Entre madera e hilo, los mensajes del pueblo Kamëntsá
La exhibición “Historias talladas y memorias tejidas del ser Kamëntsá” se presenta desde el 29 de julio hasta el 28 de septiembre en la Biblioteca Virgilio Barco de Bogotá. Entre máscaras y fajas, la muestra explora la tradición del pueblo indígena del Putumayo y la forma en la que, a través de la talla y el tejido, expresan su visión del mundo.
Andrea Jaramillo Caro
Del techo cuelgan unas máscaras talladas en madera. Sus expresiones faciales aluden a un silbido. Una es roja y la otra, color crema. Sobre ellas reposan coronas coloridas que no están hechas de metal, sino de hilos y son llamadas coronas del perdón. Tanto las máscaras, a las que la etnia se refiere como Matachines, como las coronas son las únicas dos piezas de la exhibición que unen los dos oficios de la tejeduría y la talla en madera, realizados por mujeres y hombres, respectivamente.
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Del techo cuelgan unas máscaras talladas en madera. Sus expresiones faciales aluden a un silbido. Una es roja y la otra, color crema. Sobre ellas reposan coronas coloridas que no están hechas de metal, sino de hilos y son llamadas coronas del perdón. Tanto las máscaras, a las que la etnia se refiere como Matachines, como las coronas son las únicas dos piezas de la exhibición que unen los dos oficios de la tejeduría y la talla en madera, realizados por mujeres y hombres, respectivamente.
Cada elemento cumple una función y expresa un mensaje dentro del evento para el que son utilizados, el Carnaval del Perdón o el Día Grande. El lunes antes del miércoles de ceniza marca el final del año para esta etnia y con el carnaval reciben el año que entra. “Es un momento de perdón y mirar que pasó en el año que se termina y cómo se va a asumir el año que entra”, dice Ana Sofía Rueda, mediadora de la exhibición.
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La exposición, que estará abierta hasta el 28 de septiembre, fue llevada a la Biblioteca Virgilio Barco como iniciativa de Etnias de Artesanías de Colombia y la Red de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed). La muestra reúne piezas de diferentes grupos artesanales del Valle de Sibundoy en el Putumayo: Arte Shembaseng, Curarte, Arte Mutumbajoy, Doris Jajoy y la Asociación Putumayo Arte y Diseño.
Durante todo el año se tejen las coronas que actualmente se exhiben y que se usan durante la celebración. Además de envolver la cabeza de su portador de colores, en la parte trasera cuelgan fajas delgadas que se componen como elementos de lectura. “Las mujeres proponen la tejeduría como una forma de lectura, por eso podríamos sentarnos, literalmente, a leer una faja. Este es un pueblo de tradición oral y cuando se refieren a su tradición escrita se refieren a las fajas”.
A pesar de que existe una unicidad temática entre las piezas presentadas en la muestra, Rueda cuenta que “lo símbolos y convenciones aquí presentados no muestran cuatro visiones específicas que no son universales para toda la etnia. Cada artesano o artesana desarrolla sus símbolos o los hereda. Sin embargo, se unen en torno a su relación con el territorio, los recursos naturales, las maneras de colectividad, el alimento y el vientre materno”.
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Este último es el destinatario de las fajas que tejen las mujeres Kamëntsá. Pues, además de servir como soporte para sus faldas, envuelven sus vientres en embarazo en estas fajas para transmitir los mensajes tejidos en ellas al bebé que está por llegar. Una vez nace este también es ‘fajado’ para recibir los conocimientos ancestrales que se transmiten a través de esta artesanía tradicional.
Una de las piezas más representativas de la muestra es precisamente una faja de 27 metros que tardó años en tejerse. La artesana Doris Jajoy reunió a dos tejedoras y doce mamitas, como se refieren a las mayoras, para tejer esta faja que cuenta en cada centímetro las maneras de vivir en comunidad y las relaciones simbióticas en un “camino que no debemos olvidar”, el nombre que dieron a esta pieza.
Más allá de las piezas terminadas sobresale un telar vertical o “herramienta de escritura”, que usa un entramado de hilos que mediante un proceso con la madeja que va y viene crea los patrones y símbolos de las fajas. La exhibición “Historias talladas y memorias tejidas del ser Kamëntsá”, no solo muestra piezas artesanales con profundos mensajes que dan cuenta de la cultura de esta etnia, también incluye fotografías tomadas durante un Carnaval del Perdón que dan una idea de cómo se lleva a cabo esta celebración.
El carnaval es presidido por un hombre que porta la máscara roja, aquella que abre la exhibición, con una expresión de silbido la cual llama y convoca al perdón y al carnaval. Acompañando a la máscara, también luce una corona del perdón y del buen pensamiento que con plumas denota una jerarquía.
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Entre las artesanías y fotos se esconde una arista adicional que surge a raíz de los procesos de evangelización. “El pueblo Kamëntsá es un pueblo que históricamente ha sido despojado de sus tierras y es un problema que se mantiene. Ellos son ahora profundamente católicos y se refleja en el día del Carnaval del Perdón, pues inicia con una procesión a la virgen y termina con una misa de tres horas. Es un sincretismo religioso muy importante”.
De este sincretismo surgen también máscaras talladas en madera que reciben sus nombres de los santos católicos. Sin embargo, las razones por las que reciben estos nombres no se deben únicamente a un homenaje, también tienen un componente de burla. “Estas máscaras han sido la manera de dejar en un objeto contundente quienes son ellos”.
Las mismas fotos, además de dejar ver estos procesos culturales, también muestran cómo las comunidades con el pueblo Kamëntsá se han adaptado a los tiempos, pues entre las personas fotografiadas se aprecian materiales como plumas y cuentas teñidas artificialmente.
Cada objeto que hace parte de esta exhibición está profundamente ligado a un mensaje y a una identidad cultural que constantemente está adaptándose. Entre la dualidad de las máscaras, las expresiones que reflejan y el colorido de las coronas, la etnia Kamëntsá da cuenta de su legado, su tradición y los procesos que ha atravesado.
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