Estas son las mujeres que han ganado el Premio Nobel de Literatura
De 120 autores galardonados con el Premio Nobel, 18 son mujeres. Conozca aquí las escritoras que han obtenido esta distinción.
Este 10 de octubre, la escritora surcoreana Han Kang se convirtió en la primera mujer de Asía y de su país en obtener el Premio Nobel de Literatura, un reconocimiento que han recibido otras 17 autoras en los más de cien años de existencia de este galardón.
De acuerdo con las cifras, de las 119 personas galardonadas desde 1901, solo un 14,3% son mujeres: una por cada nueve hombres. Esto ha sido objeto de críticas por algunas escritoras y periodistas, quienes relacionan esto con ideas de machismo y criptoginia, que buscan la ocultación de las mujeres y referentes femeninos. Sin embargo, hay otros que defienden los avances que se han evidenciado en los últimos años en la materia.
La primera mujer en obtener el Premio Nobel de Literatura fue la escritora sueca Selma Lagerlöf, quien en 1909 recibió el reconocimiento. Según sus biografías, Selma quiso ser escritora desde que cumplió 7 años, su creatividad le permitió construir relatos sobre época. Toda su vida estuvo agradecida con su hermano por pagar sus estudios, tras el fallecimiento de sus padres, al emigrar a Estados Unidos, donde iniciaría sus primeras grandes obras. Una de las más conocidas es El maravilloso viaje de Nils Holgersson.
En 1926, Grazia Deledda se convirtió en la primera italiana en recibir el Nobel de Literatura. Su obra se centra en la lucha interna de los personajes, enraizados en la cultura y la historia de Cerdeña, lo que le otorgó una voz única en la literatura italiana. Entre sus obras más notables se encuentran Eligenza y La madre, que reflejan las complejidades de las relaciones familiares y la condición femenina.
La tercera mujer en recibir este reconocimiento fue la autora noruega Sigrid Undset en 1928. Undset fue reconocida principalmente por sus novelas históricas que exploraban temas como la fe, la moralidad y la vida femenina. Su obra más célebre es la trilogía Kristin Lavransdatter.
Pearl S. Buck, escritora estadounidense, recibió el Nobel en 1938, gracias a sus novelas que tenía como tema central la vida y la cultura china, así como las complejidades de la condición humana. Su obra más famosa, La buena tierra, retrató la vida de una familia de campesinos en China.
La autora chilena Gabriela Mistral se convirtió en la primera, y hasta ahora, única mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel, que llegó a sus manos en 1945. Lucila Godoy Alcayaga, su nombre de pila, fue reconocida por su sensibilidad y su habilidad para explorar temas como el amor, la maternidad, la naturaleza y la muerte. Una de sus obras más destacada fue Desolación, una colección de poemas que reflejó su dolor personal y su búsqueda de la belleza en medio de la tristeza.
En 1966 la alemana Nelly Sachs recibió la medalla de oro que la hizo merecedora del Nobel. Sus letras se caracterizaron por una intensa lírica que ahondó en temas como el dolor, la pérdida y el anhelo de esperanza en medio de la desesperación. Sach fue una de las autoras que escribió sobre el sufrimiento que se vivió en el Holocausto.
Nadine Gordimer, escritora sudafricana, fue seleccionada para recibir el premio en 1991. Así, se convirtió en la séptima mujer ser Nobel de Literatura. Su novela más famosa, Burger’s Daughter , sigue la vida de la hija de un activista antiapartheid y explora las tensiones entre la identidad personal y el compromiso político, temas que fueron usuales en sus novelas.
La octava mujer en recibir el premio fue Toni Morrison en 1993, convirtiéndose así en la primera mujer afroamericana en ser galardona. Morrison fue una influyente novelista, editora y profesora, reconocida por su exploración de la experiencia afroamericana y la complejidad de la identidad racial en Estados Unidos por medio de sus letras.
