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                                                                                                                                En “Nuestra película” morimos descalzos y desangrados

                                                                                                                                Sobre este documental de Diana Bustamante, quien recolectó imágenes de los archivos de telediarios emitidos en Colombia en los 80′s y 90′s. Algunos de los registros más violentos que, debido a su repetición, se convirtieron en cotidianidad. La directora habló para El Espectador sobre su película.

                                                                                                                                Laura Camila Arévalo Domínguez

                                                                                                                                Editora de El Magazín cultural
                                                                                                                                Una de las imágenes de la película, que recolectó transmisiones de noticieros colombianos de una de las épocas más violentas del país.
                                                                                                                                Foto: Nuestra película
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Durante la película, Diana Bustamante cuenta que, durante esos años, entendió que las personas por dentro tenían sangre: veía tanta, durante tanto tiempo, que se acostumbró a ese color “brillante” y “dramático”, esparcido en cualquier calle, debajo de las puertas de alguna casa, regado en andenes o pegado en zapatos. Había muchos zapatos untados de sangre. Los dueños de esos zapatos también eran los dueños de esa sangre. Ella, cuando fue una niña, y después de tantas veces de enfrentarse a esa imagen, terminó por concluir que, antes de morirse, a las personas se les caían los zapatos. Morían descalzos y desangrados.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Un discurso de Heriberto Fiorillo: “¿Dónde está el buen periodismo?”

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Diana Bustamante, directora de la película, habló para El Espectador sobre este filme, que se estrena este jueves, 01 de junio, en todas las salas del país.

                                                                                                                                Hablemos del origen del documental, por qué y cómo se recolectó todo este archivo en el que, primordialmente, aparecen las noticias de los asesinatos, las masacres y los atentados de esta época...

                                                                                                                                Yo me dedico al cine y a estudiar, trabajar y pensar con imágenes. Empecé a pensar en el sentido de estas. En que había muchísimas imágenes navegando por el mundo y nos hacía falta detenernos en ellas para escarbarlas por dentro y descubrirlas. Me puse a pensar en cuáles eran las más primigenias que tenía en mi memoria, y me di cuenta de que era imágenes de las noticias colombianas de esa época. Ahí empezó todo un camino. En 2016 comencé a definir cuál era el material que quería trabajar y a buscar dónde estaba el archivo de las noticias en Colombia.

                                                                                                                                Me topé con temas que también tienen todo que ver con la película, como el problema de la memoria en Colombia: me encontré con que esos archivos estaban, de alguna manera, abandonados, aunque tuve el privilegio de poder acceder a ellos a través de lo que, en ese entonces, era la autoridad nacional de televisión. Pero estaban mal catalogados, digitalizados, que hoy en día son una colección a la que no se puede acceder. Ese tipo de imágenes son un reservorio de la memoria, que cuando la ves atravesada por el tiempo, cobra un sentido distinto. Tanto para las personas que vivieron esos hechos, pero también para los que crecimos viéndolas a través de una pantalla: no es lo mismo lo que pensé a los 7 años, que ahora a mis 40 y tantos años y dedicándome a lo que me dedico.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Le sugerimos leer: El gran momento de Carla Melo Gambert

                                                                                                                                Decidió acercarse mucho. Se acerca tanto a lo que se enfoca en cada imagen, que a uno le provoca alejarse de la pantalla…

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Tiene que ver con una propuesta de manipulación evidente del material. A mí no me interesaba hacer una película con un barniz de realismo u objetividad, que a veces tienen muchos documentales. Lo que quería era trasgredir desde la forma esa idea de que esto es verdad. Si bien es un material que es real, necesito que sea explícito que manipulé un material que expresa una posición. No hay objetividad: hay un sujeto y un punto de vista, el mío. Sobre los acercamientos o las veces en las que congelé las imágenes: nosotros consumimos esas imágenes muchas veces durante mucho tiempo, pero la estructura de un noticiero es de segundos. Pasa la imagen brutal con un titular chocante, seguida de otra noticia de deportes o la farándula.

