El rap y el teatro en el paro nacional: la naturaleza crítica de las artes en el país
Con las iniciativas “El rap se manifiesta” y “Teatro en primera línea”, las artes escénicas y la música urbana se unieron a las marchas del paro nacional, sumando un mes de protestas en el país.
María José Noriega Ramírez
El rap y el teatro nacional tienen algo en común: nacen de la protesta. Por esa capacidad crítica y contestataria, estos dos sectores optaron por participar activamente del paro nacional. El mensaje de rechazo a la violencia y a la violación de los derechos humanos, así como el llamado a la construcción de unidad y de paz, llevaron a raperos y a dramaturgos a unirse a la ola de protestas que vive el país. Con las iniciativas “El rap se manifiesta” y “Teatro en primera línea”, estos gestores se pronunciaron a favor de un cambio.
“Esto no es una fiesta, no es un festival, es una toma cultural en la que el rap se manifiesta contra la represión violenta de la protesta pacífica, contra el asesinato y desaparición sistemática de artistas, estudiantes, indígenas y líderes sociales. El rap se manifiesta en apoyo a las demandas de un pueblo que exige cambios, se manifiesta contra las políticas de un gobierno que juega con el hambre y reprime a la ciudadanía, se manifiesta por un país que necesita acciones y cambios certeros para poder construir paz”, se lee en el comunicado con el que la iniciativa “El rap se manifiesta” invitó a la ciudadanía a marchar desde el Portal Resistencia, como se bautizó el Portal de las Américas, hasta el barrio Galán, durante las protestas del día de ayer.
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Darly Calderón, una de las organizadoras de la iniciativa, comenta que el rap se gesta desde la necesidad de comunicar la realidad del país, que es resultado de varios años de vivir en la desigualdad y de “ser gobernados desde una posición distante a las necesidades reales del pueblo”. Si bien este descontento social lo han demostrado a lo largo de diferentes manifestaciones y actos culturales, Calderón considera que “El rap se manifiesta” fue la primera vez en la que se reunieron varios raperos, a una sola voz, pidiendo que se respete la vida, que se escuche al pueblo y que se gobierne según sus necesidades.
Diana Avella, que lleva veinte años haciendo rap y trabaja como defensora de derechos humanos, recuerda a KRS ONE y su libro The góspel of hip hop. Parafraseando lo que el rapero dice en su narración, Avella afirma que un concierto nunca ha sido una multitud escuchando a un artista, sino un evento comunitario donde los marginados, los jóvenes revolucionarios y los niños intercambian ideas. Su participación en “El rap se manifiesta” se debe a que vio allí “una posibilidad de levantar la voz por quienes han sido asesinados por acudir a su legítimo derecho a la protesta. Participé por Lucas Villa y por la posibilidad de creer en el arte como convicción, también por Nicolás Guerrero y el sueño de ver más muros llenos de arte. Participé por ellos, por Puerto Resistencia, por todo el Pacífico y por la reconciliación como camino”.
Unión, ese es el mensaje que los raperos dejan con su participación en el paro nacional. Y bajo esta premisa, Spektra de la Rima, otra artista que se vinculó a la iniciativa, hace énfasis en que el rap nace de la protesta y que con él se ha narrado la historia a través del tiempo: “Participar en este paro nacional es casi un deber. Esto es por todos”. Siendo la primera vez que se moviliza con su música, la rapera cree que es un buen momento para protestar a través del arte, teniendo en cuenta “que el tema está bastante álgido y el mensaje debe trascender”.
