El teatro abre una puerta a la liberación y reconciliación de los presos
El clásico “El médico a palos”, de Moliere, llegó hasta la cárcel de la ciudad colombiana de Tuluá (Valle del Cauca), donde un grupo de presos se sumó a los de otras cinco prisiones del país para participar en el Festival de Teatro Carcelario, una forma de liberarse entre rejas.
EFE
“Empezamos solamente como para ver qué pasaba, qué sucedía; y hoy en día esto nos ha enamorado. Ha estimulado este corazón y el corazón de mis compañeros”, cuenta Orlando Velasco, uno de los presos que forma parte de este peculiar grupo de teatro antes de presentarse frente a sus propios compañeros del establecimiento penitenciario y de los familiares de los que actuaron.
El grupo de teatro de internos de Tuluá, en el departamento de Valle del Cauca, lleva año y medio trabajando en esta obra, haciendo trabajos de voz, de improvisación, “juegos de contarnos las vidas, de ser amigos, sobre todo de ser amigos, de romper las barreras que hay (...) lo que inicialmente sostuvo este grupo de principio a fin”, rememora Valeria Giraldo, la persona que estuvo acompañándolos en todo este proceso.
"Las personas que se inscribieron eran nuevas, nunca habían hecho teatro y simplemente venían porque era más fácil estar en clase de teatro y no en un patio donde cualquier cosa puede pasar a cualquier hora", agrega Giraldo sobre el contexto de los presos que se sumaron a esta iniciativa.
Y armar una obra en la cárcel no es fácil, siempre hay cambios de centros penitenciarios o personas en permiso que no pueden asistir a los ensayos. Pero la obra conquistó a estos presos, que siempre estuvieron dispuestos a trabajar sus personajes para salvar la obra y acabaron enamorándose.
En una realidad compleja como la que viven los presos en su día a día, algunos se encontraron con el teatro, que se convirtió en una puerta a la liberación y reconciliación que les ayudó a evadirse y a tener un propósito.
“El mejor punto para resocializar a una persona, el corazón”, explica Velasco, que tiene 45 años y ha vivido 16 de esos en prisión. El recluso añade: “El teatro estimula el corazón, la sensación es de poder crear un personaje que no eres tú, vivir el personaje de otra persona”.
Festival Nacional de Teatro Carcelario
Entre el 26 de abril y el 6 de mayo, los internos de las cárceles de las localidades de Anserma, Vélez, Acacías, Puerto Triunfo, Tuluá y Las Heliconias (Florencia), presentan sus obras en cada prisión frente a un jurado de expertos como los actores Mariana Gómez, Santiago Alarcón y Emmanuel Restrepo.
La obra ganadora será presentada en un teatro fuera de la cárcel, con acceso a toda la comunidad, "como un esfuerzo por fomentar nuestro objetivo de diálogo y reconciliación", asegura la directora del Festival y de la Fundación Acción Interna, la actriz y activista colombiana Johanna Bahamón.
La Fundación Acción Interna es una organización sin ánimo de lucro creada en 2012 por Bahamón con el objetivo de dignificar y mejorar la calidad de vida de la población carcelaria y que ha pagado penas, ayudándolos a transformar su vida, a reivindicarla y a reconciliarse con el resto de la sociedad.
“Empezamos solamente como para ver qué pasaba, qué sucedía; y hoy en día esto nos ha enamorado. Ha estimulado este corazón y el corazón de mis compañeros”, cuenta Orlando Velasco, uno de los presos que forma parte de este peculiar grupo de teatro antes de presentarse frente a sus propios compañeros del establecimiento penitenciario y de los familiares de los que actuaron.
El grupo de teatro de internos de Tuluá, en el departamento de Valle del Cauca, lleva año y medio trabajando en esta obra, haciendo trabajos de voz, de improvisación, “juegos de contarnos las vidas, de ser amigos, sobre todo de ser amigos, de romper las barreras que hay (...) lo que inicialmente sostuvo este grupo de principio a fin”, rememora Valeria Giraldo, la persona que estuvo acompañándolos en todo este proceso.
"Las personas que se inscribieron eran nuevas, nunca habían hecho teatro y simplemente venían porque era más fácil estar en clase de teatro y no en un patio donde cualquier cosa puede pasar a cualquier hora", agrega Giraldo sobre el contexto de los presos que se sumaron a esta iniciativa.
Y armar una obra en la cárcel no es fácil, siempre hay cambios de centros penitenciarios o personas en permiso que no pueden asistir a los ensayos. Pero la obra conquistó a estos presos, que siempre estuvieron dispuestos a trabajar sus personajes para salvar la obra y acabaron enamorándose.
En una realidad compleja como la que viven los presos en su día a día, algunos se encontraron con el teatro, que se convirtió en una puerta a la liberación y reconciliación que les ayudó a evadirse y a tener un propósito.
“El mejor punto para resocializar a una persona, el corazón”, explica Velasco, que tiene 45 años y ha vivido 16 de esos en prisión. El recluso añade: “El teatro estimula el corazón, la sensación es de poder crear un personaje que no eres tú, vivir el personaje de otra persona”.
Festival Nacional de Teatro Carcelario
Entre el 26 de abril y el 6 de mayo, los internos de las cárceles de las localidades de Anserma, Vélez, Acacías, Puerto Triunfo, Tuluá y Las Heliconias (Florencia), presentan sus obras en cada prisión frente a un jurado de expertos como los actores Mariana Gómez, Santiago Alarcón y Emmanuel Restrepo.
La obra ganadora será presentada en un teatro fuera de la cárcel, con acceso a toda la comunidad, "como un esfuerzo por fomentar nuestro objetivo de diálogo y reconciliación", asegura la directora del Festival y de la Fundación Acción Interna, la actriz y activista colombiana Johanna Bahamón.
La Fundación Acción Interna es una organización sin ánimo de lucro creada en 2012 por Bahamón con el objetivo de dignificar y mejorar la calidad de vida de la población carcelaria y que ha pagado penas, ayudándolos a transformar su vida, a reivindicarla y a reconciliarse con el resto de la sociedad.