Falleció Gloria Zea, exdirectora del Museo de Arte Moderno de Bogotá
La gestora cultural falleció este lunes a los 83 años en la Fundación Cardio Infantil. Su legado en la historia de las artes plásticas en Colombia se inmortalizó en su rol como directora del Museo de Arte Moderno de Bogotá y sus influencias y vínculos con artistas como Fernando Botero, Martha Traba, Édgar Negret, Alejandro Obregón, entre otros.
REDACCIÓN CULTURA
Hace poco menos de un año, en mayo de 2018, Gloria Zea le decía al periodista Francisco Celis, de El Tiempo, que se consideraba una mujer suicida. “Yo soy suicida, en el sentido de que me embarco en enormes empresas sin mirar los riesgos sino buscando el objetivo y la finalidad. Tal vez si yo hubiera entendido en ese momento lo que significaba ver ópera lo habría dudado. Pero no lo sabía, yo no conocía nada de la ópera. Estaba dirigiendo Colcultura, amaba la música clásica, acababa de organizar la Orquesta Sinfónica de Colombia, de restaurar el teatro Colón, y Alberto Upegui, que era mi subdirector de Bellas Artes, y Hjalmar de Greiff, ambos trabajaban conmigo, me dijeron 'por qué no haces ópera'. Y yo, que estaba buscando nuevos caminos de desarrollo para Colcultura, dije claro, hagamos ópera. Si hubiera entendido en ese momento lo difícil que es, lo habría dudado, pero me lancé, y la ópera es adictiva: cuando ves tu primera ópera te enamoras. Es amor a primera vista. Y, a medida que profundizas, más es la fascinación. Una vez hice las dos primeras, ‘Bohemia’ y ‘Traviata’, quedé enganchada”.
Su vida, desde los tiempos en los que estudiaba arte en la Universidad de Los Andes, ha sido un constante suicidarse por amor al arte y a los artistas. En ese camino, mientras se untaba las manos de colores y se echaba al pasto a soñar, conoció a Fernando Botero. Como le dijo a Dominique Rodríguez Dalvard y a Pilar Calderón, en la revista Diners, “En unas vacaciones vine a Bogotá y llegó a mi casa Alberto Lleras Camargo, que era el rector y me dijo que la universidad la habían hecho para que personas como yo no se tuvieran que ir. Al día siguiente fui y resolví quedarme. Mis profesores fueron Marta Traba y Fernando Botero, que fue mi profesor de pintura. Nos enamoramos locamente. Fernando y yo nos hacíamos en un rincón y él me daba la clase a mí, a los demás ni los volteaba a mirar. Lo acusaron ante el rector y lo echaron de la universidad, entonces resolvimos casarnos”.
Su último sueño, decía diez años atrás, fue haber conseguido que la obra de Rodin llegara a Bogotá. Sus respuestas, punzantes, cultas, dieorn para varias páginas. En Cromos, por ejemplo, habló de sus gustos y sus disgustos.
¿Qué es cultura?
Es la relación del ser humano con su hábitat,con los procesos de creación y memoria.
El artista plástico colombiano de todos los tiempos.
Nombrar sólo uno sería ofensivo: Fernando Botero, Alejandro Obregón, Eduardo Ramírez Villamizar, Santiago Cárdenas...
¿Qué obra sueña colgar en el museo?
Un Monet y un Mark Rothko.
Un momento sublime.
El día en que pongamos la primera piedra de la ampliación del MamBo.
¿Qué es belleza?
Es algo insondable, como dice Baudelaire.
Algo mágico.
La naturaleza.
Un sueño.
Terminar la ampliación del MamBo.
¿Cuál es su mayor virtud?
La perseverancia.
¿Cuál es su mayor defecto?
La intolerancia con la mediocridad.
¿Dónde le gustaría pasar sus últimos días?
En cualquier lugar rodeada de mis seres queridos.
¿Qué espectáculo la ha dejado sin aliento?
Los atardeceres de Bogotá.
¿Qué música le gusta bailar?
Toda.
¿Le gusta el mambo?
¡Me fascina!
Un color ideal.
Azul.
El sonido que más le gusta.
El de los árboles.