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El llamado al respeto a la vida y al rechazo ante la violencia que se vive en Colombia lo comparten también las salas nacionales de teatro independiente. Bajo la iniciativa “Teatro en primera línea”, los dramaturgos se unieron al paro nacional en defensa de los derechos humanos y de la protesta pacífica. “Setenta grupos y salas de teatro de todo el país, afectados por la muerte temprana y la desaparición de jóvenes en las marchas del paro nacional, respondemos con el arte y el teatro en las calles, las plazas y en los espacios digitales. A la vez que estamos dolidos, también estamos llenos de esperanza en un futuro mejor para la juventud de Colombia. Nos unimos desde el teatro a la Primera Línea para proteger la vida, la cultura y el arte. Con esta muestra hacemos el duelo y a la vez le cantamos a la vida”, se lee en la programación de la iniciativa.
Catalina Murillo, gerente y actriz del Pequeño Teatro de Medellín, afirma: “No se nos puede olvidar que el teatro colombiano nació de la protesta, nació de los sindicatos y de las marchas de los años 60 y 70. Esa es la labor de las artes: la denuncia. Normalmente con nuestras obras, por más comedias o dramas que sean, siempre estamos denunciando una acción o un hecho. En ese sentido, el teatro siempre ha estado en primera línea, y en este momento tiene que estarlo”. Murillo, además, asegura que “Teatro en primera línea” fue un homenaje a todas las víctimas del paro nacional, a esos amigos, hijos y padres que han sido violentados en medio de las protestas.
Rodrigo Rodríguez, director de Ditirambo Teatro, añade que “Teatro en primera línea” buscó ser un espacio de reflexión, un camino a través del diálogo para la paz, bajo la premisa de respaldo a las protestas desde la no violencia. El dramaturgo afirma que a lo largo de las manifestaciones se ha visto el protagonismo de las expresiones artísticas, pues los artistas han puesto a disposición de la ciudadanía sus acciones lúdicas, estéticas y creativas para abogar por la equidad y por la ejecución de reformas de fondo, incluyendo el manejo que desde el ámbito político se le ha dado al sector cultural.
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Finalmente, Fabián Velandia, desde el Teatro Libre, se une a las voces de sus colegas. Según él, este movimiento nacional de las salas independientes de teatro tuvo el propósito de apoyar “el momento histórico que atraviesa Colombia”, en el que, a través de las manifestaciones que se han dado en las calles, se busca una construcción de país y de identidad, en medio de la necesidad que hay de generar espacios de entendimiento y de escucha. “La cultura juega un papel primordial en el ejercicio de comprender dónde estamos, hacia dónde vamos, qué es lo que queremos y qué es lo que está pasando”. Con la convicción de que el teatro es un reflejo de la realidad, como decía William Shakespeare, la forma en la que las artes escénicas pueden aportar a esta discusión nacional es a través de la capacidad didáctica y pedagógica que tiene el teatro.
El rap y el teatro nacional tienen algo en común: nacen de la protesta. Por esa capacidad crítica y contestataria, estos dos sectores optaron por participar activamente del paro nacional. El mensaje de rechazo a la violencia y a la violación de los derechos humanos, así como el llamado a la construcción de unidad y de paz, llevaron a raperos y a dramaturgos a unirse a la ola de protestas que vive el país. Con las iniciativas “El rap se manifiesta” y “Teatro en primera línea”, estos gestores se pronunciaron a favor de un cambio.
“Esto no es una fiesta, no es un festival, es una toma cultural en la que el rap se manifiesta contra la represión violenta de la protesta pacífica, contra el asesinato y desaparición sistemática de artistas, estudiantes, indígenas y líderes sociales. El rap se manifiesta en apoyo a las demandas de un pueblo que exige cambios, se manifiesta contra las políticas de un gobierno que juega con el hambre y reprime a la ciudadanía, se manifiesta por un país que necesita acciones y cambios certeros para poder construir paz”, se lee en el comunicado con el que la iniciativa “El rap se manifiesta” invitó a la ciudadanía a marchar desde el Portal Resistencia, como se bautizó el Portal de las Américas, hasta el barrio Galán, durante las protestas del día de ayer.
