El realismo mágico: un puente entre la pintura y la literatura
La Universidad Sorbonne Panthéon de París inauguró la exposición “Réalisme Magique et Olympique”, una muestra comisariada por Adriana Silva, de Arte al paso gallery. Este evento contará con la participación de siete colombianos, que muestran en sus obras la diversidad del arte contemporáneo en la región.
Jorge Danilo Bravo Reina
Gracias a las obras de arte, hoy en día es posible enterarse de las vivencias del pasado: la forma en la que la gente pensaba, los temores que tenían o las cosas que adoraban. También se puede recrear la memoria visual de la geografía o arquitectura de algunos lugares que ya no existen. El arte ayuda a recordar. Una suerte de sueño inconsciente que recreamos a la hora de contemplar lo que otros, ciudadanos de su tiempo, nos legaron.
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Gracias a las obras de arte, hoy en día es posible enterarse de las vivencias del pasado: la forma en la que la gente pensaba, los temores que tenían o las cosas que adoraban. También se puede recrear la memoria visual de la geografía o arquitectura de algunos lugares que ya no existen. El arte ayuda a recordar. Una suerte de sueño inconsciente que recreamos a la hora de contemplar lo que otros, ciudadanos de su tiempo, nos legaron.
En el panorama actual los artistas se siguen cuestionando y reflexionando sobre el mundo que les rodea. El realismo mágico es una corriente artística que generalmente se ha relacionado con la literatura; sin embargo, nació como un movimiento pictórico en Alemania a comienzos de la década de los 20. La exposición en cuestión explora este concepto, que para muchos tiene que ver con sueños, para otros con fantasías y para el resto con una mezcla de corrientes que buscan explicar la realidad con ayuda de la magia. Sobre sus orígenes, bases y exploraciones hay una exposición en París que reflexiona lo que ha pensado el arte latinoamericano sobre este campo.
El realismo mágico
Es un movimiento artístico y literario que se caracteriza por la fusión de elementos realistas y fantásticos, creando una visión única de la realidad. Aunque comúnmente se asocia con la literatura latinoamericana del siglo XX, tiene sus orígenes en la pintura alemana de la década de 1920. Este movimiento surgió como una reacción a los cambios sociales y políticos de la posguerra, ofreciendo una perspectiva alternativa sobre la realidad y la experiencia humana.
Orígenes del realismo mágico en Alemania
En 1923, Gustav Friedrich Hartlaub publicó la Introducción a la nueva objetividad, un movimiento pictórico alemán que surgió después del expresionismo. Con el deseo de regresar al realismo, buscó principalmente resaltar la forma estética y estática de los objetos. Quienes se dedicaron a la nueva objetividad dejaron de lado la subjetividad y la deformación de la realidad. Los temas que trataron fueron la crítica social y política que reflejaban la lucha y las injusticias después de la Primera Guerra Mundial.
La nueva objetividad presentaba una dualidad interna marcada por la división entre los veristas y los mágico-realistas.
Los mágico-realistas introdujeron elementos mágicos y fantásticos en su obra, cuestionaron la percepción convencional de lo real y exploraron una visión de lo oculto en la misma realidad. Algunos de los artistas destacados fueron Christian Schad y Georg Schrimpf, quienes estuvieron inspirados por corrientes artísticas como el surrealismo y la pintura metafísica italiana.
Los veristas se caracterizaron por proclamar un plano crítico de la realidad y evidenciaron los síntomas sociales después de la guerra. Sus obras se caracterizaron por mostrar la fealdad de manera impresa, con imágenes distorsionadas que se inclinaron hacia la sátira. Algunos de sus exponentes fueron Otto Dix, George Grosz, Rudolf Schlichter y Max Beckmann.
Esta división entre corrientes ilustraba la diversidad dentro de la nueva objetividad y la complejidad de las respuestas artísticas frente a los desafíos de la realidad contemporánea.
La distinción entre los veristas y los mágico-realistas también se reflejaba en sus enfoques estéticos y su percepción de la realidad circundante. Mientras los veristas buscaban capturar la verdad desnuda de la existencia humana, mostrando la fealdad y la dureza de la vida urbana, los mágico-realistas exploraban lo irracional y lo onírico. Sin embargo, una característica en común es la ilustración del desarrollo tecnológico e industrial que se estaba desarrollando en la época.
Esta dualidad estética reflejaba las diversas respuestas de los artistas ante el complejo panorama social y político de la Alemania de entreguerras.