¿Dónde le huiría a un rato amargo?
En el refugio de mi hogar.
¿Cuál es su primer recuerdo?
Una Navidad en que el Niño Dios me trajo un coche de muñecas que le había pedido.
¿Cómo le gustaría que le dijeran?
Gloria.
¿Cuántos años le gustaría vivir?
Los máximos posibles, en pleno uso de mis facultades.
¿De qué se arrepiente?
De no haber tenido más hijos.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Estar en cualquier lugar con mi marido, mis hijos y mis nietos.
¿Qué le falta a Colombia?
Paz.
Un artista del mundo.
Velásquez, Francis Bacon, y tantos otros.
El nombre para una obra sobre su vida.
"La hacedora de sueños".
¿Qué tipo de música la relaja?
La música clásica y la lírica.
¿Qué le inspira ternura?
La bondad y la generosidad.
Un día triste.
El día en que supe que mi hijo tenía cáncer.
Un día memorable.
El día en que supe que estaba curado.
¿A quién dirige usted?
¡A todos!
¿Y quién la dirige?
Yo.
¿Quién o qué es el amor de su vida?
Mis hijos, mis nietos y Giorgio.
Un lugar para pasar un rato feliz.
Mi casa en el campo en Tabio y la otra en Toscana.
Si tuviera que ser un animal, ¿cuál sería y por qué?
Un perro, por su lealtad.
¿Cuál es la virtud que más admira?
La integridad y el coraje.
¿Cree en el azar?
Creo en el trabajo y en la ayuda divina.
Un objeto que le sobre a la humanidad.
Las armas.
¿Qué quiere que diga su epitafio?
"Hizo de sus sueños una realidad".
La peor expresión de miseria.
El hambre.
Su mayor locura.
¿Cuál de tantas?
¿Qué les envidia a los hombres?
Nada... ¡Absolutamente nada!
El libro que más veces ha leído.
Muchos, muchos... muchas veces, me encanta releer.
Una mentira 100% colombiana.
"Déjate ver para atenderte".
Una película que no se cansa de ver.
Casablanca.
¿Qué es lo que más le duele a Colombia?
La guerra.
¿Cuál sería su última cena?
Mariscos.
El Museo de Arte Moderno de Bogotá lametó el fallecimiento de Zea y lo expresó por medio de un comunicado que emitió por sus cuentas oficiales:
Hace poco menos de un año, en mayo de 2018, Gloria Zea le decía al periodista Francisco Celis, de El Tiempo, que se consideraba una mujer suicida. “Yo soy suicida, en el sentido de que me embarco en enormes empresas sin mirar los riesgos sino buscando el objetivo y la finalidad. Tal vez si yo hubiera entendido en ese momento lo que significaba ver ópera lo habría dudado. Pero no lo sabía, yo no conocía nada de la ópera. Estaba dirigiendo Colcultura, amaba la música clásica, acababa de organizar la Orquesta Sinfónica de Colombia, de restaurar el teatro Colón, y Alberto Upegui, que era mi subdirector de Bellas Artes, y Hjalmar de Greiff, ambos trabajaban conmigo, me dijeron 'por qué no haces ópera'. Y yo, que estaba buscando nuevos caminos de desarrollo para Colcultura, dije claro, hagamos ópera. Si hubiera entendido en ese momento lo difícil que es, lo habría dudado, pero me lancé, y la ópera es adictiva: cuando ves tu primera ópera te enamoras. Es amor a primera vista. Y, a medida que profundizas, más es la fascinación. Una vez hice las dos primeras, ‘Bohemia’ y ‘Traviata’, quedé enganchada”.
Su vida, desde los tiempos en los que estudiaba arte en la Universidad de Los Andes, ha sido un constante suicidarse por amor al arte y a los artistas. En ese camino, mientras se untaba las manos de colores y se echaba al pasto a soñar, conoció a Fernando Botero. Como le dijo a Dominique Rodríguez Dalvard y a Pilar Calderón, en la revista Diners, “En unas vacaciones vine a Bogotá y llegó a mi casa Alberto Lleras Camargo, que era el rector y me dijo que la universidad la habían hecho para que personas como yo no se tuvieran que ir. Al día siguiente fui y resolví quedarme. Mis profesores fueron Marta Traba y Fernando Botero, que fue mi profesor de pintura. Nos enamoramos locamente. Fernando y yo nos hacíamos en un rincón y él me daba la clase a mí, a los demás ni los volteaba a mirar. Lo acusaron ante el rector y lo echaron de la universidad, entonces resolvimos casarnos”.
