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William Ospina, que esta semana presentó su libro En busca de la Colombia perdida, dijo que todos sus ensayos e inquietudes nacieron de una pregunta por el lenguaje y la poesía, y no tanto por un asunto político.
Empiezo con esta aclaración que dio William Ospina porque me recuerda lo que dijo Eduardo Bechara Navratilova sobre la fundación y apuesta de Escarabajo Editorial, sello que nació en 2006 y que desde ese entonces ha tenido como propósito abrirles las puertas a nuevos talentos en la literatura y a realzar el valor de la poesía en las sociedades de América Latina.
“Es una tarea bastante quijotesca, como nos repiten todos los días. Por ahora ha sido buscar un punto de equilibrio, es decir, que las entradas por ventas paguen los gastos de funcionamiento de la editorial. Es bastante difícil. Ahorita estamos en la tarea de poder patrocinios que nos ayuden, por ejemplo, a financiar los premios sub35 de novela Germán Espinosa, el premio sub35 de libro de cuentos R.H. Moreno Durán; el premio sub35 de poesía Henry Luque Muñoz y los premios recientes que vamos a lanzar con la Universidad Central. Eso nos daría un poquito de aire. Esto es amor al arte, es autogestión. Somos una editorial independiente, que antes era pequeña, pero con esta participación en la feria y presencia en dos pabellones estamos pasando a ser una editorial mediana; la gente nos está conociendo; es lindo ver a las personas venir, llevarse varios libros y entender que tenemos aparte de autores importantes una serie de jóvenes que son prominentes”, cuenta Bechara.
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Escarabajo surgió por la intención de Eduardo Bechara y su hermana de publicar. Él quería sacar a la luz una novela y ella un libro sobre repostería. “La editorial Escarabajo surge en 2006 cuando mi hermana Carolina Bechara Navratilova tenía un libro que se llama Chantilly y quería publicarlo, fusionaba pastelería francesa con pastelería colombiana. Yo tenía lista una novela que se llama Unos duermen, otros no. La había pasado a editoriales grandes del país, solamente me había respondido Random House Mondadori. El editor me llamó y me dijo que la novela debía cambiar de persona, es decir, no ser narrada en primera persona sino en tercera, y que debía eliminar una escena erótica que era bastante fuerte, y con eso podían evaluar publicarla. Esa escena erótica era importante para mí porque era fundante, es decir, siempre he pensado que el sexo nos atraviesa y no hay porqué señalarlo como un tema tabú, y que a partir del sexo puedes conocer muy bien a una sociedad, de forma que lo que hicimos con mi hermana en lugar de quedarnos esperando cien años a que el coronel no tiene quién le escriba, y como soy abogado, dije que fundáramos esta editorial y a través de ella publiquemos jóvenes talentos y talentos nuevos que puedan llegar a tocar la puerta de la editorial. En diciembre de ese año me fui de Colombia, transcurrieron 13 años en los que hubo un ida y vuelta con el país, pero realmente viviendo por fuera, y en el que publicamos unos 20 libros en ese tiempo de forma realmente lenta, siempre teniendo en cuenta de publicar jóvenes y nuevos talentos por el valor de su narrativa y poesía”.
Uno de los trabajos más destacados de Escarabajo es la trilogía sobre la violencia, que aún tiene una última entrega por publicar. Los libros Si después de la guerra hay un día y Yo vengo a ofrecer mi poema, estarán en una colección junto con Morir es un país que amabas. Cada uno de ellos tiene una temática particular: el primero, enfocado en el conflicto armado en Colombia; el segundo, con las crisis sociales, protestas y violencia estatal en América Latina; y el tercero, que saldrá en los próximos meses, estará dedicado a los líderes sociales asesinados en nuestro país.
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“La editorial está ligada al proyecto En busca de poetas. Siempre hemos repetido que a los poetas se les trata como pobres diablos, y los miran de arriba a abajo. Para nosotros los poetas son fundamentales. La poesía es importante y los poetas son importantísimos. A través de la poesía se resuelven las preguntas más importantes del ser humano, por eso está emparentada con la filosofía. En la narrativa pasa, pero en la poesía es más vibrante el hecho de que los grandes cambios sociales se producen por medio de movimientos gestados por esta y por las artes en general, pero ella cumple un rol fundamental. De manera que publicar poesía no es y no sea lucrativo el día de mañana, hacerlo nos mueven otros criterios. El espíritu que mueve tanto a la fundación En busca de poetas como a Escarabajo editorial más que un fin económico es un asunto de trascendencia, permanencia y amor hacia los seres humanos. Por más dificultades vamos a seguir generando un catálogo y seguiremos dando voz a quienes merecen un lugar importante dentro de la poesía. Esto solo acaba con la muerte. Importa más la gloria que el dinero”, dijo Eduardo Bechara, quien ha viajado por varios países de Latinoamérica buscando poetas, logrando varias antologías de poesía con autores de Argentina, Chile, entre otros.
Libros como Un caballero en España, un compendio de artículos de Antonio Caballero en la revista Fusión Latina; Volverse océano, de Claudia Martelo y Unas cuántas tiernas impresiones, de Luz Helena Córdero Villamizar son algunas de las novedades que tiene Escarabajo en la Feria del Libro de Bogotá.
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“Vamos a seguir haciendo y promoviendo la poesía porque queremos dignificar a los poetas y demostrar que tienen un espacio fundamental dentro de la sociedad. La poesía es ese vehículo de grandes cambios sociales y ese arte en el que se pueden explicar las preguntas más importantes de la humanidad. Qué agradable y qué felicidad recibir a los poetas y apropiarse de los espacios de la feria, que puedan mostrar sus libros a otros lectores”, concluyó Bechara Navratilova.