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Cartas, cuadros y fotografías componen la exposición “Sorolla y el Conde de Villagonzalo. Una conversación inédita” que se inaugura mañana martes en el Museo Sorolla de Madrid y que reúne estas misivas que fueron halladas en el Archivo Histórico de la Nobleza, guardadas en una carpetilla de justificantes de gastos domésticos del año 1907.
Fue hace un año cuando el Archivo Histórico de la Nobleza descubrió en el Fondo Villagonzalo estas cartas, por lo que se inició un proceso de colaboración con el museo Sorolla que permitió reconstruir la relación profesional y de amistad que mantuvieron ambos, según han relatado este lunes los responsables de ambas instituciones, Enrique Varela y Arancha Lafuente, respectivamente.
Las cartas descubren una relación de amistad que comenzó entre ambos después de que el conde de Villagonzalo, Mariano Miguel Maldonado Dávalos, encargara el retrato de su hija María Luisa Maldonado y Salabert a Sorolla.
El retrato de la hija del conde fue realizado entre marzo y junio de 1907, cuando el artista residía en Madrid, para lo que ambos intercambiaron misivas en las que aparece reflejado el proceso creativo del pintor así como su ajetreada vida profesional.
El resultado se ganó los elogios de la aristocracia madrileña, de tal forma que Sorolla escribió a su mujer que salían muchos encargos.
Finalizado el retrato de María Luisa Maldonado, la correspondencia continuó mientras el pintor realizaba uno de sus encargos más esperados: los retratos de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, que hacía un año que se habían casado.
La carta más significativa está datada el 5 de julio. En ella Sorolla aprovecha para contarle con todo lujo de detalles cómo estaba pintando estos retratos. Para apoyar esta descripción realiza dos dibujos en los que se puede apreciar la idea del artista.
Cuenta así sus impresiones sobre la reina consorte alabando sus cualidades y su dominio del castellano: "La Reina la pinto sentada, está guapísima, envuelta su cabeza y cuerpo en amplia mantilla negra, libre cuello y algo de escote...).
"Esta señora es un encanto, habla castellano muy bien, discurre en cosas de arte admirablemente y, fuera de este que tanto me interesa, en general la encuentro muy superior a muchas gentes que blasonan de competentes en cosas de la vida; realmente el medio en que ella se ha educado dista bastante del nuestro", asegura Sorolla.
Parece que Sorolla, destacaron las comisarias, se sintió libre al pintar los retratos de los reyes.
Esta muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 22 de septiembre, cierra el programa expositivo que, durante el último año, ha conmemorado el centenario del fallecimiento del pintor.