Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
¿Cómo fue su proceso de formación en el arte?
Comenzó con estudios en artes visuales en la Universidad Nacional, donde también participé en un programa de intercambio en Barcelona, enfocándome en el arte social y la construcción de memoria a través del arte. A mi regreso a Colombia, completé mi carrera y me uní a una organización sin ánimo de lucro dedicada al arte público y comunitario. Luego, trabajé en el departamento de educación del MAMBO, promoviendo el arte como plataforma para el diálogo público. Más tarde, obtuve una beca para cursar una maestría en Arte y Políticas Públicas en la Universidad de Nueva York, donde exploré la intersección entre el arte y la política. Desde entonces, he estado viviendo en Estados unidos, trabajando con organizaciones sin ánimo de lucro como Street Lab y actualmente coordino programas públicos y alianzas comunitarias en el MoMA PS1, con un enfoque comunitario y experimental.
¿Qué situaciones lo llevaron a dirigir su trabajo hacia un enfoque social?
Yo creo que haber nacido en Colombia y ser sensible a las desigualdades morales. Yo estudié en un colegio que quedaba al norte de la ciudad y en ese trayecto diario podía evidenciar todas las capas sociales. Tenía un profundo deseo de hacer algo, de poder construir y aportar a la construcción de una sociedad más equitativa. Mi primer acercamiento fue cuando empecé a trabajar en el barrio Bellavista y el Codito en unos comedores comunitarios y con clubes de lectura. Tenía 15 años.
¿Qué es Cocawolrds?
Cocaworlds es un proyecto que surgió después de mi experiencia en el Amazonas en 2012, donde trabajé voluntariamente con resguardos indígenas en Leticia y Tarapacá. Durante este tiempo, apoyé a dos líderes sociales en el desarrollo de su plan de salvaguarda étnica, lo que me permitió comprender la importancia de la coca en la construcción social y política de estas comunidades. A partir de ahí, surgió la idea de explorar las múltiples facetas de la coca más allá de su estigmatización como narcótico, promoviendo un enfoque desde las artes que destaque su valor como pigmento, tecnología ancestral, alimento y medicina.
¿Qué momentos han sido transformadores en su proceso?
Una anécdota significativa en mi trabajo fue mi experiencia en el Amazonas, donde tuve la oportunidad de trabajar con líderes sociales indígenas. Durante este tiempo, aprendí sobre el liderazgo social y su importancia en la organización, la investigación y la creación artística. El acto de pedir permiso y sentarse a escuchar durante una asamblea de líderes me enseñó la naturaleza política de este ejercicio.
¿Cuál es el paralelo entre Colombia y Estados Unidos frente a la dimensión social en el arte?
En mi experiencia en Estados Unidos, especialmente en Nueva York, encontré una ciudad marcada por profundas desigualdades sociales, violencia y problemas de salud mental, que han sido abordados históricamente a través del arte por diversos movimientos activistas, como las luchas LGBTIQ+ y Black Lives Matter.
¿Cómo lo ha recibido este contexto en el que es migrante?
Mi recibimiento ha sido positivo en esta ciudad, ya que he encontrado oportunidades para aplicar las herramientas sociales y artísticas que traje desde Colombia y son relevantes aquí. Mi experiencia en un país marcado por conflictos me ha preparado para desenvolverme en situaciones delicadas y ha facilitado mi integración en esta comunidad diversa. Esto me ha permitido trabajar con un enfoque crítico y aprender de otras culturas.
¿Qué les diría a los artistas jóvenes que buscan un sentido social en su obra?
El consejo para los artistas jóvenes es que creen desde sus propias pasiones e intereses. Las obras más relevantes suelen surgir de una necesidad, un interés o un fuerte deseo del artista por expresarse, más que de seguir instrucciones o formatos preestablecidos. Es importante estar enfocado en el propósito de la creación desde lo personal, en lugar de depender exclusivamente de una institución externa.
¿Cuáles son sus próximos planes artísticos?
En los próximos meses, expondré la última serie de collage que realicé, en la que se trabajó con material reutilizado de una serie de revistas académicas de ciencias, con las cuales se crea el collage. Quise reivindicar las ciencias tradicionales y el conocimiento popular, el conocimiento campesino, el conocimiento indígena, tratando de transformar esa noción de lo que es válido en la ciencia. Además, estoy próximo a participar en una residencia artística en Basílica, a orillas del río Hudson, en torno a las dinámicas del agua y al río como agente social y político.
¿Cuáles artistas lo han inspirado?
Yazmany Arboleda, un artista colombiano que ha migrado hace muchos años y tiene un trabajo muy interesante en arte y práctica social. También Miguel Braceli, un artista venezolano cuyo trabajo se centra en intervenciones en espacios públicos, especialmente con jóvenes en colegios. En Nueva York, Tania Bruguera, una artista cubana que ha sido una fuente de inspiración para mí. Su trabajo polémico y provocativo en temas sociales me ha enseñado mucho.