                                                                                                                                La condensación de esas imágenes en un documental como este, propone detenerse a mirar, a profundizar. Es una forma de adentrarnos para ver más allá de la superficie. Claro, es perturbador, y hay momentos en los que uno quiere salirse de la película, pero lo que puede ser interesante es que uno no se salga y viva la experiencia, dura, sí, pero de esa experiencia podrían salir cosas muy buenas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Usted habla de que esa generación, la que creció viendo esas imágenes por televisión, es la suya. Me resulta curioso que algunos aún digan que, por ser unos niños, los que ahora son adultos no vivieron o padecieron o entendieron el conflicto, ¿qué piensa?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En primera instancia, la película sería sobre ese material: las noticias de los 80′s en Colombia, pero al revisarlo, comenzaron a aparecer los niños de manera natural. Niños por todas partes. Me di cuenta de que comencé a pensar en esa película por esas imágenes en mi niñez, y fue mucho más claro el sentido que para una generación había tenido. Hay muchos niños que son víctimas de esa violencia, como está en la película: un niño que mata a una persona no puede ser considerado un victimario. Es una víctima también. Creo que esa generación que crece atravesadas por esas imágenes, así no hayan sido víctimas directas, sí tiene un nivel de afectación. Y creo que es profunda. Es una generación con un montón de desesperanza y miedos. Miedo a hablar, a las instituciones, a todos. Cargamos con una perspectiva sobre la vida muy distinta a la que puede cargar un niño que no está invadido por esas imágenes y esa realidad.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Juliana Paniagua: “Lo importante es nuestra relación con la naturaleza”

                                                                                                                                Hablemos del rojo de la bandera de Colombia, ¿qué significa o simboliza para usted ese color en este símbolo patrio?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hay dos momentos en la película sobre los símbolos patrios: el himno y la bandera. Me interesaba deconstruir esos símbolos sobre esas imágenes, y como lo anotas, me quedo con el rojo. Me acerco porque este color atraviesa toda la película. Es el rojo de la sangre, del partido liberal, era un color popular. En cuanto al himno, tiene mucha carga en la película: es el principio y el final, y está cantado por esos niños en frente de la Casa de Nariño, el centro del poder, de un Estado que realmente no estaba cuidando a su pueblo. Quise descomponer esos símbolos para notar cómo se van fagocitándose, comiéndose a sí mismos. Hay que repensar ese amor patrio para aterrizar en nueva construcción de identidad.

                                                                                                                                Hablemos un poco más de esta frase: “Me gusta la idea de intervención. Intervenir. Alterar imágenes de la misma manera que nos alteran nuestros recuerdos y procesos mnemotécnicos: editando, creando sesgos y recomponiendo”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Claro, es que me interesaba ese ejercicio de diseccionar las imágenes. Quería desvirtuar esa idea de realidad absoluta que tiene una imagen. Poder entrar en las capas que tiene esa imagen, se logra, o lo intento hacer, a través de esa manipulación. Nos manipulan con esa idea de pseudo objetividad, pero lo que trato de hacer con la película es revertir ese efecto y buscar las capas más auténticas de esas imágenes, que se van tejiendo en una narrativa continua.

                                                                                                                                Una de las imágenes de la película, que recolectó transmisiones de noticieros colombianos de una de las épocas más violentas del país.
                                                                                                                                Foto: Nuestra película
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Durante la película, Diana Bustamante cuenta que, durante esos años, entendió que las personas por dentro tenían sangre: veía tanta, durante tanto tiempo, que se acostumbró a ese color “brillante” y “dramático”, esparcido en cualquier calle, debajo de las puertas de alguna casa, regado en andenes o pegado en zapatos. Había muchos zapatos untados de sangre. Los dueños de esos zapatos también eran los dueños de esa sangre. Ella, cuando fue una niña, y después de tantas veces de enfrentarse a esa imagen, terminó por concluir que, antes de morirse, a las personas se les caían los zapatos. Morían descalzos y desangrados.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Un discurso de Heriberto Fiorillo: “¿Dónde está el buen periodismo?”

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                                                                                                                                Diana Bustamante, directora de la película, habló para El Espectador sobre este filme, que se estrena este jueves, 01 de junio, en todas las salas del país.

                                                                                                                                Hablemos del origen del documental, por qué y cómo se recolectó todo este archivo en el que, primordialmente, aparecen las noticias de los asesinatos, las masacres y los atentados de esta época...

                                                                                                                                Yo me dedico al cine y a estudiar, trabajar y pensar con imágenes. Empecé a pensar en el sentido de estas. En que había muchísimas imágenes navegando por el mundo y nos hacía falta detenernos en ellas para escarbarlas por dentro y descubrirlas. Me puse a pensar en cuáles eran las más primigenias que tenía en mi memoria, y me di cuenta de que era imágenes de las noticias colombianas de esa época. Ahí empezó todo un camino. En 2016 comencé a definir cuál era el material que quería trabajar y a buscar dónde estaba el archivo de las noticias en Colombia.

