María Camila Barbosa: “sueño con dirigir todas las orquestas nacionales”
Entrevista a la directora bogotana debuta con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia este 7 de abril en el Auditorio León de Greiff.
Irene Littfack Neira
Entre marzo y abril María Camila Barbosa tomó la batuta de las dos orquestas más importantes del país: la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica Nacional de Colombia. Los dos logros, con un solo mes de diferencia, son resultado de una década de trabajo que convierten a Barbosa en una de las -apenas- ocho directoras colombianas que han liderado estas agrupaciones.
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Entre marzo y abril María Camila Barbosa tomó la batuta de las dos orquestas más importantes del país: la Orquesta Filarmónica de Bogotá y la Sinfónica Nacional de Colombia. Los dos logros, con un solo mes de diferencia, son resultado de una década de trabajo que convierten a Barbosa en una de las -apenas- ocho directoras colombianas que han liderado estas agrupaciones.
“Pensar en dirigir las dos orquestas más importantes del país hace dos año era un sueño muy lejano, pero ahora me siento lista para recibirlo”, relata la directora bogotana. Y es que el sueño de Barbosa pareciera también una utopía si se tiene en cuenta que a lo largo de la historia solo ha habido cuatro directoras titulares de las orquestas profesionales del país y solo dos de ellas colombianas. La primera fue la peruana Carmen Moral, que estuvo al frente de la Orquesta Filarmónica de Bogotá entre 1988 y 1991; la segunda, la maestra colombiana Cecilia Espinosa, titular de la Orquesta Sinfónica EAFIT desde su fundación en el año 2000; la tercera, la brasilera Ligia Amadio que tomó la batuta de la Filarmónica de Bogotá entre 2014 y 2015, y la más reciente, Paola Ávila, actual directora de la Orquesta Filarmónica de Mujeres, agrupación de la Filarmónica de Bogotá creada en 2022.
A sus 30 años, María Camila se estrena con la Sinfónica Nacional de Colombia este 7 de abril en el Auditorio León de Greiff con un programa exigente que incluye la Segunda sinfonía de Schumann, el Concierto para corno y orquesta de Reinhold Glière y Transcendencias, del compositor colombiano Sergio Iván Barbosa.
La joven directora se formó como pianista en la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, tiene una maestría en dirección sinfónica de la Universidad Nacional de Colombia y está próxima a terminar su segunda maestría en dirección en el Royal Northern College of Music en Manchester; se ha desempeñado como directora titular de la Filarmónica Prejuvenil Bogotá-Cundinamarca y de Settle Orchestra en Reino Unido, al igual que como directora invitada de las principales orquestas colombianas y agrupaciones infantiles y juveniles. Para ella, más allá de las metas técnicas y artísticas, la dirección ha sido un camino de evolución personal, y está convencida de que lo que falta para los directores en Colombia son más espacios de práctica.
Debuta con la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia un año después de haber ganado el segundo premio, el premio especial y el de la audiencia en el Primer Concurso Nacional de Dirección organizado por la Sinfónica y la Filarmónica Joven de Colombia ¿Qué supone regresar este año ya no para concursar sino para dirigir la orquesta?
El proceso con la Sinfónica ha sido muy lindo, empecé hace muchos años yendo a ver los ensayos y a escuchar los conciertos, asistiendo a los talleres, a las clases magistrales. Gracias al Concurso Nacional conozco un poco mejor la orquesta y su personalidad, me sentí muy bien ensayando y dirigiéndolos en cada ronda. He trabajado mucho para poder estar aquí con esta orquesta que admiro, están haciendo cosas increíbles en cuanto a proyectos, programación y formación, todo ha ido creciendo y ahora dirigirlos es una realidad. Me siento contenta, hay nervios, adrenalina y al mismo tiempo muchas ganas.
¿Cómo siente que ha crecido artísticamente en este último año?
He mejorado mucho en mi seguridad, haber salido del país a estudiar me ayudó a enfocarme en lo que necesitaba ver de mí misma: la que tiene que creer en mí soy yo. Musicalmente ya tengo un bagaje, tengo un criterio que he ido desarrollando y a nivel técnico siento que también hay un progreso, porque al final los directores hablamos con el cuerpo; antes era muy enérgica, pero tal vez no tan clara. Ahora me he vuelto más aplomada. Sé lo que me falta, pero estoy muy segura de lo que he andado y ya no tengo miedo de equivocarme.