Su último sueño, decía diez años atrás, fue haber conseguido que la obra de Rodin llegara a Bogotá. Sus respuestas, punzantes, cultas, dieorn para varias páginas. En Cromos, por ejemplo, habló de sus gustos y sus disgustos.
¿Qué es cultura?
Es la relación del ser humano con su hábitat,con los procesos de creación y memoria.
El artista plástico colombiano de todos los tiempos.
Nombrar sólo uno sería ofensivo: Fernando Botero, Alejandro Obregón, Eduardo Ramírez Villamizar, Santiago Cárdenas...
¿Qué obra sueña colgar en el museo?
Un Monet y un Mark Rothko.
Un momento sublime.
El día en que pongamos la primera piedra de la ampliación del MamBo.
¿Qué es belleza?
Es algo insondable, como dice Baudelaire.
Algo mágico.
La naturaleza.
Un sueño.
Terminar la ampliación del MamBo.
¿Cuál es su mayor virtud?
La perseverancia.
¿Cuál es su mayor defecto?
La intolerancia con la mediocridad.
¿Dónde le gustaría pasar sus últimos días?
En cualquier lugar rodeada de mis seres queridos.
¿Qué espectáculo la ha dejado sin aliento?
Los atardeceres de Bogotá.
¿Qué música le gusta bailar?
Toda.
¿Le gusta el mambo?
¡Me fascina!
Un color ideal.
Azul.
El sonido que más le gusta.
El de los árboles.
¿Dónde le huiría a un rato amargo?
En el refugio de mi hogar.
¿Cuál es su primer recuerdo?
Una Navidad en que el Niño Dios me trajo un coche de muñecas que le había pedido.
¿Cómo le gustaría que le dijeran?
Gloria.
¿Cuántos años le gustaría vivir?
Los máximos posibles, en pleno uso de mis facultades.
¿De qué se arrepiente?
De no haber tenido más hijos.
¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?
Estar en cualquier lugar con mi marido, mis hijos y mis nietos.
¿Qué le falta a Colombia?
Paz.
Un artista del mundo.
Velásquez, Francis Bacon, y tantos otros.
El nombre para una obra sobre su vida.
"La hacedora de sueños".
¿Qué tipo de música la relaja?
La música clásica y la lírica.
¿Qué le inspira ternura?
La bondad y la generosidad.
Un día triste.
El día en que supe que mi hijo tenía cáncer.
Un día memorable.
El día en que supe que estaba curado.
¿A quién dirige usted?
¡A todos!
¿Y quién la dirige?
Yo.
¿Quién o qué es el amor de su vida?
Mis hijos, mis nietos y Giorgio.
Un lugar para pasar un rato feliz.
Mi casa en el campo en Tabio y la otra en Toscana.
Si tuviera que ser un animal, ¿cuál sería y por qué?
Un perro, por su lealtad.
¿Cuál es la virtud que más admira?
La integridad y el coraje.
¿Cree en el azar?
Creo en el trabajo y en la ayuda divina.
Un objeto que le sobre a la humanidad.
Las armas.
¿Qué quiere que diga su epitafio?
"Hizo de sus sueños una realidad".
La peor expresión de miseria.
El hambre.
Su mayor locura.
¿Cuál de tantas?
¿Qué les envidia a los hombres?
Nada... ¡Absolutamente nada!
El libro que más veces ha leído.
Muchos, muchos... muchas veces, me encanta releer.
Una mentira 100% colombiana.
"Déjate ver para atenderte".
Una película que no se cansa de ver.
Casablanca.
¿Qué es lo que más le duele a Colombia?
La guerra.
¿Cuál sería su última cena?
Mariscos.
El Museo de Arte Moderno de Bogotá lametó el fallecimiento de Zea y lo expresó por medio de un comunicado que emitió por sus cuentas oficiales: