“El país tiene un reto importante con el patrimonio sumergido”: José Luis Socarrás
El antropólogo y Decano de la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural de la Universidad del Externado, José Luis Socarrás, habló sobre los recientes anuncios sobre el Galeón San José, los retos que vienen en esta materia para el próximo gobierno y el futuro del patrimonio sumergido en aguas colombianas.
¿Cómo se puede tomar esta noticia?
La noticia que fue revelada el día de ayer puede ser tomada de dos formas. En primer lugar, es una confirmación de las condiciones actuales del yacimiento arqueológico del Galeón San José frente a unas denuncias de alteración o manipulación de tipo antrópico, es decir hecha por expediciones anteriores legales o ilegales. Lo que nos muestran es que el contexto arqueológico se encuentra sin afectación alguna y viene con un añadido y es que viene con unas imágenes y ángulos distintos a las que ya conocíamos. Los elementos son más o menos los mismos, de los que ya teníamos conocimiento, pero el detalle y resolución de la cámara es distinto.
El otro punto importante tiene que ver con el hallazgo aparentemente, y digo esto porque no tenemos conocimiento de que sea así, en la misma zona de dos embarcaciones adicionales que no necesariamente significa que estén asociadas con el evento histórico que ocasionó el hundimiento del San José, sino que pudieron haber sido naufragios anteriores. De hecho, una de estas embarcaciones, según lo que nos dijo ayer la Armada Nacional es que se trata de una goleta del periodo republicano. Las goletas son embarcaciones pequeñas, costaneras, que viajan sin alejarse mucho de la línea de costa y posiblemente esta fue una goleta que se hundió y quedó en esa misma área. Esas son las dos novedades frente a este hallazgo puntual. Realmente lo nuevo son estas dos embarcaciones.
¿Qué pasaría con los elementos que encontraron? La vajilla, monedas de ocho reales, entre otros...
Tenemos imágenes de la parte superior o de la parte más superficial dentro del agua del barco, esta es una embarcación en la que una parte se encuentra bajo los sedimentos, bajo el fango del fondo marino a 700 u 800 metros de profundidad. Lo que se encuentra es la parte superior. Estos elementos ya habían sido identificados, quizás en esta oportunidad hubo un acercamiento mayor y este equipo que adquirió la Armada Nacional, que es otra novedad de esta noticia, es completamente colombiano aunque no conocemos detalles específicos sí sabemos que fue con recursos de la Armada Nacional que tienen una gran resolución y un gran detalle. No hay nada nuevo y frente a esta vajilla y el contenido, se requeriría en el futuro la excavación arqueológica para poder identificar la naturaleza de esos hallazgos. No obstante, estamos muy lejos de llegar a ese proceso de excavación. Esto apenas es un monitoreo, un registro de las condiciones actuales pero no significa una investigación como tal.
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¿Cómo afecta el cambio de gobierno el proceso que se lleva a cabo con el galeón?
Es, sin duda, un desafío para el nuevo gobierno continuar este trámite. Recordemos que el gobierno anterior de Juan Manuel Santos había dejado una APP (Alianza Público Privada) para poder junto con una compañía de origen extranjero adelantar las siguientes fases, es decir la excavación, el inventario y la conservación de estos materiales que no es fácil. Esa APP tomó estos cuatro años declararla desierta porque en primer lugar el Consejo Nacional de Patrimonio consideró que el contexto arqueológico del Galeón San José es uno solo e indivisible y, por lo tanto, no se puede aplicar lo que ya estaba contemplado en esa APP y es que se debiese y se pagase con parte de la carga a la persona o empresa que hiciera la intervención. Entonces lo que le viene al nuevo gobierno es estructurar un proceso de investigación científica que puede hacerse según la ley actual con una compañía privada o puede hacerse, que creemos que es la mejor opción, con entidades académicas de reconocida trayectoria, nacionales e internacionales, que puedan aportar equipos y conocimiento humano para poder intervenir un contexto arqueológico al cual no se puede acceder directamente. Ningún buzo puede bajar y todo se haría con robots que hacen toda la excavación con máquinas remotas.
