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Erik Høeg: “Esperamos un buen diálogo con la Unión Europea sobre Venezuela”

Luego de participar en la ceremonia de posesión de Gustavo Petro, el embajador de Dinamarca en Colombia, Erik Høeg, habla sobre los retos y las oportunidades que ve con la llegada del nuevo gobierno.

María José Noriega Ramírez
08 de agosto de 2022 - 02:00 a. m.
Erik Høeg resalta que Copenhague y Bogotá han tenido una buena relación en materia de cooperación con el sector privado, con el sector agrícola y, más recientemente, en lo relacionado con la transición energética.
Erik Høeg resalta que Copenhague y Bogotá han tenido una buena relación en materia de cooperación con el sector privado, con el sector agrícola y, más recientemente, en lo relacionado con la transición energética.
Foto: Jose Vargas
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Erik Høeg, embajador de Dinamarca en Colombia, fue uno de los asistentes a la posesión del presidente Gustavo Petro. Resalta que desde 2014, cuando reabrió la Embajada danesa en la capital colombiana, luego de varios años de no tener presencia aquí, Copenhague y Bogotá han tenido una buena relación en materia de cooperación con el sector privado, el sector agrícola y, más recientemente, en lo relacionado con la transición energética. En esta entrevista habla de las apuestas de sostenibilidad, que tienen relación con algunas propuestas verdes del mandatario colombiano; además, se refiere a la reapertura de la frontera con Venezuela y la crisis global alimentaria e inflacionaria.

Dinamarca considera a Colombia un socio en la transición hacia las energías renovables y ayer se posesionó Gustavo Petro como presidente, quien ha dicho que este es “el gobierno de la vida”. ¿Qué oportunidad ve con la llegada de la nueva administración en este sentido?

Veo una gran oportunidad. Llevamos un par de años apoyando la transición energética en Colombia y, en el marco de ello, hemos lanzado la Iniciativa Danesa de Transición Energética, en la cual el país ha sido elegido como uno de los tres escenarios piloto, pues vimos un rumbo claro hacia la energía limpia y la sostenibilidad. En consecuencia, hemos trabajado con especial énfasis en la energía eólica costa afuera, en donde hay un potencial fuerte en la costa Caribe (en La Guajira y el Atlántico, por ejemplo), donde esperamos que pronto se puedan hacer los primeros proyectos piloto para que Colombia siga liderando esta transición en la región. También nos hemos querido enfocar en la eficiencia energética y hemos sido invitados a sumarnos a la agenda de hidrógeno verde en el país.

Ahora bien, aunque el programa debió haberse acabado hace unos meses, se prolongó hasta finales de año. Tenemos la intención de fortalecerlo, hacerlo cada vez más ambicioso, y ahí estaremos hablando con el nuevo Gobierno, que llega con una agenda verde fuerte y la ambición de hacer una transición acelerada, que guarda relación con lo que estamos haciendo en mi país, donde más del 50 % de la electricidad viene de fuentes eólicas.

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Petro se estrena como presidente en momentos en los que sabemos que Colombia perdió más de 174.000 hectáreas de bosque, en 2021, debido a la ganadería extensiva, los cultivos ilícitos y la minería ilegal. ¿Esta situación afecta la cooperación en términos ambientales entre Colombia y Dinamarca? ¿Cómo puede contribuir esta relación a mitigar dicha problemática?

Por ahora, no tenemos ningún programa específico para la deforestación, pero seguimos la problemática, que está conectada con el cambio climático y las intenciones de Colombia de reducir los gases de efecto invernadero en un 51 % para 2030, según lo afirmó hace un tiempo el gobierno anterior. La Unión Europea hablará con la nueva administración sobre cómo limitar la deforestación y reforestar, ojalá, en zonas tropicales y manglares, etc.

Ahora bien, algo que nos preocupa bastante es el asesinato de los defensores ambientales, así como las amenazas en contra de ellos; razón por la que esperamos que se activen mecanismos de protección eficaces para ellos. Además, nos parece importante que esté en marcha la ratificación del Acuerdo de Escazú, pues justamente hace énfasis en la transparencia en temas ambientales y en la protección de los líderes.

Hace unos meses, el embajador de cambio climático, que es danés, se reunió con Iván Duque y otros actores sociales. Además, Colombia ingresó como socio prioritario en la Iniciativa Danesa de Transición Energética, como lo mencionó. ¿Qué quedó pendiente en esta dirección para trabajar con el nuevo gobierno?

