Adriana Ángel Forero: “Los libros te buscan cuando los necesitas”
Este año la Filbo tiene como enfoque programático “Leer la naturaleza”. Su directora habló sobre la importancia de la feria como un espacio de encuentro cultural y resaltó los esfuerzos para hacer que sea accesible y relevante para todos los amantes de los libros y la lectura.
Diana Camila Eslava
La Filbo 2024 comienza hoy. ¿Qué aspectos nuevos les puede contar a los lectores acerca de esta edición?
Tenemos varias conmemoraciones y ejes de acción sobre los que está trabajando la Filbo. Uno es la profesionalización del sector editorial colombiano: le estamos apostando a un salón internacional que se convierta en el epicentro de negocios editoriales en América Latina para el primer semestre del año. Y para eso tenemos un engranaje que incluye jornadas profesionales de negocios y de formación. El segundo capítulo es la programación cultural y literaria que tendrá 2.300 eventos dentro y fuera del recinto ferial, que centra su eje programático en “Leer la naturaleza”, con actividades sobre el medio ambiente, la importancia de la diversidad, el territorio y los saberes ancestrales. Además, serán más de 200 actividades en Bogotá repartidas en librerías, bibliotecas, colegios, universidades, el Jardín Botánico, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, que van a ser parte de la Filbo en la Ciudad.
Unieron temas para esta Filbo: Brasil, la preocupación por el cuidado de la naturaleza y la conmemoración del centenario de “La vorágine”...
Claro, nuestro eje programático, que es el de la naturaleza, está pensado también porque Brasil es nuestro país invitado de honor. Nos une la Amazonia, nos une la cultura, nos une la literatura y la naturaleza. De ahí se desprenden las conmemoraciones que vamos a hacer este año, incluida la de La vorágine y el centenario de su publicación, en donde se generarán conversaciones a partir de ciertas actividades que vamos a realizar. Hay una exposición del Ministerio de las Culturas y de la Biblioteca Nacional, y una franja dedicada a la obra. Por otro lado vamos a tener la Franja Raíces, que se enfocará en saberes ancestrales diversos en nuestro país y Brasil.
Son muchas actividades. Desde la dirección, ¿cómo se organiza?
Creo que la feria se organiza durante todo el año. Son 365 días en los que nos preparamos para este momento. Y esto no sería posible sin el equipo de trabajo que está detrás. Somos un grupo de profesionales de distintas áreas que está pensando la feria todos los días. Asimismo, los aliados que tenemos cada año nos permiten alcanzar estas metas que nos estamos proponiendo. Nuestros lectores y lectoras, esos visitantes que acuden cada año y creen poderosamente en un evento como el nuestro, son lo más importante. Ahí se forma todo ese engranaje que hace posible la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Me siento muy afortunada de ser la directora de este evento y me siento muy agradecida por el equipo de trabajo con el que cuento, porque somos unos convencidos de que este espacio es el escenario ideal para encontrarnos, para conversar y para unas buenas juntanzas alrededor del libro y la lectura.
¿Cuándo ha encontrado piedras en el camino y cuándo siente que su trabajo está dando frutos?
Básicamente, cada día es un nuevo reto. Esta feria lleva 36 años, pero cada día se reinventa. Ver cómo crece, cómo se consolida, cómo va madurando y cómo nos permite explorar nuevas posibilidades para construirla cada vez mejor es lo más bonito que tiene este ejercicio. Es decir, no es una labor operativa, sino creativa y colectiva.
Si no fuera la directora, sino una espectadora, ¿qué iría a hacer en esta edición?
Qué pregunta tan difícil. Llevo más de 14 años en que no sé qué es ser visitante de la Filbo. Y me lo he preguntado muchas veces, no sé cómo la recorrería después de haber estado desde este lugar. Pero creo que lo primero sería atravesar sus pasillos, que nos permiten ver la biblioteca, toda la oferta editorial, que es tan diversa, tan rica… Empezaría a agendarme para ir a todos los eventos.
¿Tiene algún libro favorito?
No tengo libros favoritos. Siento que sería el que llegue en el momento en el que lo he necesitado. Y los libros te buscan en el momento en el que los necesitas, llegan a tus manos para darte respuestas.
¿Qué título recomendaría?
Te voy a decir el último que leí. Uno de Vivian Gornick que se llama Apegos feroces.
¿Qué mensaje les daría a los amantes de la Filbo y a quienes recién están descubriendo el mundo de la lectura?
Que se dejen enamorar por esta feria. A los que ya han venido y la conocen, que se permitan un nuevo enamoramiento cada año, pues nunca deja de sorprendernos. Y a quienes no han venido, que se dejen seducir y vengan a recorrerla con calma. No solo la parte comercial, que es nuestra médula y nuestro corazón también, sino a la programación cultural, que se den la oportunidad de caminar por los pasillos, de entrar a las charlas y de conocer nuevos autores y autoras. Seguro alguno de esos va a quedarse para siempre en sus vidas.