¿Cual tendría que ser el paso a paso para continuar con el proceso de investigación?
En primer lugar, hay una consideración muy importante que debe hacer la Armada Nacional y seguramente la adquisición de este equipo obedeció a ello es que deben proteger de cualquier incursión el contexto arqueológico. Ya se ha hecho público, durante mucho tiempo, la localización y se han revelado algunas coordenadas y por lo tanto eso que era antes un secreto de estado no lo es tanto ahora y hay que cuidar el sitio. Ahora bien, para la investigación arqueológica, es diseñar un proyecto de investigación científica. Es decir, un proyecto que incluya un estudio juicioso de los antecedentes históricos del Galeón San José, posterior a eso definir unos objetivos de investigación, qué preguntas querría responder ese proyecto que se plantee y junto con esos objetivos plantear una metodología. Es decir, cómo se van a extraer esos elementos, con qué equipos, en cuanto tiempo, qué cronograma, qué presupuesto tendría ese proyecto que tendría que ser aprobado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, que es el ente rector en esta materia, y que siendo un contexto sumergido debe tener la aprobación del Ministerio de Cultura y de la Dirección General Marítima.
Eso es la parte técnico científica. Ahora, la otra parte tiene que ver con los recursos financieros que se necesitan para esa investigación. Esta puede resultar muy costosa, excavar en esas profundidades tiene una tarifa diaria muy alta que implica que, al menos, el Estado colombiano no podría asumir los costos de esa investigación con sus recursos propios y ninguna universidad en el país podría asumirla y requeriría de la cooperación internacional que ayude a minimizar los costos al aportar equipos, embarcaciones, conocimientos, etcétera. Este es el otro componente para no tener que acudir a un privado que financie, que es la otra vía. En este caso siempre va a querer una retribución económica monetaria y esta resulta de la venta de las piezas, que claramente no se puede hacer en un contexto arqueológico.
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¿Cómo se puede proteger este lugar de saqueos o incursiones cuando la ubicación ya es pública?
Yo sospecho que esta nueva inspección, además de probar un equipo de reciente adquisición, también tenía el propósito de tranquilizar u ofrecer una información más actualizada sobre las condiciones del sitio en la actualidad. Aparentemente, según las imágenes que nos mostraron, el sitio no ha sido afectado por manos humanas, hay procesos naturales como las corrientes de agua o animales que se encuentran allí que pueden afectar de una manera u otra un contexto de esta naturaleza. Por otro lado, la protección tendría que basarse en protección permanente de embarcaciones que patrullen esa zona, por fortuna no está tan lejos de la costa y esta es una zona en la que hay un tráfico marítimo permanente.
Teniendo en cuenta que Colombia no ha suscrito la convención de la UNESCO sobre el patrimonio sumergido, si el país llegase a aceptar ayuda internacional ¿cómo funcionaría esta cooperación?
Esta convención tiene, además del tema político, algo que se llama el anexo técnico que es una metodología y un paso a paso muy riguroso de cómo debería adelantarse una investigación en estos contextos y esta debe obedecer a la necesidad de responder preguntas históricas, es decir por el valor histórico del hallazgo más que por el valor económico que puedan tener los elementos que hacen parte de ese contexto. No son solo monedas y lingotes, son las pertenencias de los pasajeros del barco y también la estructura misma que dan cuenta de la vida del barco y del comercio que había entre España y sus colonias en América.
Si esto llega a pasar se daría bajo los estándares de cooperación académica y científica que existe entre instituciones de investigación a nivel mundial y que son patrocinadas en ocasiones por organismos como la UNESCO. Esta cooperación básicamente significa un aporte en partes iguales de elementos materiales, personal científico, laboratorios, espacios de conservación para llevar a cabo la investigación y lo que resulta de eso son un montón de productos académicos y de divulgación, que pueden ser libros o artículos científicos en el sentido académico y en cuanto a divulgación tiene que ver con la explotación de los derechos comerciales y pueden salir documentales, series de televisión, libros divulgativos, museos, exposiciones permanentes o itinerantes que pueden generar recursos para continuar el proyecto.
