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Este tema, entre muchos otros, emerge en el libro “Escribir un silencio”, que esta semana presenta en España y en el que reúne por primera vez los numerosos textos publicados a lo largo de los años en distintos medios de comunicación, así como algunos discursos.
Piñeiro aclara que en los artículos no menciona ni una sola vez al presidente argentino Javier Milei, pero sí habla de “la ola mundial de ultraderecha” y advierte de que viene con una violencia que no es solo verbal.
“Recientemente, uno de los asesores más cercanos de Milei estuvo en un programa de radio hablando durante una hora en contra de los homosexuales. A los pocos días, un señor quemó a cuatro mujeres lesbianas y tres de ellas murieron. ¿Hay una relación directa? -se pregunta Piñeiro-. Él no dijo ‘anda y quémalas’, pero evidentemente hay un discurso que habilita determinadas acciones”, responde.
Esto no es nuevo, añade, porque durante el debate en Argentina para aprobar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en 2018, Piñeira y otras mujeres presenciaron o fueron objeto de episodios de violencia física y los denunciaron, pero no fueron escuchadas.
Las mujeres ven el futuro, pero nadie escucha
“Las mujeres somos como Casandra, el personaje mitológico que ve el futuro pero nadie escucha -afirma-. Recientemente atacaron a un periodista varón y la gente reaccionó, cosa que está muy bien, pero cuando lo decían las feministas eran unas quejosas”.
Los derechos de las mujeres es un tema muy presente en el libro, que recoge el célebre discurso de Piñeiro en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina a favor del aborto titulado “Que no nos roben la palabra vida”.
En aquella ocasión, la escritora reivindicaba este concepto porque “los antiabortistas se hacen llamar a sí mismos provida, como si los demás estuviéramos en contra de la vida, cuando no es así”.
Nos quisieron robar la palabra vida y ahora la palabra libertad
“Lo mismo pasa ahora con la palabra libertad, que la ultraderecha se apropió y parece que no la puedes usar si no piensas como ellos”, denuncia. “Cuando, en realidad, sólo hablan de libertad económica, el resto de libertades no las defienden”, matiza.
“En todas las cuestiones que tienen que ver con los derechos sexuales, reproductivos, de las mujeres y de las comunidades LGTBI son absolutamente reaccionarios, no liberales”, añade.
En su opinión, Milei “no tiene argumentos ni invita al pensamiento crítico, solo tiene lemas”; por eso le parece sorprendente que haya pasado de “ser un friki a convertirse en un modelo para otros ultraderechistas, como los españoles de Vox, que lo quieren imitar”.
De hecho, este fin de semana Vox celebrará una convención en Madrid, en la que Milei es uno de los principales invitados.
El discurso de odio es lo contrario a la defensa de la libertad
Otro tema que preocupa seriamente a Piñeiro son “los constantes ataques a la cultura” del gobierno de Milei, “tanto a nivel legislativo como discursivo”.
“Estamos luchando porque no se aprueben esas leyes -señala-, pero también por contrarrestar un discurso horrendo de desprecio hacia la cultura, que es también un discurso de odio y contra la libertad”.
“Presentan a los trabajadores de la cultura como vagos que viven de las ayudas del Estado, cuando no es así -insiste-. Son falsedades, pero como las dicen los gobernantes mucha gente las toma”.
“Hay temas que me interpelan y no me siento cómoda si no digo lo que pienso -concluye la escritora-. Hay mucha gente que tiene cosas que decir pero no tiene un micrófono para hacerlo; por eso cada vez que yo dispongo de uno me siento con la responsabilidad de hablar de lo que pasa a mi alrededor, no me pudo limitar a hablar de literatura”.