En 1996 Wislawa Szymborska se hizo merecedora del premio, según la Academia, “por su producción poética que ofrece una rica imagen del ser humano en el mundo contemporáneo”. Su poesía es conocida por su claridad, ironía y profundidad filosófica, abordando temas complejos como la existencia, la memoria y la condición humana. Una de las obras más destacadas es La muerte y la doncella.
En el cambio de siglo, la novelista austríaca Elfriede Jelinek fue la primera mujer a la que se le otorgó el premio. Su obra abarca novelas, ensayos y obras de teatro, y a menudo aborda temas como la sexualidad, la violencia y la alienación. Jelinek incorpora elementos de la música y el teatro en su escritura. Su libro más destacado es La pianista (1983), una novela que sigue la vida de Erika Kohut, una pianista frustrada que lleva una “existencia reprimida y conflictiva”.
Tres años después, Doris Lessing recibió el premio. La Academia Sueca reconoció su contribución a la literatura a través de una obra rica y diversa que aborda temas como el feminismo, la política, la guerra, la identidad y la complejidad de las relaciones humanas. Sus obras, como El cuaderno dorado examinan las luchas de las mujeres en un mundo patriarcal y reflejan su compromiso con el cambio social.
La autora rumana Herta Müller fue la doceava mujer que se hizo merecedora de este reconocimiento, que le fue entregado en 2009. Una de sus novelas más conocidas es El hombre es un gran faisán en el mundo, en la que retrató la vida cotidiana y la angustia de los personajes que viven bajo la vigilancia del Estado, explorando la deshumanización y la lucha por la libertad. De acuerdo con la Academia, Müller se destaca “por la concentración poética y la franqueza con que describe el paisaje de los desterrados”.
En 2013, Alice Munro se convirtió en la primera escritora canadiense en recibir el Nobel. Munro, que falleció a sus 92 años, hizo de los cuentos y sus manuscritos una posibilidad de narrar sus vivencias, cuestionamientos, respuestas y certezas. Gran parte de sus relatos están ambientados en pueblos pequeños, porque pasó gran parte de su vida en la ruralidad de Ontario. Allí, en esos lugares que parecían diminutos, la escritora los dotaba de las complejidades de la condición humana. Esa fue una de las cosas que más destacaron sus colegas de su obra. Uno de sus libros más destacados es Dance of the Happy Shades, que es su primera colección de cuentos.
Dos años después, Svetlana Aleksiévich fue nombrada Nobel de Literatura. La periodista y escritora bielorrusa, conocida por su enfoque en el género del “documental literario”, se caracteriza por la recopilación de testimonios de personas comunes, lo que le permite narrar temas complejos como la guerra. Sus libros más conocidos incluyen Voces de Chernóbil y La guerra no tiene rostro de mujer, que examinan las repercusiones de la tragedia nuclear y el papel de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial, respectivamente.
En 2018, la autora polaca Olga Tokarczuk ganó el premio, gracias a “por una narrativa imaginativa que, con una pasión enciclopédica, representa el cruce de fronteras como una forma de vida”. La Academia Sueca reconoció su habilidad para entrelazar realismo y fantasía, así como su profunda exploración de la identidad, la historia y la psicología humana. Sus obras, como Los vagabundos y La casa de los espíritus, abordan temas de memoria, migración y el papel de las mujeres en la sociedad.
Louise Glück recibió el premio en 2020 por su “inconfundible voz poética que con una belleza austera convierte la existencia individual en universal”. Una de las obras más destacadas de Louise Glück es The Wild Iris. Esta colección de poemas explora temas de la vida, la muerte, la naturaleza y la renovación.
La última en la lista, hasta hoy que Han Kang ganó, era la escritora francesa Annie Ernaux, quien recibió la distinción “por el coraje y la agudeza con que descubre las raíces, los extrañamientos y los límites de la experiencia personal”. Su obra, como Los años, examina el paso del tiempo y cómo las experiencias personales se entrelazan con la historia colectiva. Así, se ha establecido como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea.