Aquí hay algo muy importante para tener en cuenta y es que, a diferencia de los contextos terrestres, los contextos sumergidos tienen una situación muy particular y es que una vez hundido el yacimiento la madera y todos los elementos que lo conforman entran en una estabilización con el medio acuático y los sedimentos que lo contienen y no se sigue deteriorando. Una vez eso se saca al aire, entra en contacto con el oxígeno del aire y empieza a oxidarse y a deteriorarse salvo los materiales preciosos. Por lo tanto, un proyecto de investigación no debe solo involucrar la excavación sino preguntarse si vale la pena excavar este contexto arqueológico y sacar los materiales. Una de las recomendaciones de UNESCO indica que una alternativa para esta clase de sitios tiene que ver con dejar los elementos sumergidos y protegidos debajo del agua porque ahí están mejor que fuera del agua.
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¿Dónde ha quedado la conversación arqueológica y científica alrededor del Galeón San José durante el gobierno de Iván Duque?
Una de las primeras acciones que tomó el gobierno de Duque fue encargar a la Vicepresidencia de la República el tema del galeón San José y desde allí se adelantaron una serie de acciones que terminaron, junto con el Ministerio de Cultura, en llevar al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural para que se declarase como Bien de Interés Cultural, que es el máximo nivel de protección. Por lo tanto, este yacimiento no puede ser vendido, dividido, comercializado, etcétera. Y, sobretodo, es un yacimiento único, la unicidad es un concepto muy importante en este sentido porque lo que significa es que para entender ese contexto arqueológico tienen que estar todos los elementos tal cual como se encuentran, entonces de ahí se deduce qué fue lo que ocurrió, pero también cómo era la vida y la relación de las personas en ese momento particular.
Entonces esa fue una primera acción. La segunda, en conjunto con la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, fue declarar desierta la APP que se logró hacer este años. Y, finalmente, una tercera acción que se adelantó es dotar a la Armada Nacional y a la Dirección General Marítima con las capacidades técnicas y científicas para abordar la protección y el estudio de estos bienes que el más conocido es el galeón, pero hay múltiples contextos como lo acaban de revelar. En este sentido la Armada Nacional adquirió este equipo no tripulado que remotamente permite hacer inspección y registros en video y foto del yacimiento y, además, crearon una unidad en la Dirección General Marítima con oficiales de la Armada que se han formado en temas relacionados con legislación, gestión y protección de patrimonio cultural.
¿Cuál cree que es el futuro del galeón San José?
Yo creo que el país y el próximo gobierno tiene un reto importante no solo con el Galeón San José, también con el patrimonio sumergido que está en aguas colombianas que sabemos que es numeroso, variado y muy rico en historia y elementos patrimoniales. La primera acción tiene que ser levantar un inventario y tener una carta que ubique todos esos pecios y que sepamos exactamente con qué contamos bajo nuestras aguas porque se especula mucho sobre eso. Por otro lado, tiene el enorme reto de seguir fortaleciendo las capacidades no solamente la Dirección General Marítima, también el Instituto Colombiano de Antropología e Historia para poder, como entidades rectoras en materia de patrimonio cultural sumergido, adelantar las acciones en conjunto con las instituciones de educación superior y los centros de investigación del país. Tendría que ser un proyecto de Estado en el que los colombianos tomemos ese control y una vez tengamos ese control podamos pedir la ayuda y sepamos exactamente de qué ayuda es la que estamos requiriendo de esos organismos internacionales que, muy seguramente, por lo atractivo que resulta el Galeón San José y por lo atractivo que resulta estudiar contextos de barcos hundidos en el Caribe y otros lugares como el Pacífico y en aguas interiores puede llegar a ser muy interesante.
