Escritor chino exiliado Liao Yiwu: Ucrania lucha por Taiwán y la democracia
Liao Yiwu pasa por ser el escritor chino más perseguido por haber escrito el poema “Masacre”, sobre la matanza estudiantil de Tiananmen (1989), lo que le valió cinco años de cárcel y de torturas. Tras este periodo huyó de China y se exilió en Alemania y al revisarlo, dijo: “Ucrania nos está ayudando a nosotros, a Taiwán, a todo el mundo”.
Alfredo Valenzuela - EFE
Su experiencia carcelaria la recogió en "Por una canción, cien canciones", un documento memorialístico que refleja la crueldad del sistema penitenciario chino y la arbitrariedad de la justicia en ese país, también está publicado en España "Dios es rojo", sobre la pervivencia del cristianismo en China pese a su persecución, y "El paseante de cadáveres", una colección de reportajes y entrevistas con gentes de los ambientes marginales chinos.
¿Cómo ha cambiado su vida desde que huyó de China?
En el primer mes de mi huida de China publiqué la versión alemana de “Por una canción, cien canciones”, que tuvo un éxito enorme. Se vendieron más de 20.000 ejemplares. Gané el Premio Hermanos y Hermanas Scholl y el máximo galardón de la Feria del Libro de Fráncfort, el Premio Alemán de la Paz. Esto era algo que no esperaba. Me convertí en una figura pública en el mundo de habla alemana. Pronuncié un discurso en la iglesia de San Pablo, titulado “Hay que dividir este imperio”, con la asistencia del presidente y los ministros alemanes, y de la Premio Nobel de Literatura 2009, Herta Müller, a la que abracé y rompí a llorar... Y de repente, aquel vendedor chino de clase baja, Liao Yiwu, estaba tan lejos de mí.
¿Cree que podrá volver a China algún día?
Si China se divide en decenas de países, volveré a mi ciudad natal, Sichuan. En la historia de China, Sichuan siempre ha sido la primera región en rebelarse contra el poder centralizado.
Le sugerimos: Vandalizan en Taipéi una obra conmemorativa de la masacre de Tiananmen
¿Se arrepiente de haber escrito su poema “Masacre”?
No me arrepiento en absoluto. Aunque el juez me dijo en el tribunal: “Liao Yiwu, si te hubieran pillado mientras recitabas ‘Masacre’ la noche del 4 de junio estarías muerto y yo no te habría juzgado aquí”.
El poeta ruso Mandelstam perdió la vida por un poema...
Lo entiendo. Cuando pienso en lo que le pasó me dan ganas de llorar. Mi suerte es mejor que la suya.
¿Cómo se explica la comprensión e incluso el apoyo de tantos intelectuales europeos a las dictaduras comunistas?
Sencillamente, no han estado en la cárcel, no han visto cómo se llevaban a sus amigos, a sus familiares, a sus maridos o a sus mujeres, con la idea de que tal vez vuelvan a casa, o tal vez no vuelvan nunca. No han experimentado los asesinatos que el mundo, simplemente, no puede ver, como el del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, por el que movilizamos todas las fuerzas de los medios de comunicación internacionales y de las organizaciones de derechos humanos, incluido el Gobierno de (Angela) Merkel pero, al final, la dictadura lo asesinó de la forma más brutal posible.
¿Confía en la fortaleza de la democracia occidental?
Llevo once años exiliado en occidente y tengo un gran número de lectores y seguidores que siempre me escriben para animarme. Mi editor alemán también insiste en publicar mis libros, y mi nuevo libro, “Wu Han”, es el décimo. Esto me da fuerzas. También me ha dado fuerzas la resistencia ucraniana a la agresión del dictador Vladímir Putin. Ucrania nos está ayudando a nosotros, a Taiwán, a todo el mundo… Me da confianza el hecho de que Ucrania esté luchando en una guerra por la democracia occidental.
Le recomendamos: “Lo esencial es ser honesto con lo que uno quiere transmitir”: Camilo Giraldo
La peripecia de su libro “Por una canción, cien canciones” ha sido comparada con la que vivió el manuscrito de “Doctor Zhivago” de Boris Pasternak ¿comparte esa comparación?
Esa analogía es de mi amiga (la Premio Nobel de Literatura) Herta Müller, y debo decir que he heredado la tradición espiritual de “El Doctor Zhivago”.
¿Por qué los campos de concentración chinos no ofenden a la opinión pública occidental?
Esto es solo temporal. Mientras se traduzcan, difundan y comenten las obras de escritores como yo, la verdad sobre los campos de concentración chinos atraerá sin duda la atención de occidente.
