Camiseta de Johan Cruyff, en Barcelona, durante la ceremonia que se realizó tras cumplirse un año de su muerte en 2016.
Foto: AFP
Los llamaban arietes, punta de lanza, comienzo y final de la estructura del fútbol, y los creyeron indispensables. Ellos mismos se fueron transformando en vedettes, y se convencieron de que eran inamovibles. Así jugaban, como vedettes inamovibles, y así se fueron acostumbrando a ser y a estar en la cancha. Eran tipos a la espera, merodeando por el área rival, en busca de que alguien les llevara la pelota para meterla y sentenciar los partidos, o de que un contrincante se equivocara y dejara un rebote a su disposición. La ecuación era casi la...
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com