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Del suelo se erigen tres figuras femeninas de cinco metros hechas con retazos y objetos metálicos. Las esculturas retratan la visión de la artista estadounidense Michelle Browder sobre el aspecto de Anarcha Betsey y Lucy, tres de las once esclavas sobre las cuales J. Marion Sims realizó experimentos ginecológicos durante el siglo XIX en Alabama, lo cual le dio el título de “padre de la ginecología moderna”.
Para conocer la historia detrás del monumento que Browder llamó “Las Madres de la Ginecología” hay que regresar a 2014; sin embargo, el sentido de la obra se encuentra en desafiar el título que se le dio al médico y contar el sacrificio olvidado de las once mujeres cuyos cuerpos fueron usados en nombre de la medicina, sin su consentimiento y sin que importara su dolor.
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Michelle Browder es una artista oriunda de Montgomery, Alabama, quien además dirige un centro para jóvenes y su propia empresa More than Tours. Su activismo heredado de su familia la llevó a recorrer estos caminos y cuenta que desde que conoció la historia de Anarcha, Betsey y Lucy se preocupó por visibilizar su historia.
“Aprendí sobre Sims cuando fui a la universidad a los 18 y me presentaron esta pintura de Robert Thom que muestra a estas tres mujeres temerosas de lo que estaba a punto de suceder. Alrededor de ellas hay tres hombres blancos, doctores, uno de ellos era J. Marion Sims, y, básicamente, se puede leer el horror y el miedo que estas mujeres estaban sintiendo. Vi esta pintura en el instituto de arte y la imagen se quedó conmigo por 25 años”, recuerda Browder.
Una estatua en honor a Sims fue puesta en 1939 frente al Capitolio del estado de Alabama, donde aún se encuentra gracias a una ley estatal que impide remover estatuas si llevan más de cuarenta años en su lugar. Browder llevaba sus tours a visitar el lugar y contar el otro lado de la historia. En estos viajes, constantemente se preguntaba “si este es el padre de la ginecología, ¿dónde están las madres?”.
Fue esto lo que la llevó a la decisión de erigir un monumento en honor a ellas. En años recientes, el legado celebrado de Sims (los instrumentos y procedimientos que inventó) ha sido cuestionado. No solamente se ha puesto en duda su autoría, sino también sus métodos: las once mujeres afroamericanas sobre las que experimentó no dieron su consentimiento para los procedimientos y no usó ningún tipo de anestesia con ellas.
“Al conocer la historia de estas tres mujeres jóvenes esclavizadas, quedé aterrada. Pensé en establecer un día mi propio monumento a estas mujeres y contar su historia para dar más contexto. Así fue como llegamos a este resultado, pero todo pasó 25 años más tarde”, dice Browder. Las figuras de las tres mujeres cargan con una gran cantidad de símbolos. Desde sus peinados tradicionales africanos, hasta los símbolos incrustados en su pecho, Browder y su colega Deborah Shedrick pensaron en cada detalle y en los mensajes que querían enviar a través de su homenaje. Shedrick, por ejemplo, añadió al boceto inicial un agujero en el vientre de Anarcha que representa la fístula que Sims supuestamente logró curar después de haber realizado en ella varias cirugías sin éxito.
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Browder tomó inspiración de diferentes lugares, uno de ellos fue San Francisco. En uno de sus viajes fue invitada por una pareja que conocía y se topó con la estatua del buda femenino, Tara Mechani, de la escultora Dana Albany, con quien Browder estuvo en contacto durante un año. “En cuanto la vi [la estatua], pensé: ¡así es como se debe ver Anarcha! Creamos un equipo de artistas del festival Burning Man y muchas otras personas que volaron a San Francisco para ayudar a crear Anarcha. Usamos artículos de metal desechados, latón, metal, cobre, cadenas de bicicletas. La gente empezó a traer objetos que no querían y encontramos la manera de usarlos”.
Las esculturas están hechas de metal recolectado y donado por los visitantes de Browder, quien cuenta que para este proyecto aprendió a soldar y recibió materiales de diferentes partes, como Capitol Recycle en Montgomery. Este lugar “donó elementos médicos que, para mi sorpresa, son las tijeras, fórceps, espéculos, todo lo que se usó en estas mujeres. Una mujer que tomó uno de mis tours nos trajo una campana que pertenecía a la madre de su esposo, quien la usaba para llamar a su doncella negra, que se llamaba Ophie. Tenemos esa campana para que la gente pueda tocarla en recuerdo de ella. Hay una mujer que hizo mi recorrido y donó todas las joyas de su madre que están incrustadas en la pieza”.
“Las madres de la ginecología” es la primera fase del proyecto More Up Campus, con el que Browder ha soñado toda su vida y que, en este momento, alberga el monumento, una galería que resalta a mujeres artistas afroamericanas y una tienda de regalos. Este hace parte de su iniciativa “I am more than”, un proyecto en tres fases donde Browder espera crear en la segunda parte “un centro para estudiantes viajeros. Quiero que las personas pueden hospedarse aquí. Ansiamos crear una experiencia íntima e inmersiva en esta historia de Alabama, las tribus indígenas del estado y también un recorrido hasta lo que vemos hoy. La tercera fase es un centro de recursos donde las personas podrán tener una experiencia totalmente inmersiva y hablar con figuras históricas que aún siguen con vida, también habrá libros y otros documentos para el público que quiera tener esta conversación. Ahora que la historia de Anarcha, Lucy y Betsey ha ganado tanta relevancia, queremos dar el espacio para que las expertas que han hablado de ellas durante diez o quince años cuenten su historia”, dijo Browder.
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El monumento “Las madres de la ginecología”, de Michelle Browder, fue un proyecto colaborativo en el que varias personas de diferentes partes de Estados Unidos se unieron para crear las figuras de Anarcha, Lucy y Betsey. Para la artista hubo algo muy importante durante el proceso: su obra y visión se mantuvieron. El pasaje “Escribe una visión y hazla clara” rigió durante la creación de sus esculturas. “Tuve algunos artistas y fabricantes increíbles de todo el país que trajeron a otras personas y fue muy útil. Cuando la gente se une con una cosa en mente para corregir los errores del pasado, es asombroso lo que se puede hacer a través del arte. Eso es lo importante. Todo lo que hice fue escribir la visión y, por supuesto, participé, pero se necesita de una aldea para criar a un niño, por lo que se necesita una comunidad de creadores para corregir los errores del pasado”.
Con su monumento, Browder quiso crear un espacio en el que las mujeres pudieran sanar. Quiso que su público pudiera ver la otra cara de la moneda abriendo una discusión en cuanto a derechos reproductivos. “Espero que lo que la gente se lleve del monumento sea eso. Si tienen una visión, síganla, y entonces todos podremos ser libres por la verdad que vendrá de ella”.