Hablemos del repertorio de este concierto con la Sinfónica que tiene los tres ingredientes para que directora y orquesta se luzcan: una obra nueva de un compositor colombiano, un concierto a cargo de un solista internacional y una sinfonía muy demandante técnica y estilísticamente…
En esta etapa en la que estoy todo el repertorio es nuevo. Debuto con Schumann y es lo que más me reta por el lenguaje y el estilo, sé que va a necesitar mucho análisis, decisiones musicales y sé que también va a ser una obra que pondrá a prueba mi criterio.
El concierto para corno, que estará a cargo del solista esloveno Boštjan Lipovšek, es un concierto romántico francés y la plantilla de la orquesta incluye arpa y percusión…es un sonido totalmente distinto al de Schumann. Para mí, el objetivo en esta obra es el color de la orquesta. El corno francés es un instrumento muy agradecido, habrá que trabajar en el balance, pero todo está muy bien escrito.
En cuanto a Transcendencias, de Sergio Iván Barbosa, es una obra muy rítmica, con muchos cambios de métrica, es contrastante y hay que tomar decisiones de articulaciones, dinámicas, ver qué atmósferas evoca. Dirigí obras de él en el Conservatorio y me alegra mucho volver a dirigirlo ahora. Parte del proceso con una obra nueva es reunirme con el compositor para saber qué quiere resaltar y cuál es la sonoridad que busca. Ese es el trabajo que estoy haciendo con Sergio.
En 2023 sucedieron muchas cosas en su carrera, se fue a estudiar a Reino Unido, ganó tres premios en el Concurso Nacional de Dirección, llegó a la final del concurso para director asistente de la Real Filharmonía de Galicia y a la semifinal del concurso Mills Williams Junior Fellow en Manchester…
Sí, ha pasado todo muy rápido y ha sido una sorpresa…gracias al Concurso de la Sinfónica, en el que me llevé el premio especial de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en julio de este año voy a estar de directora asistente de Andrés Orozco-Estrada en el Encuentro de Música y Academia de Santander, en España. Hay otro proyecto muy bonito y es una invitación para dirigir la Real Filharmonía de Galicia en octubre, a raíz de la audición para directora asistente que presenté en diciembre de 2023.
Es decir que en 2024 está recogiendo los frutos que ha sembrado, entre esos debutar también con la Filarmónica de Bogotá, una institución que ha sido muy importante para su carrera…
Cada vez que vuelvo a la Filarmónica se siente como estar en casa, como estar en familia…también porque mi papá tocó en la orquesta y se siente ese abrazo de los músicos que me han visto crecer. He participado en los talleres de dirección y ha sido importante estar ahí, no solo por dirigir sino por el gusto de escucharlos.
Para mí fue muy relevante dirigir la Filarmónica Prejuvenil para estar más cerca de la institución, conocer no solo a los músicos sino a las personas de la administración, a los coordinadores de las agrupaciones, estar al tanto de la programación y en contacto con lo que hacen, y cuando llega la oportunidad estar preparada para recibirla y ser honesta con el momento de la carrera en el que estoy. La orquesta agradece siempre esa sinceridad de decir hasta dónde puedo llegar.
Y qué implica ser directora, así, con a, porque aunque cada vez es más frecuente ver a mujeres en el podio todavía hay diferencias muy marcadas respecto a los directores ¿o no?
Yo he tratado de evadir un poco la conversación porque la igualdad también tiene que partir de cómo me concibo a mí misma como música, como artista, como directora. Inevitablemente me ha tocado chocarme con eso, desde cosas tan básicas como el vestuario para dirigir, aunque no sé si por mi personalidad o por mis privilegios muy pocas veces he tenido problemas de machismo en las orquestas…sin embargo está el tema de que nos invitan a dirigir casi siempre por el día de la mujer, o que se programan pocas obras de mujeres compositoras, o que cuando dirigimos no necesariamente tenemos en las orquestas a los músicos principales. En Europa he sentido más fuerte el tema del machismo que en Colombia, tal vez el viejo continente viene también con viejos pensamientos y viejas costumbres.
Al día de hoy ¿cómo concibe la dirección y cuál es ese gran sueño que tiene?
Desde hace un tiempo siento que la dirección es el medio que yo he encontrado para evolucionar. La persona que yo era antes de empezar es una completamente distinta a la que soy ahora. Antes era tímida, introvertida, nerviosa, no me gustaba exponerme en público. La dirección, que para mí fue un feliz accidente, me obligó a enfrentarme a todo eso y a vencer mis propios miedos. Hace un par de años escribí en una libreta los sueños que tenía como directora y hace poco la encontré: “mi sueño es dirigir todas las orquestas nacionales”, escribí. Hoy puedo decir que estoy haciéndolo realidad.