles de ciudadanos”. Por lo tanto, el Plan Nacional de Cultura tiene como prioridad que las artes y saberes se conviertan en un eje importante de agendas públicas y privadas.

El plan se centrará en tres campos de trabajo: diversidad y diálogo intercultural, memoria y creación cultural y gobernanza y sostenibilidad cultural. Este se formuló como un documento abierto y en constante construcción y adaptación. “Por eso, para su implementación y seguimiento, se proyectan rutas de trabajo con el objetivo de coordinar las acciones de orden nacional, subsectorial, territorial, intersectorial y poblacional, para avanzar de manera diferenciada en cada uno de los campos y componentes del plan”, se lee en el comunicado. Además, el ministro anunció que este documento, por primera vez, propone capítulos étnicos para diferentes comunidades. “Son un compromiso histórico con el reconocimiento y garantía de los derechos culturales de los grupos étnicos y tienen como objetivo orientar acciones en torno a la salvaguarda y fortalecimiento de sus saberes ancestrales, expresiones y prácticas culturales”, dijo.

Para Marcos González, consejero nacional de cultura y representante de la Academia Colombiana de Historia, el Plan Nacional de Cultura es: “El nacimiento de un imaginario de la cultura. Un faro de luces del futuro que ilumina nuestro presente, diría George Balandier. Hoy, supuestamente calmadas las aguas de las controversias propias, vemos un renacer de las rutas de la cultura en Colombia. Y regocijados todos con un plan bien formulado y, sin querer aparecer como un aguafiestas, manifiesto que se nos vienen los más complejos retos en el marco de la implementación del plan nacional de cultura. A pesar de tener la máquina bien sincronizada para iniciar la implementación en búsqueda de una construcción de culturas para el cuidado de la diversidad, la vida el territorio y la paz, no hay un desbordamiento de autoridad, sino un llamado a la participación social que bajo argumentos bien fundamentados ayuden a desbrozar el campo de la cultura”. El Consejo Nacional de Cultura se comprometió a asumir las labores orientadas desde el ministerio, además de proponer y ejecutar acciones como un encuentro de culturas.

Además, en el documento se incluyeron temas estratégicos para el sector como: cultura libre de exclusiones, igualdad de género, acción climática, memoria, la inteligencia artificial en el contexto de la cultura, discriminaciones y sexismos, y prácticas culturales en contextos urbanos. Esto con un enfoque territorial que, de acuerdo con el Ministerio, invita a que las entidades locales prioricen sus acciones con miras a la descentralización y la inclusión de comunidades locales.