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Desde los años noventa, además de desarrollar una exitosa y muy significativa carrera como artista plástica, la profesora Marta Combariza Osorio, de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), estuvo muy comprometida con los museos colombianos, en particular con la instalación de su acción educativa y cultural.
En esos años, junto con las académicas María Claudia Romero, María Elena Bernal y María Helena Ronderos, la profesora Combariza dio los primeros pasos para crear la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la UNAL.
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También formó parte del proyecto “El museo un aula más”, que en la década de 1990 constituyó un hito para la constitución de grupos de guías y educadores en varios museos del país.
En 2014, durante su participación en el programa Análisis UNAL, de Radio UNAL (98.5 FM), la profesora manifestó su preocupación por el hecho de que los colombianos no visitaran los museos del país. En ese año, la Encuesta de Consumo Cultural indicaba que ocho de cada diez colombianos no acudían a los más de 300 museos existentes en todo el territorio nacional.
La académica consideraba esencial que la comunidad participara en la construcción de un museo, pues así se incrementaría el sentido de apropiación hacia estos espacios.
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En la página web de la artista, el profesor William Alfonso López Rosas, su amigo personal y colega en el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAL, escribió: “con la muerte de Marta, el campo de los museos en Colombia sufre una gran pérdida”.
Pionera de la etnografía y el arte
La profesora Marta Combariza se graduó en 1981 del Programa de Artes Plásticas de la UNAL, y en 2003 obtuvo el título de Maestra en Artes Plásticas y Visuales en la misma Facultad.
En 1985 formó parte de la muestra “Egresados recientes en la Universidad” en la que participó con dibujos en pequeño formato. Dichas obras inauguran, desde el carácter plano del papel, lo que Miguel González denomina en las instalaciones de Combariza como “una poética del espacio”.
Fue profesora en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, la Universidad de los Andes, de la Escuela de Diseño Arturo Tejada y del Instituto de la Estética Colombiana (IDEC).
Desde 1999 trabajó como docente de planta en la Facultad de Artes de la UNAL, en donde, además de desempeñarse en el área de pintura, realizó cursos y proyectos sobre temas como museología, educación artística y tendencias en el arte.
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De igual manera, colaboró con la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio de la Institución. Realizó investigaciones en arte y museología.
Su interés por la educación venía desde 1986, cuando trabajó en el área de educación del Museo de Arte de la UNAL.
Con respecto a su obra, desde los años ochenta se evidencia un interés por el trabajo con la tierra. En esta época trabajó en el barrio Chircales de Bogotá, el cual le impactó por la rudeza y crudeza de la vida de quienes fabricaban los ladrillos.
En 1990 inició el proyecto de investigación “Los colores del Valle de Tenza”, gracias a la beca Francisco de Paula Santander del Instituto Colombiano de Cultura (Colcultura); la investigación lleva a la artista a hacer énfasis en la tierra como tema y como materia en muchas de sus obras posteriores. El resultado fue expuesto en el Museo de Arte de la UNAL bajo el título “Espacio dos miradas”.
Como producto de esta misma búsqueda con el material, en 1993 creó las obras “Reflejos”y”Espejos de tierra”, y en 1995, “Sueños de tierra”. Estas experiencias y su interés por los saberes ancestrales, las tradiciones y los sueños, la llevaron de forma intuitiva a un campo que ahora se reconoce como puente entre la etnografía y el arte.