En fotos: la angustiosa labor de los restauradores de las obras dañadas en Brasil

El 8 de enero bolsonaristas radicales, invadieron el edificio del Congreso en Brasilia y destruyeron parte del patrimonio histórico del lugar. Tras irrumpir en ese edificio, ingresaron y causaron destrozos en la sede presidencial y la Corte Suprema, también decorados con invaluables obras artísticas, buscando la caída del nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Hoy un grupo de científicos y expertos restauradores tratan de recuperar las obras y objetos históricos destruidos.

Una empleada de la Cámara de Diputados Federales trabaja en la recuperación de obras de arte dañadas durante las protestas en la capital federal el 8 de enero, en Brasilia.

Foto: AFP - DOUGLAS MAGNO

Desde aquel día, los empleados normalmente ocupados en tareas de preservación intentan rescatar las obras del acervo, algunas reducidas a partes que deberán unir como rompecabezas.

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El esfuerzo de este equipo ya es visible en la cámara baja, donde un 60% de los objetos dañados fueron restaurados. otros son casi imposible recuperarlos.

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En el laboratorio del museo de la Cámara de Diputados hay varios contenedores con fragmentos de vasijas y otros objetos solo identificables por viejas fotos.

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Una empleada, quien desde hace 30 años vela por el patrimonio de la Cámara, no puede contener las lágrimas. "Este no es nuestro trabajo... es nuestra casa. Esto es lo que hacemos, cuidar el patrimonio de la institución, por eso tenemos un sentimiento de pérdida, de angustia", dice.

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El Ministerio Público Federal estimó en 18,5 millones de reales (unos USD 3,5 millones) el monto de los daños en los ataques a los tres poderes.

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Luego de un trabajo arduo de inventario y diagnóstico comenzó la reparación de cuadros, mesas, alfombras, ornamentos y esculturas, entre otros.

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"Fue un trabajo extremadamente difícil, emocionalmente desgastante para todos y un gran trauma". afirma uno de los restauradores.

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La mayoría fueron hallados en el emblemático Salón Verde, donde los legisladores suelen hablar con la prensa, y se exponían unos 46 presentes de distintos países. Algunos pedazos de estos estaban desperdigados entre vidrios y bajo el agua que inundó la sala tras un principio de incendio.

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"El 'shock' es grande. Esto es parte de nuestra vida, entonces cuando uno ve que una pieza fue tratada así es muy difícil", dice con voz entrecortada un maestro artesano y restaurador del museo del Senado.

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Hay piezas que son imposibles de recuperar, años de cuidado y de historia terminaron en nada.

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Una empleada de la Cámara de Diputados Federales trabaja en la recuperación de obras de arte dañadas durante las protestas en la capital federal el 8 de enero, en Brasilia.

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