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Un joven vigila a sus vecinos y, en medio de aquella tarea a la que se entrega de manera obsesiva, asesina a su hermano lanzándolo desde la azotea de su casa. Los padres, después de enterarse en la cena, deciden que lo mejor es no desaprovechar el cadáver. La madre propone cocinar un «aporreado de sesos» para el día siguiente. Con este cuento, titulado Estirpe maldita, comienza Extraños testimonios de Daína Chaviano, publicado por editorial Planeta en su colección de literatura fantástica y ciencia ficción, Minotauro.
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Chaviano nació en La Habana. Es autora de varios libros, incluyendo Amoroso planeta (2019), Los hijos de la diosa Huracán (2019), Fábulas de una abuela extraterrestre (2018), El abrevadero de los dinosaurios (2017), La isla de los amores infinitos (2006). Además, ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que se destaca el Premio Anna Seghers (Academia de Artes de Berlín, Alemania, 1990); Premio Azorín de Novela (España, 1998); Premio Internacional de Fantasía Goliardos (México, 2003); dos veces ganadora de la Medalla de Oro al Mejor Libro en Lengua Española (2006-2019), y del certamen International Latino Book Awards (2019).
En Extraños testimonios, Chaviano combina el terror, la ciencia ficción y la fantasía para crear un collage narrativo donde los géneros se disuelven, se desafían estructuralmente, pasando, por ejemplo, del diario, a la epístola o al guion teatral, sin que con esta elección se renuncie al cuento, pues cada texto posee una tensión narrativa que atrae los elementos hacia su centro.
El libro está dividido en dos partes, Sacrilegios nocturnos y Prosas ardientes, cada una compuesta por siete textos cuyos temas oscilan entre la muerte, la extrañeza y la pérdida, como En la sustancia de los sueños, donde una mujer escribe una bitácora sobre el duelo que vive por el fallecimiento de su ser amado. Aquí lo fantasmagórico ocurre con naturalidad, como también pasa en Gárgola mía, cuya historia se relata a través de una estructura epistolar en varios niveles, o en Ciudad de oscuro rostro, donde los fantasmas son la presencia de vampiros. En este cuento, la autora teoriza sobre estos seres, su origen y forma.
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En ambas secciones del libro es posible encontrar una fusión de lo tropical y lo gótico. Además, las historias están escritas con precisión, y cumplen el rol efectivo de llevar al lector hasta la última página. Incluso en el caso de textos que bordean los límites del cuento sin escapar de él, como en Los amantes, que, construida en forma de diálogo y estructura teatral, con matices humorísticos, pone a Eva y a Lilith en un único acto en el que discuten sobre Adán. Otro aspecto destacable, son las referencias autoficcionales que aparecen en algunas narraciones en primera persona, donde además se explora la relación de la escritora con sus personajes, como en Teje, araña, teje.
Extraños testimonios nos recuerda a Lovecraft, a Ambrose Bierce, a Clarice Lispector, a Paul Auster. Chaviano logra, con el lenguaje de la extrañeza, iluminar lo esencial para llevarnos a pensar lo humano: el dolor, las búsquedas, las posibilidades, los sacrificios, en incluso la escritura, y en este proceso renueva el terror y lo gótico a través de un tono tropical que mantiene cautivo al lector.