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Entrevista a Woody Allen sobre su historia y su última película

Presentamos los textos que hicieron parte del especial dedicado al director de cine Woody Allen, quien habló para este diario sobre su carrera y la última película, Golpe de Suerte, la número 50 de su carrera.

02 de julio de 2024 - 10:18 p. m.
El director neoyorquino Woody Allen posa durante la presentación este lunes en Barcelona de su última película, "Golpe de suerte", rodada en francés.
El director neoyorquino Woody Allen posa durante la presentación este lunes en Barcelona de su última película, "Golpe de suerte", rodada en francés.
Foto: EFE - Enric Fontcuberta
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El director de cine y escritor estadounidense, Woody Allen, habló para El Espectador a propósito de su última película, Golpe de Suerte, que se llegará a las salas de cine de Colombia el próximo 6 de junio. Esta producción, que fue grabada en Francia, el país que resultó como su única opción tras las polémicas que empañan su carrera por acusaciones de abuso sexual, es su obra número 50, por lo que también le ha permitido al cineasta a reflexionar y pensar sobre lo que ha sido de su vida entre la suerte y la contradicción.

El 3 de julio, en la edición impresa de El Magazín Cultural, se publicó un especial dedicado a la vida y obra de Allen, quien cumplirá 89 años en septiembre próximo. En estos textos, además de presenciar su crecimiento y evolución a través de las imágenes y la historias plasmadas en las pantallas, pero también de las decisiones que ha tomado como hombre, padre y todas sus demás facetas.

Entrevista a Woody Allen: entre la suerte y la contradicción

Hablar de Woody Allen como un personaje absurdo o contradictorio puede ser más acertado de lo que parece. Detrás de su apariencia nerd hubo un adolescente indisciplinado y pícaro; a pesar de su contextura delgada fue un deportista destacado. Su familia fue muy creyente, lo cual contrastó con su escepticismo y sus ganas de huir todo el tiempo de los rituales que se le impusieron. Fue un experto y un tramposo con los naipes y los dados, según él. No le gustó leer, le fue mal en la escuela, pero se convirtió en un buen observador. Se dio cuenta de que sus compañeras leyeron a Rilke, Hesse o Dostoyevski. No por el afán de aprender, sino por el ansia de impresionarlas y conquistarlas, se echó encima semejante tarea. Un vago esforzado.

En entrevista para este diario, se le preguntó cuál era el secreto para presentar resultados como escritor. Dijo que todo se resumía en llevar los planes hasta el final. Que había escritores que tenían muy buenas ideas, hablaban de ellas, leían muchos libros, pero nunca llegaban a terminar nada. “Te puedo decir por mi propia experiencia que, mientras escribes, algunos días pensarás que nada va a funcionar, que nada te gusta, que te estás engañando, que no eres realmente bueno, pero quienes al menos lo intentan y lo llevan hasta el final están inmediatamente cien años por delante de los que solo hablan de sus ideas”.

Escritores contemporáneos de todo tipo se han expresado acerca de la capacidad de Allen para explorar el comportamiento humano a través de sus guiones y de la ironía, Paul Auster, Haruki Murakami, solo por nombrar algunos, lo mencionaron en su trabajo. Hasta Cortázar le dedicó alguna de sus clases de literatura, resaltando la capacidad del neoyorquino para trascender la situación misma con sus fórmulas narrativas.

Si desea conocer más sobre la conversación que tuvimos con Woody Allen, puede consultar más: Entrevista a Woody Allen: entre la suerte y la contradicción.

La multifacética vida de Woody Allen

A principios de la década de 1960, los clubes de comedia de Greenwich Village, en Nueva York, fueron testigos de las primeras presentaciones de stand-up de un joven neoyorquino de baja estatura, anteojos grandes y una creatividad rebosante. Se trataba de Allan Stewart Konigsberg, aunque por esos días ya era conocido por el nombre que lo acompaña hasta hoy, Woody Allen. El joven comediante comenzó escribiendo frases ingeniosas para otros, hasta que se lanzó a hacer sus propias rutinas.

El artista jamás abandonó la comedia, pero su estilo pasó de percibirse simple y con mucho humor absurdo, a una mezcla con otras temáticas como el romance, la política, la sátira y la ironía. Antes de llegar al séptimo arte, Allen ya se había hecho escritor y creativo. Con un breve paso por la Universidad de Nueva York y el City College de esa misma ciudad, entendió que podía aprender por su cuenta.

Entre los temas frecuentes del cineasta figuran los personajes neuróticos, la complejidad de las relaciones y cuestiones sobre la moralidad, las infidelidades y el destino. Todo eso se ha desarrollo en medio de los edificios y rascacielos de las movidas calles de Nueva York, el río Sena junto a la torre Eiffel y la concurrida avenida que llega al Arco de Triunfo en París, además de los sonidos del jazz.

Conozca más detalles de la trayectoria de Woody Allen en: La multifacética vida de Woody Allen.

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