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La noticia del fallecimiento del poeta nadaísta, quien tenía 89 años, fue confirmada por el Taller de poesía que dirigió en la Biblioteca Pública Piloto y por su sobrino Gabriel J Henao.
En un texto publicado en 2018 para este periódico, Daniel Ferreira escribió: “Jaime Jaramillo Escobar es el gran poeta vivo que queda de las generaciones emblemáticas de la literatura colombiana. Militante del nadaísmo en su juventud, pasó a la vida civil con la discreción de un gato li huan. Los últimos veinte años los ha dedicado a su infatigable labor de pedagogo mordaz. En la biblioteca Piloto de Medellín dicta un taller donde la prueba más drástica consiste en decirle a gente menos atenta que se dedique a otro asunto, menos literario, pero igual de espirituoso: el alcohol, el amor, la maternidad”.
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El autor de los libros “Método fácil y rápido para ser poeta”, “Sombrero ahogado”, “Los poemas de la ofensa”, “Poemas de tierra caliente”, entre otros, fue descrito por Gonzalo Arango, quien fue su colega y amigo cercano: “Para mí no hay mejor compañía que la de Jaime Jaramillo Escobar. De X-504 (Jaime Jaramillo) se dice que es el mejor poeta de nuestra generación nadaísta (con perdón de los otros mejores). Es silencioso como un secreto; misterioso como una cita de amor; solitario y profundo como un río profundo. Su seudónimo de placa de carro se debe a su desprecio por la popularidad, y también para que su patrón no lo echara del puesto al enterarse de que era poeta, y además nadaísta”.
Según Jaramillo Escobar, su relación con Gonzalo Arango fue la razón de su cercanía con el Nadaísmo, que, entre otras cosas, resultó en la creación de la revista Nadaísmo, con ocho ediciones. Este proyecto se terminó por las dificultades para mantenerlo y la difícil organización con el tiempo. “La época del Nadaísmo y la de ahora son muy diferentes, por eso causó tanto impacto porque estaba contra todas las normas que en ese tiempo se practicaban y aún sigue teniendo una imagen revoltosa, no revolucionaria, porque la revolución se asocia más con política y nosotros solo éramos jóvenes aficionados a la lectura de los mejores escritores”, contó Jaramillo durante una tertulia llamada “Libros, autores y voces”, organizada por la Universidad Javeriana.
Durante la misma charla, el docente Tarsicio Valencia, egresado de la carrera de estudios literarios, opinó sobre Jaramillo: “La obra del poeta Jaime Jaramillo Escobar es grande, es un poeta mayor de Antioquia, tiene una originalidad que consiste en la utilización de un lenguaje muy bien cuidado que hace referencia a las costumbres nuestras, pero eso no quiere decir que sea lenguaje costumbrista, sino un lenguaje cuidado gramaticalmente. Tenerlo con nosotros nos motiva a renovar nuestro lenguaje poético”.
Las anécdotas que Daniel Ferreira cuenta sobre Jaramillo Escobar, resultaron de una charla que tuvo con Ana María, una de las trabajadora en el plan de lectura de Medellín, con quien el poeta trabajó durante un tiempo: “Un día contactaron al Jaime Jaramillo Escobar para que seleccionara frases de los maestros de la literatura colombiana con el fin de encabezar con lemas unos documentos oficiales y casi todos los autores que le propusieron le parecían bodrios. Solo Tomás González le parecía un autor digno. Alguna vez conoció a García Márquez en una fiesta y le pareció un costeño ordinario de Barranquilla: gritaba y hacía escándalo. Él ha preferido reservar los escándalos por las licencias públicas de los carnavales”.
Personajes como León Valencia y Julio Sánchez Cristo, han reaccionado a la notica en redes sociales:
Se nos fue Jaime Jaramillo Escobar (Pueblorrico, 25 de mayo de 1932), Medellín, 10 de septiembre de 2021), poeta cofundador con Gonzalo Arango del nadaísmo, gran poeta del pueblo de mi infancia y mi primera juventud
— León Valencia (@LeonVaLenciaA) September 10, 2021
Poeta Jaime Jaramillo, X 504, gracias por llenar espacios de nuestras vidas imaginando el concepto de su negra…
— Julio Sánchez Cristo (@jsanchezcristo) September 10, 2021
Entre muchos otros homenajes y reconocimientos, el poeta fue galardonado con el Premio Cassius Clay de poesía nadaísta en 1967 por su libro “Los poemas de la ofensa”. Además, por más de 20 años fue maestro tallerista de poetas jóvenes en la Biblioteca Pública Piloto de Medellín.