Un concierto ilustrado de Kevin Johansen y Liniers en el Teatro Mayor
Entrevista con Kevin Johansen sobre su música y su colaboración con Liniers. Los dos artistas se unirán en concierto en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, que se llevará a cabo este jueves 4 de abril. En el evento se presentarán las nuevas canciones del álbum Quiero mejor.
Diana Camila Eslava
En la complicidad que acompaña a Kevin Johansen y a Ricardo Liniers sobre el escenario, hay espacio para que se sigan sorprendiendo mutuamente. “De golpe tirarle alguna zancadilla, traicionarlo un poco, nos divertimos mucho”, dice Johansen, a propósito de su presentación esta noche del día cuatro del mes cuatro del año 2024 en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Con esto, parece que a Johansen le gustase la numerología mística, pues esta presentación incluirá las nuevas canciones de su más reciente álbum, Quiero mejor, que lanzó el pasado 29 de febrero.
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En la complicidad que acompaña a Kevin Johansen y a Ricardo Liniers sobre el escenario, hay espacio para que se sigan sorprendiendo mutuamente. “De golpe tirarle alguna zancadilla, traicionarlo un poco, nos divertimos mucho”, dice Johansen, a propósito de su presentación esta noche del día cuatro del mes cuatro del año 2024 en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. Con esto, parece que a Johansen le gustase la numerología mística, pues esta presentación incluirá las nuevas canciones de su más reciente álbum, Quiero mejor, que lanzó el pasado 29 de febrero.
Uno de ellos es de Buenos aires y vive en Vermont y el otro es de Alaska y vive en Buenos Aires. Liniers hace algo que no se escucha y Johansen hace algo que no se ve. Kevin Johansen habló para El Espectador sobre su nueva música y reflexionó acerca de la importancia de fluir y celebrar las diferencias en sus colaboraciones.
El nuevo disco Quiero Mejor se lanzó el 29 de febrero. ¿De qué se trata este trabajo?
Quiero mejor es un disco que fue grabado antes, durante y después de la pandemia. En ese momento se hablaba de “los trabajadores esenciales”. Y nosotros, los músicos, los actores, somos trabajadores presenciales. Necesitamos el rebote del público. Fue un proceso de componer, de conectar conmigo, para luego conectar con el otro. Aproveché para ser siempre sincero, para hurgar en lo que quería decir en ese momento. Querer mejor es una forma de decir: quiero mejor para los que me rodean y para mí.
Usted hace algo con su trabajo que puede pasar desapercibido y es observar la cotidianidad para contarla a través de canciones. Durante la pandemia hubo mucho tiempo para pensar en lo simple, para detenerse y ver la vida...
Sí, también es interesante la idea de estar sentado y moverse sin movimiento. En realidad, uno se mueve mucho en aviones o en micros o en trenes, pero está sentado. En una de las canciones del disco nuevo, All I Need, hablo de eso. Cuando surgió la moda de decir “hay que salir de la zona de confort”, a mí molestó mucho. Entiendo, pero no comparto. Si tengo un rico vino y estoy en el living de mi casa, o si quizás tengo una película por delante para ver o estoy con mi niño de nueve años dando vueltas con una guitarra, estoy en una zona de confort y allí quizás cae una idea, aparece algo que he venido profundizando y que puede desembocar en una canción, un hecho creativo.
De hecho, en el disco hay una canción que se llama Comfort Zone y dice “i guess I’m comfortable at home”. Esta es una canción para sentirse bien por no hacer nada, para regalarse tiempo y pensar. A veces parece que hay una disputa entre el acto creativo y la hiperproducción, una necesidad de vivir en la constante actualización.
Totalmente. En la quietud puede haber mucha creatividad. Lo que pasa es que la creatividad es un hecho intangible e invisible. Siempre me acuerdo de mi madre, que era una mujer creativa y además le gustaba que yo fuera músico, pero a la vez tenía pánico de que yo no tuviera trabajo o una vocación que me rindiera, y pocos años después, cuando empezó a ver que yo plasmaba mis primeros discos, me dijo muy amorosamente: “Ahora entiendo que estabas elucubrando ideas”. Hay algo que es engañoso respecto al hacer: supuestamente se tiene que ver, pero el hecho creativo no se ve. Pero tampoco creo en lo divino, en esa cosa de “ay, vino el Señor, me iluminó y los ángeles bajaron”. No, en realidad es un constante trabajo. Uno está absorbiendo, aprendiendo, aprehendiendo con H de todo. Puede que haya escuchado por ahí media canción y me influyó, un ritmo, un beat o algo, un sonido. Creo que este disco habla un poco de eso, de “la imaginación al poder”, como decían los franceses de Mayo del 68. No hay nada que pueda contra una buena idea.
La imaginación sería la resistencia a explicar todo en una sola frase que sirve para todo...
Sí, la imaginación es un elemento escapista también. Como en Puntos equidistantes, una canción que habla sobre ser amantes y encontrarse en otro punto a la misma distancia.
Una canción que cantó con Natalia Lafourcade. Y en general este es un disco de colaboraciones...
Sí, fue un placer. Era una canción que yo tenía sin terminar hace diez años y nos gustó como estaba. Natalia me dijo: “cuando la tengas, la quiero cantar”. Con el grupo Las Migas, que cantan en Quiero mejor, pude ir a Barcelona donde estas cuatro mujeres aguerridas están radicadas. Ellas le dieron toda esa impronta flamenca a la rumba. Luego cantan mis hijas, Miranda y Kim, en Seductor serial y en Soñando. Y el gran Nito Mestre de Sui Generis, que cantó junto a Charly García en la primera banda de ellos, tiene una voz vulnerable en Era ahora. Hay mucha vulnerabilidad también en el disco.
Y mucho humor. Seductor serial, por ejemplo, es una canción muy divertida...
Sí, también. Siempre hay eso. Esta canción habla un poco del oficio de estar en un escenario. Y yo conozco artistas que seducen a todos, que están aquí contigo y te seducen. Trabajan en seducir a todos indiscriminadamente. Y a veces es adictivo. Esta canción puede tratarse de cualquier. El seductor serial o la seductora serial.
En el concierto se presentará con Liniers. Ustedes se ven como dos cómplices sobre el escenario. ¿Cómo han aprendido del oficio del otro?
Él a veces dice que cuando están diciendo do o re, le están hablando en chino, y yo podría decir lo mismo cuando él mezcla dos colores: yo no sé cómo le sale ese nuevo color. Ambos nos observamos a la distancia con nuestra ignorancia respecto a lo que hace el otro, pero a la vez somos lo suficientemente permeables como para celebrar y disfrutar lo que traemos a la mesa. Él hace algo que no se escucha y yo hago algo que no se ve, o sea que ahí ya hay un complemento básico.