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Este año llegó a las salas de cine “Nosferatu”, esta vez bajo la dirección de Robert Eggers y con actuaciones de Willem Dafoe, Lily-Rose Depp y Nicholas Hoult. Esta nueva adaptación del clásico del cine de terror de 1922, dirigido por el alemán Friedrich Wilhelm Murnau, recupera la historia del amor entre una joven atormentada y un horrendo vampiro, el Conde Orlok.
La cinta de 2025, que ya ha recaudado más de 100 millones de dólares en taquilla, es la tercera versión que existe de la película y busca volver al terror que causó tanto shock a comienzos del siglo XX. La anterior se estrenó en 1979 bajo el nombre de “Nosferatu, vampiro de la noche”, y fue dirigida por Werner Herzog.
Pero todas estas guardan una relación directa con un clásico de la literatura gótica: “Drácula” de Bram Stoker, publicado originalmente en 1897. El autor de esta novela falleció en 1912, por lo que no pudo ver la versión original de “Nosferatu”, pero quien sí la vio fue su viuda, Florence Balcombe, a quien no le gustó nada la idea.
En la cinta original, Murnau quiso contar la historia que había leído en la novela de Stoker, pero por problemas de derechos de autor esto no era tan fácil. Aun así, el director creyó que con algunos ajustes en los nombres de los protagonistas y en la trama podía salirse con la suya, pero la verdad es que la historia que contó era prácticamente la misma.
Balcombe, entonces, demandó al director de la película por la violación a los derechos de autor de su esposo y tres años más tarde, en junio de 1925, un tribunal alemán le dio la razón. Todas las copias de “Nosferatu” debían ser destruidas y quedaba prohibida su distribución. Pero, con lo que no contaba la viuda de Stoker era con que para ese momento la historia del Conde Orlok ya estaba muy metida en la cultura popular, por lo que su erradicación fue imposible.
Las diferencias entre el Conde Orlok y Drácula
Ahora bien, sí existen diferencias notables entre estos dos personajes. La primera de ellas tiene que ver con el carácter que tienen frente a la sociedad. Mientras Drácula se muestra en todo momento como un vampiro con un increíble poder de seducción —que utiliza constantemente para atraer a sus presas—, el Conde Orlok es un monstruo repugnante.
Además, los poderes que tienen estos dos también son distintos. Por ejemplo, la mordedura de Drácula convierte a su víctima en vampiro, mientras que la del Conde Orlok solo acaba con su vida. Además, en el libro de Bram Stoker se establece que Drácula es capaz de moverse bajo la luz del sol, aunque esto lo debilite. Por otro lado, el Conde Orlok solo puede moverse en la oscuridad, porque el brillo del día puede ser letal para él.
No obstante, con el paso de los años el lazo entre estos dos personajes ha crecido gracias a que todas estas características se han ido mezclando en el imaginario popular. Francis Ford Coppola, el aclamado director de cine, quiso en 1992 regresar al origen del vampiro y sacó su propia versión que se estrenó con el nombre “Drácula, de Bram Stoker”. Esta cinta, protagonizada por Gary Oldman, volvía al carácter hipnótico que tiene en la novela.
De igual manera, Robert Eggers quiso regresar a lo grotesco y espeluznante del Conde Orlok en esta nueva versión de “Nosferatu”.