Este 10 de octubre, la escritora surcoreana Han Kang se convirtió en la primera mujer de Asía y de su país en obtener el Premio Nobel de Literatura, un reconocimiento que han recibido otras 17 autoras en los más de cien años de existencia de este galardón.
De acuerdo con las cifras, de las 119 personas galardonadas desde 1901, solo un 14,3% son mujeres: una por cada nueve hombres. Esto ha sido objeto de críticas por algunas escritoras y periodistas, quienes relacionan esto con ideas de machismo y criptoginia, que buscan la ocultación de las mujeres y referentes femeninos. Sin embargo, hay otros que defienden los avances que se han evidenciado en los últimos años en la materia.
La primera mujer en obtener el Premio Nobel de Literatura fue la escritora sueca Selma Lagerlöf, quien en 1909 recibió el reconocimiento. Según sus biografías, Selma quiso ser escritora desde que cumplió 7 años, su creatividad le permitió construir relatos sobre época. Toda su vida estuvo agradecida con su hermano por pagar sus estudios, tras el fallecimiento de sus padres, al emigrar a Estados Unidos, donde iniciaría sus primeras grandes obras. Una de las más conocidas es El maravilloso viaje de Nils Holgersson.
En 1926, Grazia Deledda se convirtió en la primera italiana en recibir el Nobel de Literatura. Su obra se centra en la lucha interna de los personajes, enraizados en la cultura y la historia de Cerdeña, lo que le otorgó una voz única en la literatura italiana. Entre sus obras más notables se encuentran Eligenza y La madre, que reflejan las complejidades de las relaciones familiares y la condición femenina.
La tercera mujer en recibir este reconocimiento fue la autora noruega Sigrid Undset en 1928. Undset fue reconocida principalmente por sus novelas históricas que exploraban temas como la fe, la moralidad y la vida femenina. Su obra más célebre es la trilogía Kristin Lavransdatter.
Pearl S. Buck, escritora estadounidense, recibió el Nobel en 1938, gracias a sus novelas que tenía como tema central la vida y la cultura china, así como las complejidades de la condición humana. Su obra más famosa, La buena tierra, retrató la vida de una familia de campesinos en China.
La autora chilena Gabriela Mistral se convirtió en la primera, y hasta ahora, única mujer latinoamericana en recibir el Premio Nobel, que llegó a sus manos en 1945. Lucila Godoy Alcayaga, su nombre de pila, fue reconocida por su sensibilidad y su habilidad para explorar temas como el amor, la maternidad, la naturaleza y la muerte. Una de sus obras más destacada fue Desolación, una colección de poemas que reflejó su dolor personal y su búsqueda de la belleza en medio de la tristeza.
En 1966 la alemana Nelly Sachs recibió la medalla de oro que la hizo merecedora del Nobel. Sus letras se caracterizaron por una intensa lírica que ahondó en temas como el dolor, la pérdida y el anhelo de esperanza en medio de la desesperación. Sach fue una de las autoras que escribió sobre el sufrimiento que se vivió en el Holocausto.
Nadine Gordimer, escritora sudafricana, fue seleccionada para recibir el premio en 1991. Así, se convirtió en la séptima mujer ser Nobel de Literatura. Su novela más famosa, Burger’s Daughter , sigue la vida de la hija de un activista antiapartheid y explora las tensiones entre la identidad personal y el compromiso político, temas que fueron usuales en sus novelas.
La octava mujer en recibir el premio fue Toni Morrison en 1993, convirtiéndose así en la primera mujer afroamericana en ser galardona. Morrison fue una influyente novelista, editora y profesora, reconocida por su exploración de la experiencia afroamericana y la complejidad de la identidad racial en Estados Unidos por medio de sus letras.
