El surrealismo de Leonora Carrington visita Colombia
“Looking In El Mundo de Leonora Carrington” es una de las exhibiciones que se exhiben en el Museo de Arte del Tolima, en Ibagué. La muestra, que abrió el pasado 31 de mayo y va hasta el 30 de julio, presenta dibujos, litografías, grabados y esculturas de la artista surrealista inglesa.
Andrea Jaramillo Caro
¿De dónde salió la idea de hacer una exhibición sobre Leonora Carrington en Colombia?
Vivo en México y cuando volví a la presidencia del consejo directivo del museo, en el 2019, mi mayor interés era llevar muestras de calidad al museo; ese es mi mayor esfuerzo: ayudar a su sostenimiento, por supuesto, pero tratando de llevar una oferta interesante para la ciudad y para la región. Desde México, he tenido la oportunidad de buscar algunas colecciones y artistas que pueden ser valiosos para la escena local en Ibagué. Conocí a personas del consejo Leonora Carrington, a quien dirige el consejo Leonora Carrington y le hice la propuesta de llevar a Leonora Carrington a Ibagué y me metí en la idea de hacer ese proyecto. Considero que es una artista supremamente importante dentro del contexto latinoamericano y del surrealismo, para llevarla a la ciudad.
¿Cómo fue el proceso de la exhibición, desde el primer contacto con el Consejo Leonora Carrington hasta la inauguración?
El Consejo Leonora Carrington fue fundado en el 2017 con un cuerpo de obra que es donado al Consejo Leonora Carrington por uno de los hijos de Leonora Carrington, Pablo Weiss. Luego de hacer el contacto con el consejo vimos que teníamos un número de obras limitado. Claro, no íbamos a tener acceso a toda su obra, sino a lo que hay disponible dentro del consejo. Dentro de eso, cuando yo le hice la propuesta a Fermín Llamazares, el presidente del consejo, empezamos a ver qué podría ser interesante dentro de la colección de Leonora para la ciudad, teniendo en cuenta el transporte y todo. Entonces ahí es cuando se decide llevar piezas de escultura de mediano formato, llevar gráfica y llevar dibujo. Él fue quien hizo la selección de obra definitiva a partir, además de otros compromisos que tiene el consejo de Leonora.
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¿Por qué es importante traer a Leonora Carrington a Colombia?
Creo que Colombia es un país adonde llegan pocas exposiciones de arte internacional. Colombia nunca ha estado en esas rutas de exposiciones internacionales. Las exposiciones que nos llegan habitualmente son contadas. El Gobierno y los museos no invierten mucho en traer obras al país. Nuestra escena de museos es pequeña en comparación al tamaño del país. Son pocos museos, poco presupuesto, pero el cruce cultural que se da cuando tú logras llevar un artista de un país a otro es importantísimo, porque te abre la mente y te lleva a conocer cosas que de otra manera las vemos en internet.
En el caso específico de Leonora, me parece una figura supremamente valiosa. Primero, es una figura histórica que está ligada desde su juventud al movimiento surrealista. Ya de por sí eso le da un enorme valor, porque es de las pocas mujeres que fueron ligadas al movimiento surrealista, un movimiento muy importante dentro de las vanguardias; pero, mirándolo con ojos de hoy en día, también, un movimiento supremamente machista. Leonora Carrington, siendo inglesa, rechaza una serie de virtudes de su familia adinerada y socialmente muy bien puesta en Inglaterra y recorre este camino del arte en un momento en que pronto comienza la Segunda Guerra Mundial y ella termina huyendo de la guerra y de mil cosas en América y en Nueva York, y de ahí va a México. Aquí conoció al padre del surrealismo, André Breton, y desarrolló gran parte de su obra en este país. Creo que ese periplo que además une el surrealismo con la imaginaria y las creencias ancestrales latinoamericanas me parece muy valioso de ver en un contexto como el de Ibagué, en Tolima.
¿Cuál es el valor de la obra de Leonora Carrington en la historia del arte y la historia del surrealismo?
En la historia del surrealismo, poco. Ella estaba muy joven cuando se vinculó al movimiento y el surrealismo es muy particular en cuanto a que tiene fecha de nacimiento, desarrollo y muerte. El grupo original de surrealistas en un momento se separan, por la guerra u otros factores, y ahí declaran la muerte del surrealismo. En ese momento la obra de Leonora Carrington y Remedios Varo apenas empezaba. Lo interesante en este caso no es lo que ella pudo haber hecho por el surrealismo, sino lo que el surrealismo como concepto le hizo a ella como artista, porque le permitió trabajar siempre desde una conciencia profunda, el subconsciente y lo onírico. Todo lo que hay en el mundo de Leonora Carrington es imaginado. Es una artista que parte del papel en blanco y empieza a plasmar sus sueños.
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Hablemos sobre los personajes que aparecen en la obra de Carrington…
Parte de la discusión alrededor de su obra es cómo surgen estos personajes y qué tanto ella los tenía en su imaginación, en su imaginario, como construcción de dibujo, y en qué momento ella pareciera que está dialogando con ellos. Estas son conjeturas que llegan en el análisis de la obra. Leonora también es escritora y decía que los cuadros no eran para explicarlos, que cada cuadro era una invitación a que uno entrara en ellos y que uno los explotara, explorara la imaginación del artista a partir de la imaginación propia. Ella no daba demasiadas pistas de cuál era su proceso y de dónde salían estos personajes.
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¿Cómo se manejaron las obras y la museografía dentro de las salas del MAT?
En el museo tenemos un equipo museográfico muy joven, pero que hace un trabajo muy interesante. En parte, como la muestra se demora, aquí hubo un detalle muy particular y es que nos costó mucho trabajo conseguir el seguro para que las obras pudieran viajar a Colombia. Nos costó como ocho meses lograr el seguro, cuando para cualquier otra institución es un mes. La muestra debía ser inaugurada en diciembre, por el cumpleaños del museo, pero terminó siendo en mayo. En estos meses, entonces, pues el equipo del museo hace muchas discusiones de cómo generar la museografía, porque aquí lo que se trata no es simplemente de mostrar unas obras, sino de invitar a las personas a entrar en el mundo de Leonora Carrington. Es una invitación a entrar en ese mundo, en ese mundo onírico, en ese mundo lúdico, en ese mundo donde los animales se transforman en figuras medio humanas. Para esto, colocamos las esculturas en una de las salas junto a un video que se hace de manera especial para ellas, y se hace una instalación que potencializa las obras que hay ahí para que la experiencia sea sensorial y al final estamos haciendo una muestra que invita a todos los sentidos. Pretendimos hacer una exposición un poco envolvente y una exposición estimulante de la selección de los colores. Dentro de eso, se termina contando la vida de Leonora y su importancia tanto en el movimiento surrealista como el arte mexicano y su posición tan significativa dentro de los movimientos feministas que surgieron en el siglo XX.
¿De dónde salió la idea de hacer una exhibición sobre Leonora Carrington en Colombia?
Vivo en México y cuando volví a la presidencia del consejo directivo del museo, en el 2019, mi mayor interés era llevar muestras de calidad al museo; ese es mi mayor esfuerzo: ayudar a su sostenimiento, por supuesto, pero tratando de llevar una oferta interesante para la ciudad y para la región. Desde México, he tenido la oportunidad de buscar algunas colecciones y artistas que pueden ser valiosos para la escena local en Ibagué. Conocí a personas del consejo Leonora Carrington, a quien dirige el consejo Leonora Carrington y le hice la propuesta de llevar a Leonora Carrington a Ibagué y me metí en la idea de hacer ese proyecto. Considero que es una artista supremamente importante dentro del contexto latinoamericano y del surrealismo, para llevarla a la ciudad.
¿Cómo fue el proceso de la exhibición, desde el primer contacto con el Consejo Leonora Carrington hasta la inauguración?
El Consejo Leonora Carrington fue fundado en el 2017 con un cuerpo de obra que es donado al Consejo Leonora Carrington por uno de los hijos de Leonora Carrington, Pablo Weiss. Luego de hacer el contacto con el consejo vimos que teníamos un número de obras limitado. Claro, no íbamos a tener acceso a toda su obra, sino a lo que hay disponible dentro del consejo. Dentro de eso, cuando yo le hice la propuesta a Fermín Llamazares, el presidente del consejo, empezamos a ver qué podría ser interesante dentro de la colección de Leonora para la ciudad, teniendo en cuenta el transporte y todo. Entonces ahí es cuando se decide llevar piezas de escultura de mediano formato, llevar gráfica y llevar dibujo. Él fue quien hizo la selección de obra definitiva a partir, además de otros compromisos que tiene el consejo de Leonora.
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¿Por qué es importante traer a Leonora Carrington a Colombia?
Creo que Colombia es un país adonde llegan pocas exposiciones de arte internacional. Colombia nunca ha estado en esas rutas de exposiciones internacionales. Las exposiciones que nos llegan habitualmente son contadas. El Gobierno y los museos no invierten mucho en traer obras al país. Nuestra escena de museos es pequeña en comparación al tamaño del país. Son pocos museos, poco presupuesto, pero el cruce cultural que se da cuando tú logras llevar un artista de un país a otro es importantísimo, porque te abre la mente y te lleva a conocer cosas que de otra manera las vemos en internet.
En el caso específico de Leonora, me parece una figura supremamente valiosa. Primero, es una figura histórica que está ligada desde su juventud al movimiento surrealista. Ya de por sí eso le da un enorme valor, porque es de las pocas mujeres que fueron ligadas al movimiento surrealista, un movimiento muy importante dentro de las vanguardias; pero, mirándolo con ojos de hoy en día, también, un movimiento supremamente machista. Leonora Carrington, siendo inglesa, rechaza una serie de virtudes de su familia adinerada y socialmente muy bien puesta en Inglaterra y recorre este camino del arte en un momento en que pronto comienza la Segunda Guerra Mundial y ella termina huyendo de la guerra y de mil cosas en América y en Nueva York, y de ahí va a México. Aquí conoció al padre del surrealismo, André Breton, y desarrolló gran parte de su obra en este país. Creo que ese periplo que además une el surrealismo con la imaginaria y las creencias ancestrales latinoamericanas me parece muy valioso de ver en un contexto como el de Ibagué, en Tolima.
¿Cuál es el valor de la obra de Leonora Carrington en la historia del arte y la historia del surrealismo?
En la historia del surrealismo, poco. Ella estaba muy joven cuando se vinculó al movimiento y el surrealismo es muy particular en cuanto a que tiene fecha de nacimiento, desarrollo y muerte. El grupo original de surrealistas en un momento se separan, por la guerra u otros factores, y ahí declaran la muerte del surrealismo. En ese momento la obra de Leonora Carrington y Remedios Varo apenas empezaba. Lo interesante en este caso no es lo que ella pudo haber hecho por el surrealismo, sino lo que el surrealismo como concepto le hizo a ella como artista, porque le permitió trabajar siempre desde una conciencia profunda, el subconsciente y lo onírico. Todo lo que hay en el mundo de Leonora Carrington es imaginado. Es una artista que parte del papel en blanco y empieza a plasmar sus sueños.
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Hablemos sobre los personajes que aparecen en la obra de Carrington…
Parte de la discusión alrededor de su obra es cómo surgen estos personajes y qué tanto ella los tenía en su imaginación, en su imaginario, como construcción de dibujo, y en qué momento ella pareciera que está dialogando con ellos. Estas son conjeturas que llegan en el análisis de la obra. Leonora también es escritora y decía que los cuadros no eran para explicarlos, que cada cuadro era una invitación a que uno entrara en ellos y que uno los explotara, explorara la imaginación del artista a partir de la imaginación propia. Ella no daba demasiadas pistas de cuál era su proceso y de dónde salían estos personajes.
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¿Cómo se manejaron las obras y la museografía dentro de las salas del MAT?
En el museo tenemos un equipo museográfico muy joven, pero que hace un trabajo muy interesante. En parte, como la muestra se demora, aquí hubo un detalle muy particular y es que nos costó mucho trabajo conseguir el seguro para que las obras pudieran viajar a Colombia. Nos costó como ocho meses lograr el seguro, cuando para cualquier otra institución es un mes. La muestra debía ser inaugurada en diciembre, por el cumpleaños del museo, pero terminó siendo en mayo. En estos meses, entonces, pues el equipo del museo hace muchas discusiones de cómo generar la museografía, porque aquí lo que se trata no es simplemente de mostrar unas obras, sino de invitar a las personas a entrar en el mundo de Leonora Carrington. Es una invitación a entrar en ese mundo, en ese mundo onírico, en ese mundo lúdico, en ese mundo donde los animales se transforman en figuras medio humanas. Para esto, colocamos las esculturas en una de las salas junto a un video que se hace de manera especial para ellas, y se hace una instalación que potencializa las obras que hay ahí para que la experiencia sea sensorial y al final estamos haciendo una muestra que invita a todos los sentidos. Pretendimos hacer una exposición un poco envolvente y una exposición estimulante de la selección de los colores. Dentro de eso, se termina contando la vida de Leonora y su importancia tanto en el movimiento surrealista como el arte mexicano y su posición tan significativa dentro de los movimientos feministas que surgieron en el siglo XX.