La Filbo 2024 comienza hoy. ¿Qué aspectos nuevos les puede contar a los lectores acerca de esta edición?
Tenemos varias conmemoraciones y ejes de acción sobre los que está trabajando la Filbo. Uno es la profesionalización del sector editorial colombiano: le estamos apostando a un salón internacional que se convierta en el epicentro de negocios editoriales en América Latina para el primer semestre del año. Y para eso tenemos un engranaje que incluye jornadas profesionales de negocios y de formación. El segundo capítulo es la programación cultural y literaria que tendrá 2.300 eventos dentro y fuera del recinto ferial, que centra su eje programático en “Leer la naturaleza”, con actividades sobre el medio ambiente, la importancia de la diversidad, el territorio y los saberes ancestrales. Además, serán más de 200 actividades en Bogotá repartidas en librerías, bibliotecas, colegios, universidades, el Jardín Botánico, la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, que van a ser parte de la Filbo en la Ciudad.
Unieron temas para esta Filbo: Brasil, la preocupación por el cuidado de la naturaleza y la conmemoración del centenario de “La vorágine”...
Claro, nuestro eje programático, que es el de la naturaleza, está pensado también porque Brasil es nuestro país invitado de honor. Nos une la Amazonia, nos une la cultura, nos une la literatura y la naturaleza. De ahí se desprenden las conmemoraciones que vamos a hacer este año, incluida la de La vorágine y el centenario de su publicación, en donde se generarán conversaciones a partir de ciertas actividades que vamos a realizar. Hay una exposición del Ministerio de las Culturas y de la Biblioteca Nacional, y una franja dedicada a la obra. Por otro lado vamos a tener la Franja Raíces, que se enfocará en saberes ancestrales diversos en nuestro país y Brasil.
Son muchas actividades. Desde la dirección, ¿cómo se organiza?
Creo que la feria se organiza durante todo el año. Son 365 días en los que nos preparamos para este momento. Y esto no sería posible sin el equipo de trabajo que está detrás. Somos un grupo de profesionales de distintas áreas que está pensando la feria todos los días. Asimismo, los aliados que tenemos cada año nos permiten alcanzar estas metas que nos estamos proponiendo. Nuestros lectores y lectoras, esos visitantes que acuden cada año y creen poderosamente en un evento como el nuestro, son lo más importante. Ahí se forma todo ese engranaje que hace posible la Feria Internacional del Libro de Bogotá. Me siento muy afortunada de ser la directora de este evento y me siento muy agradecida por el equipo de trabajo con el que cuento, porque somos unos convencidos de que este espacio es el escenario ideal para encontrarnos, para conversar y para unas buenas juntanzas alrededor del libro y la lectura.
¿Cuándo ha encontrado piedras en el camino y cuándo siente que su trabajo está dando frutos?
Básicamente, cada día es un nuevo reto. Esta feria lleva 36 años, pero cada día se reinventa. Ver cómo crece, cómo se consolida, cómo va madurando y cómo nos permite explorar nuevas posibilidades para construirla cada vez mejor es lo más bonito que tiene este ejercicio. Es decir, no es una labor operativa, sino creativa y colectiva.
Si no fuera la directora, sino una espectadora, ¿qué iría a hacer en esta edición?
Qué pregunta tan difícil. Llevo más de 14 años en que no sé qué es ser visitante de la Filbo. Y me lo he preguntado muchas veces, no sé cómo la recorrería después de haber estado desde este lugar. Pero creo que lo primero sería atravesar sus pasillos, que nos permiten ver la biblioteca, toda la oferta editorial, que es tan diversa, tan rica… Empezaría a agendarme para ir a todos los eventos.
¿Tiene algún libro favorito?
No tengo libros favoritos. Siento que sería el que llegue en el momento en el que lo he necesitado. Y los libros te buscan en el momento en el que los necesitas, llegan a tus manos para darte respuestas.
¿Qué título recomendaría?
Te voy a decir el último que leí. Uno de Vivian Gornick que se llama Apegos feroces.
¿Qué mensaje les daría a los amantes de la Filbo y a quienes recién están descubriendo el mundo de la lectura?
Que se dejen enamorar por esta feria. A los que ya han venido y la conocen, que se permitan un nuevo enamoramiento cada año, pues nunca deja de sorprendernos. Y a quienes no han venido, que se dejen seducir y vengan a recorrerla con calma. No solo la parte comercial, que es nuestra médula y nuestro corazón también, sino a la programación cultural, que se den la oportunidad de caminar por los pasillos, de entrar a las charlas y de conocer nuevos autores y autoras. Seguro alguno de esos va a quedarse para siempre en sus vidas.