El embajador de cambio climático vio un amplio consenso en la sociedad colombiana sobre la transición verde. Durante su visita, se hizo un seguimiento al programa de transición energética, que va por buen camino, y firmamos, poco después, un acuerdo con el Ministerio de Transporte sobre cómo hacer más verde el transporte en Colombia. Por ello, hablamos del transporte marítimo sostenible, de los vehículos verdes y del uso de bicicletas. Ahora bien, justo ahora, que se estrena el nuevo gobierno, estamos trabajando en algo que queremos conversar con él: hace unos días, llegó el consejero de cooperación entre ciudades y con él buscamos compartir nuestra experiencia en ciudades inteligentes y sostenibles en Bogotá y Medellín.

Por lo que hemos escuchado, esto se muestra afín a algunos de los mensajes que se han emitido desde el nuevo mando nacional, como el de crear espacios urbanos más limpios, sostenibles y seguros, por lo que es un tema que queremos conversar con la nueva administración. Si bien, en principio, el consejero estará en Colombia cerca de tres años, nuestra idea es que se construya una cooperación a largo plazo con las ciudades claves del país.

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Hablemos de unos temas cruciales con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia: el restablecimiento de las relaciones con Venezuela y la reapertura de la frontera. ¿Cómo ve esta apuesta a la luz de la cooperación entre Bogotá y Copenhague?

Esto no va a afectar directamente la relación de Dinamarca con Colombia, por lo menos de inmediato. Nuestra presencia en Venezuela es un consulado honorario y yo estoy encargado de las relaciones con Caracas, pero por motivos políticos no tenemos una relación muy formalizada con ella. La posición de la Unión Europea frente al gobierno de Maduro es crítica, pues hay reparos en cuestiones de derechos humanos, de libertades básicas y del sistema democrático. Ahora bien, reconocemos también que Colombia y Venezuela tienen una frontera común muy larga, hay un pasado histórico de las poblaciones migrantes en ambos lados y temas que necesitan una cooperación funcional, además de que el nuevo gobierno colombiano tiene la libertad de definir su política exterior.

De cierta manera, es lógico que, en los países donde hay trochas por las cuales hay gente que pasa de manera no controlada de un lado al otro y donde no hay comunicación entre las instituciones que son responsables de la seguridad y del manejo de los migrantes haya más comunicación. Será la nueva administración la que determine hasta dónde quiere llegar con la normalización de las relaciones bilaterales. Lo que esperamos es que haya un buen diálogo con la Unión Europea, que tiene una política común sobre Venezuela. El bloque de países europeos ve con buenos ojos las negociaciones a retomarse en México y es clave que las instituciones lideradas por Maduro y la oposición intenten llegar a un consenso que permita reinstitucionalizar el país y, ojalá, tener una ronda de elecciones libres y competitivas lo antes posible.

El nuevo gobierno también llega con la apuesta de trabajar por la implementación del Acuerdo de Paz con las Farc y la posibilidad de entablar diálogos con otros grupos armados. ¿Cuál es la postura de Dinamarca frente a ello?

Nosotros, como el resto de la Unión Europea, hemos apoyado el proceso de paz y lo hemos visto como esencial para disminuir la violencia, acompañado, claramente, de la necesidad de tener una presencia institucional fuerte en el territorio, y seguiremos apoyando la implementación. La Unión Europea le ha dado un apoyo político y económico importante al Acuerdo de Paz y sus instituciones, por ejemplo, con el reciente informe de la Comisión de la Verdad y a través de la JEP. Estamos esperando a ver la propuesta concreta que plantea el nuevo gobierno en cuanto a las negociaciones con algunos grupos que en este momento están armados, como el Eln y las disidencias de las Farc, entre otros. Toca ver qué tipo de diálogo se dará y cuáles son las condiciones para ello.

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Hablando de otros temas actuales, ¿cómo cree que Colombia y la región podrían afrontar y amortiguar la crisis global de alimentos e inflación, con una perspectiva sostenible y no solo coyuntural para el beneficio de Europa?

La invasión rusa de Ucrania quitó del mercado a uno de los más grandes exportadores de alimentos. Es importante lograr un proceso de paz que acabe con el conflicto y con el que Kiev pueda retomar el control del territorio internacionalmente reconocido; pero, mientras tanto, el pacto respaldado por Turquía para reanudar las exportaciones de granos ha ayudado a bajar los

costos. Ahora, hay que ver si se podría aumentar la producción en otras partes del mundo, como sé que se está tratando de hacer en algunos lugares de Europa, pues si incrementa la oferta, disminuyen los precios. Temo que, a mediano plazo, vamos a tener que vivir con una inflación bastante fuerte y ante este panorama no hay una solución fácil, pero es importante que la comunidad internacional trabaje unida, y si pueden venir soluciones de América Latina, muy bienvenidas. Por ejemplo, Colombia podría ser un país productor y esa es una oportunidad para mirar nuevos mercados en el escenario internacional.

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