Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Lisístrata” demuestra que el problema de la desigualdad entre hombres y mujeres no es un defecto de la sociedad moderna, ya que la obra de Aristófanes —hace ya 2.429 años—, desarrolló a través de las artes escénicas algunos conceptos del movimiento feminista que hoy en día parece despertar nuevas sensibilidades.
(Le recomendamos: William Friedkin, el arte de llevar el horror al estrellato)
Llevada a escena por el Teatro Tierra, es una obra inspirada en la comedia clásica del poeta griego Aristófanes, quien hace más de 2.400 años dejó un texto que no ha perdido vigencia y que hoy, aún hace parte de la coyuntura actual.
En la historia original, las mujeres deciden frenar la guerra y la insensatez de los hombres de Atenas y Esparta, que se han encarnizado con una conflagración que ha llevado a la ruina, al desespero, a la soledad marital y a las grandes ausencias. Mientras los campos de batalla se saturan de hombres heridos y difuntos y cuando los campos de siembra se han llenado de maleza y no han producido cosechas, las mujeres se rebelan, haciendo una histórica huelga de piernas, negándose a sostener intimidad con sus maridos hasta que no cesen las hostilidades entre pueblos vecinos.
Desde las paradojas y el humor, el autor entrega el panorama de los desastres guerreristas y la actitud pacifista de aquellas que no están dispuestas a seguir soportando los efectos de la lucha incesante por el poder y el dominio de las rutas comerciales. Lisístrata lidera el levantamiento femenino, logrando lo que parecía imposible, reuniendo a las vecinas, a las familiares, a las amigas y llevando a cabo acciones de resistencia que modifican los términos de la confrontación.
Al final de la obra, la lógica de lo ecuánime, los planteamientos que reforman relaciones sociales, el esclarecimiento político y la fuerza de los deseos consiguen que se pacte la paz y se desista de la violencia, promoviendo relaciones más equilibradas entre hombres y mujeres y firmando un pacto de no agresión entre pueblos hermanos. El Teatro Tierra ha creado su propia versión, respetando la trama original, incorporando música en vivo con ritmos colombianos, adaptando los textos y fortaleciendo el argumento con “Asamblea de mujeres”, otra pieza del autor clásico, donde las esposas, las hermanas y las madres deciden tomarse los organismos legislativos para decretar un mundo libre de abusos y corrupciones.
(Le puede interesar: Trabajadores de efectos visuales de Marvel piden unirse a un sindicato)
Esta versión ha desarrollado una mirada que juega con las tentaciones de lo expresivo y las ganas irredimibles de compartir la ironía, la carcajada y la sensibilidad frente a problemas que están cerca de la sociedad, en espacios y relaciones cotidianas.
“Para hacer el montaje trabajamos con los métodos del Laboratorio Teatral, es decir, exploramos las escenas, desentrañamos las situaciones, creamos personajes, experimentamos con objetos y máscaras, buscando símbolos de raíz popular”, comenta el director de la obra, Juan Carlos Moyano.
Del 10 al 13 y del 24 al 27 de agosto la sala Centro del Teatro Libre presentará “Los deseos de Lisístrata” del grupo Teatro Tierra. Funciones: jueves a sábado 7:30 p.m. domingos 3:00 p.m.