¿Cómo se puede tomar esta noticia?
La noticia que fue revelada el día de ayer puede ser tomada de dos formas. En primer lugar, es una confirmación de las condiciones actuales del yacimiento arqueológico del Galeón San José frente a unas denuncias de alteración o manipulación de tipo antrópico, es decir hecha por expediciones anteriores legales o ilegales. Lo que nos muestran es que el contexto arqueológico se encuentra sin afectación alguna y viene con un añadido y es que viene con unas imágenes y ángulos distintos a las que ya conocíamos. Los elementos son más o menos los mismos, de los que ya teníamos conocimiento, pero el detalle y resolución de la cámara es distinto.
El otro punto importante tiene que ver con el hallazgo aparentemente, y digo esto porque no tenemos conocimiento de que sea así, en la misma zona de dos embarcaciones adicionales que no necesariamente significa que estén asociadas con el evento histórico que ocasionó el hundimiento del San José, sino que pudieron haber sido naufragios anteriores. De hecho, una de estas embarcaciones, según lo que nos dijo ayer la Armada Nacional es que se trata de una goleta del periodo republicano. Las goletas son embarcaciones pequeñas, costaneras, que viajan sin alejarse mucho de la línea de costa y posiblemente esta fue una goleta que se hundió y quedó en esa misma área. Esas son las dos novedades frente a este hallazgo puntual. Realmente lo nuevo son estas dos embarcaciones.
¿Qué pasaría con los elementos que encontraron? La vajilla, monedas de ocho reales, entre otros...
Tenemos imágenes de la parte superior o de la parte más superficial dentro del agua del barco, esta es una embarcación en la que una parte se encuentra bajo los sedimentos, bajo el fango del fondo marino a 700 u 800 metros de profundidad. Lo que se encuentra es la parte superior. Estos elementos ya habían sido identificados, quizás en esta oportunidad hubo un acercamiento mayor y este equipo que adquirió la Armada Nacional, que es otra novedad de esta noticia, es completamente colombiano aunque no conocemos detalles específicos sí sabemos que fue con recursos de la Armada Nacional que tienen una gran resolución y un gran detalle. No hay nada nuevo y frente a esta vajilla y el contenido, se requeriría en el futuro la excavación arqueológica para poder identificar la naturaleza de esos hallazgos. No obstante, estamos muy lejos de llegar a ese proceso de excavación. Esto apenas es un monitoreo, un registro de las condiciones actuales pero no significa una investigación como tal.
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¿Cómo afecta el cambio de gobierno el proceso que se lleva a cabo con el galeón?
Es, sin duda, un desafío para el nuevo gobierno continuar este trámite. Recordemos que el gobierno anterior de Juan Manuel Santos había dejado una APP (Alianza Público Privada) para poder junto con una compañía de origen extranjero adelantar las siguientes fases, es decir la excavación, el inventario y la conservación de estos materiales que no es fácil. Esa APP tomó estos cuatro años declararla desierta porque en primer lugar el Consejo Nacional de Patrimonio consideró que el contexto arqueológico del Galeón San José es uno solo e indivisible y, por lo tanto, no se puede aplicar lo que ya estaba contemplado en esa APP y es que se debiese y se pagase con parte de la carga a la persona o empresa que hiciera la intervención. Entonces lo que le viene al nuevo gobierno es estructurar un proceso de investigación científica que puede hacerse según la ley actual con una compañía privada o puede hacerse, que creemos que es la mejor opción, con entidades académicas de reconocida trayectoria, nacionales e internacionales, que puedan aportar equipos y conocimiento humano para poder intervenir un contexto arqueológico al cual no se puede acceder directamente. Ningún buzo puede bajar y todo se haría con robots que hacen toda la excavación con máquinas remotas.
¿Cual tendría que ser el paso a paso para continuar con el proceso de investigación?
