La obra de Jorge Boccanera ha sido traducida al francés, italiano y griego.
Foto: Sandra Bejarano
Exilio Un hombre enterrado en las arenas del exilio donde se hunden sin chistar mujeres rojas y tiendas de lentas humaredas, y una espada se empera y una silla en desuso. Un hombre enterrado allí donde Tarafa ofrece una copa de vino, por las llamas del sol que lo despedazaron. Y va a pique la mesa donde alguien escribió moriré tal vez muy lejos de mi idioma Y Artaud canta parado en un caballo blanco. Entonces, ese hombre es polvo de su voz.
Jorge Boccanera camina lento. Como buen argentino, el “este” o el “qué sé yo” es una constante en sus...