Posteriormente, el término realismo mágico se retomó en el contexto de las artes plásticas en la Alemania prenazi, acuñado por Franz Roh en 1925, quien delineó hasta 22 puntos que caracterizaban esta corriente, la cual surgió como una reacción a movimientos artísticos anteriores, como el expresionismo y el abstraccionismo.
Roh buscó un retorno a la objetividad y al realismo en el arte, rechazando la subjetividad y la deformación de lo real. Para él, la realidad no fue solo una copia literal del mundo, sino que era una abstracción interpretativa, misteriosa y mágica.
Surgida en un período de transformación social y político marcado sin duda por la crisis de la posguerra, la sociedad se enfrentaba a una realidad desconcertante marcada por el crecimiento urbano desenfrenado y el surgimiento del consumismo. En este contexto, el realismo mágico se presentó como un intento de redescubrir la magia en la realidad y ofrecer una respuesta al dilema del ser humano moderno, alienado en un mundo tecnológico y materialista.
Introducción a la literatura
El recorrido por Europa del realismo mágico no se limitó solo al ámbito de las artes plásticas, sino que también se extendió a otras formas artísticas como la literatura y el cine.
En Italia, Massimo Bontempelli introdujo por primera vez el término dentro de la narrativa literaria con la cuarta edición de la revista llamada 900, en 1927. Su escritura significó reflejar al humano y al mundo como un milagro y un misterio.
En novelas como Il figlio di due madri reflejó un mundo que mezcló entre la realidad y la fantasía sin que sus personajes se sorprendieran por situaciones poco convencionales como la reencarnación. Sin embargo, Bontempelli fue partidario del régimen fascista, razón por la que, posiblemente, su interpretación del realismo mágico no fue tan difundida.
Llegada del realismo mágico a América Latina
El término fue adoptado por Arturo Uslar Pietri, escritor venezolano que conoció la corriente en París durante los años 20, mientras indagó por las vanguardias europeas. Según Uslar, no se trataba de agregar elementos de fantasía para crear una ilusión, sino de mostrar el misterio mismo de la realidad. En su libro Letras y hombres de Venezuela se encontró el primer esbozo del realismo mágico.
Después, en El reino de este mundo, que se aproximó a hablar de la historia del Caribe, mostrando la persistencia de los rituales y la religión africana, el cubano y francés Alejo Carpentier utilizó el término “real maravilloso”.
Desde este punto empezó el camino del realismo mágico en la literatura hasta llegar a la concepción más famosa como la del nobel Gabriel García Márquez, con su obra Cien años de soledad, un ejemplo paradigmático de cómo este estilo literario pudo crear una visión mágica y a la vez realista de la experiencia humana.
A lo largo del tiempo este concepto mantuvo su vigencia, adaptándose a los cambios sociales y culturales. La característica principal de fusionar lo mágico con lo real, abordando temas universales y trascendentes, lo convirtió en un movimiento de relevancia e influencia en el arte moderno.
Sobre la exposición
Adriana Silva vive en Francia hace 24 años, se especializa en la gestión y formulación de proyectos culturales, migró a París en su búsqueda por el arte y es la única colombiana curadora y comisaria de exposiciones reconocida por la Asociación Francesa de Comisarios y Curadores de Arte (CEA).
Para 2024, el país invitado para apadrinar el evento fue Guatemala, bajo la dirección de Olga Julissa Anzueto Aguilar, embajadora de Guatemala en Francia. La inauguración, conocida como “Vernissage”, tuvo lugar el viernes 17 de mayo con un espectáculo central a cargo de la Coral Latinoamericana Popayán y su director Hernán Alcalá. Esta exposición es parte de las celebraciones de la undécima “Semana de América Latina y el Caribe” (un evento para destacar la riqueza de las relaciones pasadas y presentes entre esta región del mundo y Francia).
La muestra “Réalisme Magique et Olympique” reúne a 22 artistas de Guatemala, Colombia, Perú, México, Ecuador, Honduras, Costa Rica, Panamá y República Dominicana, quienes ofrecen en sus obras una visión de la diversidad del arte contemporáneo latinoamericano. En la exposición participan los colombianos Alba Piedad Quevedo Martín, Juan Rodrigo Jiménez Guzmán, Alejandro Leyva Tovar, Diego Armando Ballestas y María Alexandra Arévalo.