En primer lugar, hay una consideración muy importante que debe hacer la Armada Nacional y seguramente la adquisición de este equipo obedeció a ello es que deben proteger de cualquier incursión el contexto arqueológico. Ya se ha hecho público, durante mucho tiempo, la localización y se han revelado algunas coordenadas y por lo tanto eso que era antes un secreto de estado no lo es tanto ahora y hay que cuidar el sitio. Ahora bien, para la investigación arqueológica, es diseñar un proyecto de investigación científica. Es decir, un proyecto que incluya un estudio juicioso de los antecedentes históricos del Galeón San José, posterior a eso definir unos objetivos de investigación, qué preguntas querría responder ese proyecto que se plantee y junto con esos objetivos plantear una metodología. Es decir, cómo se van a extraer esos elementos, con qué equipos, en cuanto tiempo, qué cronograma, qué presupuesto tendría ese proyecto que tendría que ser aprobado por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia, que es el ente rector en esta materia, y que siendo un contexto sumergido debe tener la aprobación del Ministerio de Cultura y de la Dirección General Marítima.
Eso es la parte técnico científica. Ahora, la otra parte tiene que ver con los recursos financieros que se necesitan para esa investigación. Esta puede resultar muy costosa, excavar en esas profundidades tiene una tarifa diaria muy alta que implica que, al menos, el Estado colombiano no podría asumir los costos de esa investigación con sus recursos propios y ninguna universidad en el país podría asumirla y requeriría de la cooperación internacional que ayude a minimizar los costos al aportar equipos, embarcaciones, conocimientos, etcétera. Este es el otro componente para no tener que acudir a un privado que financie, que es la otra vía. En este caso siempre va a querer una retribución económica monetaria y esta resulta de la venta de las piezas, que claramente no se puede hacer en un contexto arqueológico.
Le sugerimos: Relaciones “yo-tú”, la apuesta de Martin Buber
¿Cómo se puede proteger este lugar de saqueos o incursiones cuando la ubicación ya es pública?
Yo sospecho que esta nueva inspección, además de probar un equipo de reciente adquisición, también tenía el propósito de tranquilizar u ofrecer una información más actualizada sobre las condiciones del sitio en la actualidad. Aparentemente, según las imágenes que nos mostraron, el sitio no ha sido afectado por manos humanas, hay procesos naturales como las corrientes de agua o animales que se encuentran allí que pueden afectar de una manera u otra un contexto de esta naturaleza. Por otro lado, la protección tendría que basarse en protección permanente de embarcaciones que patrullen esa zona, por fortuna no está tan lejos de la costa y esta es una zona en la que hay un tráfico marítimo permanente.
Teniendo en cuenta que Colombia no ha suscrito la convención de la UNESCO sobre el patrimonio sumergido, si el país llegase a aceptar ayuda internacional ¿cómo funcionaría esta cooperación?
Esta convención tiene, además del tema político, algo que se llama el anexo técnico que es una metodología y un paso a paso muy riguroso de cómo debería adelantarse una investigación en estos contextos y esta debe obedecer a la necesidad de responder preguntas históricas, es decir por el valor histórico del hallazgo más que por el valor económico que puedan tener los elementos que hacen parte de ese contexto. No son solo monedas y lingotes, son las pertenencias de los pasajeros del barco y también la estructura misma que dan cuenta de la vida del barco y del comercio que había entre España y sus colonias en América.
Si esto llega a pasar se daría bajo los estándares de cooperación académica y científica que existe entre instituciones de investigación a nivel mundial y que son patrocinadas en ocasiones por organismos como la UNESCO. Esta cooperación básicamente significa un aporte en partes iguales de elementos materiales, personal científico, laboratorios, espacios de conservación para llevar a cabo la investigación y lo que resulta de eso son un montón de productos académicos y de divulgación, que pueden ser libros o artículos científicos en el sentido académico y en cuanto a divulgación tiene que ver con la explotación de los derechos comerciales y pueden salir documentales, series de televisión, libros divulgativos, museos, exposiciones permanentes o itinerantes que pueden generar recursos para continuar el proyecto.