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Darly Calderón, una de las organizadoras de la iniciativa, comenta que el rap se gesta desde la necesidad de comunicar la realidad del país, que es resultado de varios años de vivir en la desigualdad y de “ser gobernados desde una posición distante a las necesidades reales del pueblo”. Si bien este descontento social lo han demostrado a lo largo de diferentes manifestaciones y actos culturales, Calderón considera que “El rap se manifiesta” fue la primera vez en la que se reunieron varios raperos, a una sola voz, pidiendo que se respete la vida, que se escuche al pueblo y que se gobierne según sus necesidades.
Diana Avella, que lleva veinte años haciendo rap y trabaja como defensora de derechos humanos, recuerda a KRS ONE y su libro The góspel of hip hop. Parafraseando lo que el rapero dice en su narración, Avella afirma que un concierto nunca ha sido una multitud escuchando a un artista, sino un evento comunitario donde los marginados, los jóvenes revolucionarios y los niños intercambian ideas. Su participación en “El rap se manifiesta” se debe a que vio allí “una posibilidad de levantar la voz por quienes han sido asesinados por acudir a su legítimo derecho a la protesta. Participé por Lucas Villa y por la posibilidad de creer en el arte como convicción, también por Nicolás Guerrero y el sueño de ver más muros llenos de arte. Participé por ellos, por Puerto Resistencia, por todo el Pacífico y por la reconciliación como camino”.
Unión, ese es el mensaje que los raperos dejan con su participación en el paro nacional. Y bajo esta premisa, Spektra de la Rima, otra artista que se vinculó a la iniciativa, hace énfasis en que el rap nace de la protesta y que con él se ha narrado la historia a través del tiempo: “Participar en este paro nacional es casi un deber. Esto es por todos”. Siendo la primera vez que se moviliza con su música, la rapera cree que es un buen momento para protestar a través del arte, teniendo en cuenta “que el tema está bastante álgido y el mensaje debe trascender”.
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El llamado al respeto a la vida y al rechazo ante la violencia que se vive en Colombia lo comparten también las salas nacionales de teatro independiente. Bajo la iniciativa “Teatro en primera línea”, los dramaturgos se unieron al paro nacional en defensa de los derechos humanos y de la protesta pacífica. “Setenta grupos y salas de teatro de todo el país, afectados por la muerte temprana y la desaparición de jóvenes en las marchas del paro nacional, respondemos con el arte y el teatro en las calles, las plazas y en los espacios digitales. A la vez que estamos dolidos, también estamos llenos de esperanza en un futuro mejor para la juventud de Colombia. Nos unimos desde el teatro a la Primera Línea para proteger la vida, la cultura y el arte. Con esta muestra hacemos el duelo y a la vez le cantamos a la vida”, se lee en la programación de la iniciativa.
Catalina Murillo, gerente y actriz del Pequeño Teatro de Medellín, afirma: “No se nos puede olvidar que el teatro colombiano nació de la protesta, nació de los sindicatos y de las marchas de los años 60 y 70. Esa es la labor de las artes: la denuncia. Normalmente con nuestras obras, por más comedias o dramas que sean, siempre estamos denunciando una acción o un hecho. En ese sentido, el teatro siempre ha estado en primera línea, y en este momento tiene que estarlo”. Murillo, además, asegura que “Teatro en primera línea” fue un homenaje a todas las víctimas del paro nacional, a esos amigos, hijos y padres que han sido violentados en medio de las protestas.
Rodrigo Rodríguez, director de Ditirambo Teatro, añade que “Teatro en primera línea” buscó ser un espacio de reflexión, un camino a través del diálogo para la paz, bajo la premisa de respaldo a las protestas desde la no violencia. El dramaturgo afirma que a lo largo de las manifestaciones se ha visto el protagonismo de las expresiones artísticas, pues los artistas han puesto a disposición de la ciudadanía sus acciones lúdicas, estéticas y creativas para abogar por la equidad y por la ejecución de reformas de fondo, incluyendo el manejo que desde el ámbito político se le ha dado al sector cultural.
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