En 1996 Wislawa Szymborska se hizo merecedora del premio, según la Academia, “por su producción poética que ofrece una rica imagen del ser humano en el mundo contemporáneo”. Su poesía es conocida por su claridad, ironía y profundidad filosófica, abordando temas complejos como la existencia, la memoria y la condición humana. Una de las obras más destacadas es La muerte y la doncella.
En el cambio de siglo, la novelista austríaca Elfriede Jelinek fue la primera mujer a la que se le otorgó el premio. Su obra abarca novelas, ensayos y obras de teatro, y a menudo aborda temas como la sexualidad, la violencia y la alienación. Jelinek incorpora elementos de la música y el teatro en su escritura. Su libro más destacado es La pianista (1983), una novela que sigue la vida de Erika Kohut, una pianista frustrada que lleva una “existencia reprimida y conflictiva”.
Tres años después, Doris Lessing recibió el premio. La Academia Sueca reconoció su contribución a la literatura a través de una obra rica y diversa que aborda temas como el feminismo, la política, la guerra, la identidad y la complejidad de las relaciones humanas. Sus obras, como El cuaderno dorado examinan las luchas de las mujeres en un mundo patriarcal y reflejan su compromiso con el cambio social.
La autora rumana Herta Müller fue la doceava mujer que se hizo merecedora de este reconocimiento, que le fue entregado en 2009. Una de sus novelas más conocidas es El hombre es un gran faisán en el mundo, en la que retrató la vida cotidiana y la angustia de los personajes que viven bajo la vigilancia del Estado, explorando la deshumanización y la lucha por la libertad. De acuerdo con la Academia, Müller se destaca “por la concentración poética y la franqueza con que describe el paisaje de los desterrados”.
En 2013, Alice Munro se convirtió en la primera escritora canadiense en recibir el Nobel. Munro, que falleció a sus 92 años, hizo de los cuentos y sus manuscritos una posibilidad de narrar sus vivencias, cuestionamientos, respuestas y certezas. Gran parte de sus relatos están ambientados en pueblos pequeños, porque pasó gran parte de su vida en la ruralidad de Ontario. Allí, en esos lugares que parecían diminutos, la escritora los dotaba de las complejidades de la condición humana. Esa fue una de las cosas que más destacaron sus colegas de su obra. Uno de sus libros más destacados es Dance of the Happy Shades, que es su primera colección de cuentos.
Dos años después, Svetlana Aleksiévich fue nombrada Nobel de Literatura. La periodista y escritora bielorrusa, conocida por su enfoque en el género del “documental literario”, se caracteriza por la recopilación de testimonios de personas comunes, lo que le permite narrar temas complejos como la guerra. Sus libros más conocidos incluyen Voces de Chernóbil y La guerra no tiene rostro de mujer, que examinan las repercusiones de la tragedia nuclear y el papel de las mujeres en la Segunda Guerra Mundial, respectivamente.
En 2018, la autora polaca Olga Tokarczuk ganó el premio, gracias a “por una narrativa imaginativa que, con una pasión enciclopédica, representa el cruce de fronteras como una forma de vida”. La Academia Sueca reconoció su habilidad para entrelazar realismo y fantasía, así como su profunda exploración de la identidad, la historia y la psicología humana. Sus obras, como Los vagabundos y La casa de los espíritus, abordan temas de memoria, migración y el papel de las mujeres en la sociedad.
Louise Glück recibió el premio en 2020 por su “inconfundible voz poética que con una belleza austera convierte la existencia individual en universal”. Una de las obras más destacadas de Louise Glück es The Wild Iris. Esta colección de poemas explora temas de la vida, la muerte, la naturaleza y la renovación.
La última en la lista, hasta hoy que Han Kang ganó, era la escritora francesa Annie Ernaux, quien recibió la distinción “por el coraje y la agudeza con que descubre las raíces, los extrañamientos y los límites de la experiencia personal”. Su obra, como Los años, examina el paso del tiempo y cómo las experiencias personales se entrelazan con la historia colectiva. Así, se ha establecido como una de las voces más importantes de la literatura contemporánea.