El Museo de Diseño de Lisboa reabre sus puertas después de ocho años
El Museo del Diseño (MUDE) de Lisboa reabrió este jueves 25 de julio tras ocho años cerrado por obras de rehabilitación, con una exposición que supone un “viaje en el tiempo” para entender la historia de su edificio, antigua sede del extinto Banco Nacional Ultramarino.
En plena Rua Augusta, la calle más turística de la capital lusa, lisboetas y foráneos volvieron a recorrer los ocho pisos del MUDE, transformados con un proyecto del arquitecto Luís Miguel Saraiva que mantiene la singularidad del inmueble en el que la entidad de crédito que daba servicio a las antiguas colonias se instaló en 1864.
El museo todavía no exhibe las 18.000 piezas de su acervo que lo convierten en dueño de una de las colecciones más importantes de diseño a nivel internacional, que llegarán a partir de octubre.
Hasta entonces, los visitantes pueden disfrutar de una muestra dedicada al propio edificio, que pasa por su historia, su arquitectura y su rehabilitación.
“Los invitamos hoy a un viaje a través del tiempo”, dijo la directora del MUDE, Bárbara Coutinho, durante la inauguración, en la que aseguró que el edificio fue considerado como un “contenido expositivo” más desde el primer momento.
El centro abrió inicialmente en 2009, pero cerró en 2016 y ha permanecido clausurado hasta hoy, tras ocho complicados años de rehabilitación que incluyeron la insolvencia de la primera constructora encargada del proyecto.
Durante estos años mantuvo su actividad con un programa “fuera de puertas” con exhibiciones y otras iniciativas en diferentes centros de la ciudad, del país y del extranjero.
Ahora, revitalizado, permite conocer “la historia pasada y reciente de Portugal a través del diseño”, defendió Coutinho.
Las propias obras de rehabilitación forman parte de la exposición, donde se exhiben algunas de las máquinas utilizadas y retratos de varios obreros que trabajaron en ellas, “cuyos rostros y nombres suelen ser olvidados”.
También sigue presente el antiguo Banco Ultramarino, cuyo logo recibe a los visitantes en la primera planta, donde una biblioteca está instalada en las salas que antaño ocupaba la administración.
La previsión es que el museo, con sus 3.600 metros cuadrados de área de exposición, pueda estar totalmente en funcionamiento, con varias exhibiciones y todo su acervo, a finales de año.
La gestión del MUDE corresponde al Ayuntamiento de Lisboa, que ve en su reapertura “un punto de encuentro entre la cultura y la innovación, el diseño y la sostenibilidad, el pasado y el futuro”, según destacó el alcalde de la capital lusa, Carlos Moedas.
Moedas consideró que el museo se adelantó a su tiempo, ya que supo ver que “el diseño estaba en el centro de lo que sería el futuro de la ciudad”.
El MUDE cuenta actualmente con 15 colecciones, incluida la de Francisco Capelo, adquirida por el municipio de Lisboa en 2002, y está en fase de incorporar tres colecciones más, con cerca de 4.000 nuevas piezas.
Su acervo recorre todas las formas de diseño y moda, como mobiliario, vestuario, calzado, accesorios o pequeños objetos cotidianos.
En plena Rua Augusta, la calle más turística de la capital lusa, lisboetas y foráneos volvieron a recorrer los ocho pisos del MUDE, transformados con un proyecto del arquitecto Luís Miguel Saraiva que mantiene la singularidad del inmueble en el que la entidad de crédito que daba servicio a las antiguas colonias se instaló en 1864.
El museo todavía no exhibe las 18.000 piezas de su acervo que lo convierten en dueño de una de las colecciones más importantes de diseño a nivel internacional, que llegarán a partir de octubre.
Hasta entonces, los visitantes pueden disfrutar de una muestra dedicada al propio edificio, que pasa por su historia, su arquitectura y su rehabilitación.
“Los invitamos hoy a un viaje a través del tiempo”, dijo la directora del MUDE, Bárbara Coutinho, durante la inauguración, en la que aseguró que el edificio fue considerado como un “contenido expositivo” más desde el primer momento.
El centro abrió inicialmente en 2009, pero cerró en 2016 y ha permanecido clausurado hasta hoy, tras ocho complicados años de rehabilitación que incluyeron la insolvencia de la primera constructora encargada del proyecto.
Durante estos años mantuvo su actividad con un programa “fuera de puertas” con exhibiciones y otras iniciativas en diferentes centros de la ciudad, del país y del extranjero.
Ahora, revitalizado, permite conocer “la historia pasada y reciente de Portugal a través del diseño”, defendió Coutinho.
Las propias obras de rehabilitación forman parte de la exposición, donde se exhiben algunas de las máquinas utilizadas y retratos de varios obreros que trabajaron en ellas, “cuyos rostros y nombres suelen ser olvidados”.
También sigue presente el antiguo Banco Ultramarino, cuyo logo recibe a los visitantes en la primera planta, donde una biblioteca está instalada en las salas que antaño ocupaba la administración.
La previsión es que el museo, con sus 3.600 metros cuadrados de área de exposición, pueda estar totalmente en funcionamiento, con varias exhibiciones y todo su acervo, a finales de año.
La gestión del MUDE corresponde al Ayuntamiento de Lisboa, que ve en su reapertura “un punto de encuentro entre la cultura y la innovación, el diseño y la sostenibilidad, el pasado y el futuro”, según destacó el alcalde de la capital lusa, Carlos Moedas.
Moedas consideró que el museo se adelantó a su tiempo, ya que supo ver que “el diseño estaba en el centro de lo que sería el futuro de la ciudad”.
El MUDE cuenta actualmente con 15 colecciones, incluida la de Francisco Capelo, adquirida por el municipio de Lisboa en 2002, y está en fase de incorporar tres colecciones más, con cerca de 4.000 nuevas piezas.
Su acervo recorre todas las formas de diseño y moda, como mobiliario, vestuario, calzado, accesorios o pequeños objetos cotidianos.