¿Cuál es el peor recuerdo de la cárcel?
Dos suicidios.
¿La literatura sirve para sobreponerse a las consecuencias de la tortura?
Sirve recordarla, escribir sobre ella.
Su experiencia carcelaria la recogió en "Por una canción, cien canciones", un documento memorialístico que refleja la crueldad del sistema penitenciario chino y la arbitrariedad de la justicia en ese país, también está publicado en España "Dios es rojo", sobre la pervivencia del cristianismo en China pese a su persecución, y "El paseante de cadáveres", una colección de reportajes y entrevistas con gentes de los ambientes marginales chinos.
¿Cómo ha cambiado su vida desde que huyó de China?
En el primer mes de mi huida de China publiqué la versión alemana de “Por una canción, cien canciones”, que tuvo un éxito enorme. Se vendieron más de 20.000 ejemplares. Gané el Premio Hermanos y Hermanas Scholl y el máximo galardón de la Feria del Libro de Fráncfort, el Premio Alemán de la Paz. Esto era algo que no esperaba. Me convertí en una figura pública en el mundo de habla alemana. Pronuncié un discurso en la iglesia de San Pablo, titulado “Hay que dividir este imperio”, con la asistencia del presidente y los ministros alemanes, y de la Premio Nobel de Literatura 2009, Herta Müller, a la que abracé y rompí a llorar... Y de repente, aquel vendedor chino de clase baja, Liao Yiwu, estaba tan lejos de mí.
¿Cree que podrá volver a China algún día?
Si China se divide en decenas de países, volveré a mi ciudad natal, Sichuan. En la historia de China, Sichuan siempre ha sido la primera región en rebelarse contra el poder centralizado.
Le sugerimos: Vandalizan en Taipéi una obra conmemorativa de la masacre de Tiananmen
¿Se arrepiente de haber escrito su poema “Masacre”?
No me arrepiento en absoluto. Aunque el juez me dijo en el tribunal: “Liao Yiwu, si te hubieran pillado mientras recitabas ‘Masacre’ la noche del 4 de junio estarías muerto y yo no te habría juzgado aquí”.
El poeta ruso Mandelstam perdió la vida por un poema...
Lo entiendo. Cuando pienso en lo que le pasó me dan ganas de llorar. Mi suerte es mejor que la suya.
¿Cómo se explica la comprensión e incluso el apoyo de tantos intelectuales europeos a las dictaduras comunistas?
Sencillamente, no han estado en la cárcel, no han visto cómo se llevaban a sus amigos, a sus familiares, a sus maridos o a sus mujeres, con la idea de que tal vez vuelvan a casa, o tal vez no vuelvan nunca. No han experimentado los asesinatos que el mundo, simplemente, no puede ver, como el del Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, por el que movilizamos todas las fuerzas de los medios de comunicación internacionales y de las organizaciones de derechos humanos, incluido el Gobierno de (Angela) Merkel pero, al final, la dictadura lo asesinó de la forma más brutal posible.
¿Confía en la fortaleza de la democracia occidental?
Llevo once años exiliado en occidente y tengo un gran número de lectores y seguidores que siempre me escriben para animarme. Mi editor alemán también insiste en publicar mis libros, y mi nuevo libro, “Wu Han”, es el décimo. Esto me da fuerzas. También me ha dado fuerzas la resistencia ucraniana a la agresión del dictador Vladímir Putin. Ucrania nos está ayudando a nosotros, a Taiwán, a todo el mundo… Me da confianza el hecho de que Ucrania esté luchando en una guerra por la democracia occidental.
Le recomendamos: “Lo esencial es ser honesto con lo que uno quiere transmitir”: Camilo Giraldo
La peripecia de su libro “Por una canción, cien canciones” ha sido comparada con la que vivió el manuscrito de “Doctor Zhivago” de Boris Pasternak ¿comparte esa comparación?
Esa analogía es de mi amiga (la Premio Nobel de Literatura) Herta Müller, y debo decir que he heredado la tradición espiritual de “El Doctor Zhivago”.
¿Por qué los campos de concentración chinos no ofenden a la opinión pública occidental?
Esto es solo temporal. Mientras se traduzcan, difundan y comenten las obras de escritores como yo, la verdad sobre los campos de concentración chinos atraerá sin duda la atención de occidente.
¿Cuál es el peor recuerdo de la cárcel?
Dos suicidios.
¿La literatura sirve para sobreponerse a las consecuencias de la tortura?
Sirve recordarla, escribir sobre ella.