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El ‘Sarcófago de los Esposos’, la obra símbolo del amor eterno que representa una pareja abrazada y se conserva en el Museo Nacional Etrusco de Roma, está a salvo de las vibraciones de tráfico que la amenazaban, gracias a una plataforma aislante de alta tecnología.
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Debido a las vibraciones del tráfico cercano y del tranvía, se temía por esta rarísima urna cineraria fechada entre el 530-520 a.C, de la que solo se conoce otro ejemplar en el mundo conservado en el Museo Louvre de París, realizada en arcilla cocida y, por lo tanto, muy frágil.
Cuando fue descubierto en 1881 en la necrópolis de Banditaccia en Cerveteri, cerca de Roma, estaba dividida en más de 400 fragmentos y representaba una pareja acostada en una cama (kline), con el torso levantado en posición de banquete, que se abrazaba y en la que está plasmada la enigmática sonrisa etrusca.
En los últimos 18 meses se puso en marcha el proyecto Monalisa, que significa "Monitorización activa y aislamiento de objetos de arte frente a vibraciones y terremotos".
Se diseñó una base antivibraciones aislante, desarrollada por un equipo de investigadores de la Universidad La Sapienza, de las sociedades Enea y Somma y del Servicio de Conservación del Museo Nacional Etrusco, "que no solo es capaz de reducir las vibraciones, sino también de amortiguar los efectos de posibles sacudidas sísmicas", explicaron en una nota.
El matrimonio que celebra su banquete, y que así quedó inmortalizado para la eternidad, estará ahora constantemente monitorizado por una serie de sensores que medirán tanto las vibraciones del suelo del museo como las de la propia plataforma aislante, de forma que enviarán, cuando se superen los umbrales de alerta o alarma, mensajes a los teléfonos de los vigilantes.
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“Aunque la técnica del aislamiento de la base está ampliamente explorada para la protección de edificios contra terremotos, todavía se utiliza poco en el sector de la protección de objetos de museo, mientras su aplicación contra las vibraciones verticales provocadas por el tráfico es casi desconocida”, subrayó el profesor asociado de Sapienza, Luigi Sorrentino, coordinador científico del proyecto.
El ingeniero estructural de ENEA (Earth Observations and Analysis Laboratory), Paolo Clemente, afirmó que, “además, el enfoque innovador que se ha desarrollado se puede aplicar a cualquier obra de arte, convirtiéndose en un modelo metodológico y tecnológico a adoptar para proteger las obras maestras de nuestro país”.
Para probar la eficacia “aislante” de la innovación, el equipo también fabricó una réplica del Sarcófago que se alojó en la plataforma y se sometió a pruebas sísmicas y de vibración del tráfico “con excelentes resultados”, explicaron.