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Este sábado, en el Museo de Antioquia, tuvo lugar el último recorrido de la exposición “Huellas de la Desaparición”, realizada en alianza entre la Comisión de la Verdad y la agencia de investigación inglesa Forensic Architecture, con la que se busca el esclarecimiento de violaciones de derechos humanos y se presentan los hallazgos de los casos del Urabá antioqueño, el Palacio de Justicia y las formas de violencia contra los indígenas Nukak en el Guaviare.
El recorrido de cierre contó con la participación de más de 100 personas, incluyendo familiares de los desaparecidos del Palacio de Justicia, que pidieron que la exposición pudiera extenderse por algunas semanas más. (Puede leer: Las huellas de la desaparición en realidad virtual)
“Teniendo en cuenta la triste coyuntura de esta semana en la audiencia de aporte a la verdad en la JEP del General retirado Jesús Armando Arias Cabrales, donde no obtuvimos ningún aporte a la verdad y se negaron las evidencias judiciales y forenses que están exhibidas hoy en el Museo de Antioquia, quisiéramos que el periodo de la exposición se extendiera para ayudar a seguir visibilizando el mensaje de verdad y de memoria a una mayor cantidad de personas”, señalaron durante el recorrido.
“Las cajas negras de la desaparición”, nombre que recibe el recorrido por el caso del Palacio de Justicia, cuenta con la revisión de 49 horas de video y testimonios que dejaron como resultado maquetas arquitectónicas físicas y digitales, tres videos, mapas y libros que revelan detalles sobre la infraestructura y logística de la desaparición forzada durante este hecho. (Puede leer: Palacio de Justicia: los videos de los nuevos hallazgos de la investigación)
Desde hace más de 30 años, los familiares de las personas desaparecidas del Palacio de Justicia han manifestado que existe un pacto de silencio que ha truncado las investigaciones judiciales y ocultado la verdad de lo sucedido ese 6 y 7 de noviembre de 1985.
Por su parte, la investigación del Urabá antioqueño, titulada “Despojo y memoria de la tierra”, reconstruyó las masacres de Punta Coquitos, Honduras y la Negra, tres veredas del corregimiento de Nueva Colonia, en Turbo. A través de imágenes satelitales y reconstrucciones en 3D de 100 kilómetros cuadrados de territorio, se evidenció que los campesinos, que en el pasado fueron desplazados por los hechos violentos, hoy están amenazados por la erosión costera, que les ha arruinado cultivo y se ha llevado sus viviendas. (Le recomendamos: La masacre en Punta Coquitos que se hundió con el mar)
Frente al caso de los Nukak, un gran mural reconstruyó las formas de violencia que se implementaron en contra de esta comunidad indígena y a su territorio a lo largo de la historia. La destrucción del entorno, la desaparición, el desplazamiento forzado y el cambio de las prácticas culturales afectan a sus pobladores hasta el presente.
Actualmente se adelantan gestiones para que la exposición, con los tres casos de estudio, pueda llegar a otras ciudades de Colombia, más allá de Bogotá y Medellín. El material digital también se encuentra alojado en la página de la Comisión de la Verdad.