Foto: Ilustración Paula Sánchez M.
Abstraerse de la razón, dejándose llevar por la imaginación. No prestarles atención a los juicios morales ni estéticos, comenzando por los propios. Regresar al pasado, a aquellos años de infancia, en donde se podía ser en total libertad. Todo aquello no fue una utopía, sino las ilusiones que un día se convirtieron en realidad y que sentaron la base de un movimiento cultural que surgió en Francia en la década de 1920: el surrealismo. Aquella propuesta quizás no hubiera existido sin el hallazgo que hizo André Breton, su fundador, unos años antes.
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com