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“El cambio comienza con el arte y la cultura; este es el primer paso para transformar a Colombia”, dijo días antes de ganar las elecciones el hoy presidente Gustavo Petro, en un mensaje de agradecimiento al mundo cultural que respaldó su candidatura y que, después de un año en el poder del primer Gobierno de izquierdas, se siente olvidado.
En este periodo el sector ha enviado al menos 16 cartas al mandatario en las que los firmantes condenan la incertidumbre en que está el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, sin titular desde la salida de la exministra Patricia Ariza hace ya más de cien días. El sector se juntó para pedirle al presidente que “no los olvide”.
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“Hay un malestar en la cultura” y una “fractura” dentro del movimiento cultural que estuvo del lado de la propuesta del cambio en Colombia, asegura Ariza en una entrevista en la que reconoció que pese a que aumentó el presupuesto de esa cartera, esta permanece en el “penúltimo escalón de todos los ministerios”.
Este mes, tras la salida del viceministro de Creatividad, Esteban Zabala, por mentiras en su currículum, el gremio envió otra carta a Petro en la que le reiteraron su disposición a "apoyar a la persona idónea que llegue a dirigir el Ministerio", pero pidieron no dejar "la llave" del cambio "en manos equivocadas".
Rumbo “anticuado” y “elitista”
Entre los reclamos priman las críticas a la visión “anticuada” del fomento cultural por la que aboga el ministro encargado de esa cartera, Jorge Zorro, músico en quien buena parte del movimiento asegura no sentirse representado.
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"Zorro es un gran profesor de música clásica que ha tenido sus aciertos como profesor de conservatorio, pero a diferencia de muchos líderes culturales, nunca lo hemos visto trabajando por una ley, defendiendo un derecho cultural de los colombianos o buscando medidas de mitigación mientras la pandemia llevaba al hambre a miles de músicos y artistas", afirma el exdirector del Instituto Distrital de las Artes de Bogotá y gestor cultural Santiago Trujillo.
Entre las iniciativas que más ruido han causado está la "importación" del sistema de orquestas venezolano basado en la formación temprana en música sinfónica que, según Trujillo, no encaja en Colombia porque la industria "tiene unas ventajas estratégicas mucho más grandes" y, además, deja por fuera otros géneros y manifestaciones culturales.
"Yo soy una amante de la música sinfónica, pero en este país hay otras muchas músicas (...) Nadie que tenga un mínimo de sensibilidad se va a oponer a que un niño aprenda a tocar violín, pero no es el único instrumento que existe. También están la marimba, la chirimía... Este país tiene más de 1.200 ritmos como la cumbia", insiste Ariza.
Convencido de que la estrategia de que el Estado decida cuáles son las artes que merecen o no un "cuerpo nacional" es heredera de una "visión elitista de las culturas", Trujillo apunta a la necesidad de una descentralización que ponga el acento en las distintas expresiones populares del país y en las manifestaciones artísticas de los jóvenes.
El día de la esperanza
Amiga de la idea de que "una paz que no se pinte, cante y represente se muere de tristeza", Ariza recuerda que el camino hacia el cambio y la paz que busca construir Petro no puede desvincularse de la cultura porque "el cambio social (también) es un cambio cultural".
"La sociedad está dividida. Hay una mayoría de gente que quiere la paz, pero también una minoría muy poderosa que lo impide. Necesitamos la cultura porque estamos expuestos a unas guerras culturales que son invisibles", advierte la exministra.
La salida de Ariza se produjo el pasado 27 de febrero durante la primera crisis del gabinete de Petro quien, en una alocución, también destituyó a los ministros de Educación y Deportes sin dar mayores explicaciones.
Pese a que solo fue informada de esta decisión minutos antes de la alocución presidencial, Ariza asevera que aunque no guarda rencor alguno por lo sucedido, respeta y quiere al mandatario, "también" se respeta a sí misma "como mujer y como artista".
La exministra también se mantiene firme en su petición de reunirse con Petro, como sucedió en mayo pasado cuando el mandatario escuchó durante tres horas el llamado del sector a que "gobierne con el movimiento cultural".
“Lo que hoy está sucediendo en ese Ministerio no se compadece ni con la sensatez ni con la visión progresista que le prometió al país en materia cultural”, sentencia Trujillo, quien espera que el próximo 7 de agosto, cuando cumplirá un año en el cargo, el presidente le envíe un mensaje al sector y a Colombia sobre su apuesta cultural para los próximos tres años.
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La versión del Ministerio de Cultura
Para el abogado Juan Fernando Hernández, asesor del despacho de Jorge Zorro, ministro encargado de Cultura, esta cartera no va a la deriva. En una pasada entrevista con este diario, manifestó que el liderazgo de Zorro era claro para él y los funcionarios que lo acompañaban en su gestión
“El rumor de que estamos en crisis llega hasta aquí, hasta el ministerio, claro, pero estamos abocados a sacar las políticas públicas con las que nos comprometimos. El ministro nos cita todos los días a las siete de la mañana y de aquí salimos a las doce de la noche tratando de sacar adelante nuestros compromisos. Ahí es cuando empiezan las verdaderas preguntas: ¿mediáticamente estamos impactando? Porque no es falta de trabajo. Por eso el maestro (Jorge Zorro) es tan insistente en que se comunique todo, no se está viendo la gestión. Sentimos que se nos ha distorsionado, que se dicen cosas que aquí no están pasando y que no hemos podido acceder a los canales o a los medios de comunicación para exponer el real trabajo que aquí se hace.