Aquí hay algo muy importante para tener en cuenta y es que, a diferencia de los contextos terrestres, los contextos sumergidos tienen una situación muy particular y es que una vez hundido el yacimiento la madera y todos los elementos que lo conforman entran en una estabilización con el medio acuático y los sedimentos que lo contienen y no se sigue deteriorando. Una vez eso se saca al aire, entra en contacto con el oxígeno del aire y empieza a oxidarse y a deteriorarse salvo los materiales preciosos. Por lo tanto, un proyecto de investigación no debe solo involucrar la excavación sino preguntarse si vale la pena excavar este contexto arqueológico y sacar los materiales. Una de las recomendaciones de UNESCO indica que una alternativa para esta clase de sitios tiene que ver con dejar los elementos sumergidos y protegidos debajo del agua porque ahí están mejor que fuera del agua.
Podría interesarle: Orhan Pamuk: “La literatura es el más valioso tesoro escondido de la humanidad”
¿Dónde ha quedado la conversación arqueológica y científica alrededor del Galeón San José durante el gobierno de Iván Duque?
Una de las primeras acciones que tomó el gobierno de Duque fue encargar a la Vicepresidencia de la República el tema del galeón San José y desde allí se adelantaron una serie de acciones que terminaron, junto con el Ministerio de Cultura, en llevar al Consejo Nacional de Patrimonio Cultural para que se declarase como Bien de Interés Cultural, que es el máximo nivel de protección. Por lo tanto, este yacimiento no puede ser vendido, dividido, comercializado, etcétera. Y, sobretodo, es un yacimiento único, la unicidad es un concepto muy importante en este sentido porque lo que significa es que para entender ese contexto arqueológico tienen que estar todos los elementos tal cual como se encuentran, entonces de ahí se deduce qué fue lo que ocurrió, pero también cómo era la vida y la relación de las personas en ese momento particular.
Entonces esa fue una primera acción. La segunda, en conjunto con la Agencia de Defensa Jurídica del Estado, fue declarar desierta la APP que se logró hacer este años. Y, finalmente, una tercera acción que se adelantó es dotar a la Armada Nacional y a la Dirección General Marítima con las capacidades técnicas y científicas para abordar la protección y el estudio de estos bienes que el más conocido es el galeón, pero hay múltiples contextos como lo acaban de revelar. En este sentido la Armada Nacional adquirió este equipo no tripulado que remotamente permite hacer inspección y registros en video y foto del yacimiento y, además, crearon una unidad en la Dirección General Marítima con oficiales de la Armada que se han formado en temas relacionados con legislación, gestión y protección de patrimonio cultural.
¿Cuál cree que es el futuro del galeón San José?
Yo creo que el país y el próximo gobierno tiene un reto importante no solo con el Galeón San José, también con el patrimonio sumergido que está en aguas colombianas que sabemos que es numeroso, variado y muy rico en historia y elementos patrimoniales. La primera acción tiene que ser levantar un inventario y tener una carta que ubique todos esos pecios y que sepamos exactamente con qué contamos bajo nuestras aguas porque se especula mucho sobre eso. Por otro lado, tiene el enorme reto de seguir fortaleciendo las capacidades no solamente la Dirección General Marítima, también el Instituto Colombiano de Antropología e Historia para poder, como entidades rectoras en materia de patrimonio cultural sumergido, adelantar las acciones en conjunto con las instituciones de educación superior y los centros de investigación del país. Tendría que ser un proyecto de Estado en el que los colombianos tomemos ese control y una vez tengamos ese control podamos pedir la ayuda y sepamos exactamente de qué ayuda es la que estamos requiriendo de esos organismos internacionales que, muy seguramente, por lo atractivo que resulta el Galeón San José y por lo atractivo que resulta estudiar contextos de barcos hundidos en el Caribe y otros lugares como el Pacífico y en aguas interiores puede llegar a ser muy interesante.