                                                                                                                                Me topé con temas que también tienen todo que ver con la película, como el problema de la memoria en Colombia: me encontré con que esos archivos estaban, de alguna manera, abandonados, aunque tuve el privilegio de poder acceder a ellos a través de lo que, en ese entonces, era la autoridad nacional de televisión. Pero estaban mal catalogados, digitalizados, que hoy en día son una colección a la que no se puede acceder. Ese tipo de imágenes son un reservorio de la memoria, que cuando la ves atravesada por el tiempo, cobra un sentido distinto. Tanto para las personas que vivieron esos hechos, pero también para los que crecimos viéndolas a través de una pantalla: no es lo mismo lo que pensé a los 7 años, que ahora a mis 40 y tantos años y dedicándome a lo que me dedico.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Le sugerimos leer: El gran momento de Carla Melo Gambert

                                                                                                                                Decidió acercarse mucho. Se acerca tanto a lo que se enfoca en cada imagen, que a uno le provoca alejarse de la pantalla…

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Tiene que ver con una propuesta de manipulación evidente del material. A mí no me interesaba hacer una película con un barniz de realismo u objetividad, que a veces tienen muchos documentales. Lo que quería era trasgredir desde la forma esa idea de que esto es verdad. Si bien es un material que es real, necesito que sea explícito que manipulé un material que expresa una posición. No hay objetividad: hay un sujeto y un punto de vista, el mío. Sobre los acercamientos o las veces en las que congelé las imágenes: nosotros consumimos esas imágenes muchas veces durante mucho tiempo, pero la estructura de un noticiero es de segundos. Pasa la imagen brutal con un titular chocante, seguida de otra noticia de deportes o la farándula.

                                                                                                                                La condensación de esas imágenes en un documental como este, propone detenerse a mirar, a profundizar. Es una forma de adentrarnos para ver más allá de la superficie. Claro, es perturbador, y hay momentos en los que uno quiere salirse de la película, pero lo que puede ser interesante es que uno no se salga y viva la experiencia, dura, sí, pero de esa experiencia podrían salir cosas muy buenas.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Usted habla de que esa generación, la que creció viendo esas imágenes por televisión, es la suya. Me resulta curioso que algunos aún digan que, por ser unos niños, los que ahora son adultos no vivieron o padecieron o entendieron el conflicto, ¿qué piensa?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En primera instancia, la película sería sobre ese material: las noticias de los 80′s en Colombia, pero al revisarlo, comenzaron a aparecer los niños de manera natural. Niños por todas partes. Me di cuenta de que comencé a pensar en esa película por esas imágenes en mi niñez, y fue mucho más claro el sentido que para una generación había tenido. Hay muchos niños que son víctimas de esa violencia, como está en la película: un niño que mata a una persona no puede ser considerado un victimario. Es una víctima también. Creo que esa generación que crece atravesadas por esas imágenes, así no hayan sido víctimas directas, sí tiene un nivel de afectación. Y creo que es profunda. Es una generación con un montón de desesperanza y miedos. Miedo a hablar, a las instituciones, a todos. Cargamos con una perspectiva sobre la vida muy distinta a la que puede cargar un niño que no está invadido por esas imágenes y esa realidad.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Juliana Paniagua: “Lo importante es nuestra relación con la naturaleza”

                                                                                                                                Hablemos del rojo de la bandera de Colombia, ¿qué significa o simboliza para usted ese color en este símbolo patrio?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Hay dos momentos en la película sobre los símbolos patrios: el himno y la bandera. Me interesaba deconstruir esos símbolos sobre esas imágenes, y como lo anotas, me quedo con el rojo. Me acerco porque este color atraviesa toda la película. Es el rojo de la sangre, del partido liberal, era un color popular. En cuanto al himno, tiene mucha carga en la película: es el principio y el final, y está cantado por esos niños en frente de la Casa de Nariño, el centro del poder, de un Estado que realmente no estaba cuidando a su pueblo. Quise descomponer esos símbolos para notar cómo se van fagocitándose, comiéndose a sí mismos. Hay que repensar ese amor patrio para aterrizar en nueva construcción de identidad.

                                                                                                                                Hablemos un poco más de esta frase: “Me gusta la idea de intervención. Intervenir. Alterar imágenes de la misma manera que nos alteran nuestros recuerdos y procesos mnemotécnicos: editando, creando sesgos y recomponiendo”.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Claro, es que me interesaba ese ejercicio de diseccionar las imágenes. Quería desvirtuar esa idea de realidad absoluta que tiene una imagen. Poder entrar en las capas que tiene esa imagen, se logra, o lo intento hacer, a través de esa manipulación. Nos manipulan con esa idea de pseudo objetividad, pero lo que trato de hacer con la película es revertir ese efecto y buscar las capas más auténticas de esas imágenes, que se van tejiendo en una narrativa continua.

                                                                                                                                Por Laura Camila Arévalo Domínguez

                                                                                                                                Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
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