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                                                                                                                                “Fátima, ¿y ese nuevo libro qué?”

                                                                                                                                “Galápagos” (2021), publicada por la editorial Laguna Libros, es la primera novela de Fátima Vélez, un viaje hacia la descomposición, una pieza vertiginosa, intensa, extraña.

                                                                                                                                Santiago Díaz Benavides- @santiescribe_

                                                                                                                                Fátima Vélez, autora de "Galápagos", ha publicado los libros de poesía "Casa Paterna", "Del porno y las babosas" y "Diseño deinteriores". / Laura Arenas
                                                                                                                                Foto: Laura Arenas
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Supe, luego de que participara en una de las ediciones recientes del Festival de Poesía de Medellín, que se encontraba en Estados Unidos, que estaba estudiando, que cuidaba, y aún lo hace, de sus dos hijos, mientras escribía. Andaba trabajando en algo. Al tiempo, entre las ocupaciones y los oficios varios, la pandemia y todo eso de ser adulto cuando uno ni siquiera se enteró de cómo era ser niño, supe de qué se trataba.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Eso me llamó la atención y al rato le escribí a la gente de la editorial. Me contactó Pedro Carlos Lemus, el editor, y me dijo que era una muy buena novela y que, si quería hablar con Fátima, él me ayudaba. Me enviaron el libro a la casa y llegó justo cuando terminaba de editar otro. Me puse a leer en cuanto pude. Las primeras líneas me descolocaron, y lo que vino después, ni hablar. Las páginas no tenían más que comas. Me acordé de la vez que leí a Álex con su Caballo sea la noche (Candaya, 2019). Iba rápido, era intenso. Me metí de lleno en la cabeza de Lorenzo.

                                                                                                                                Después de unos días, no me aguanté las ganas de escribirle a Fátima. Sería la primera vez que hablábamos. Le pregunté: “¿Y ese nuevo libro qué?” A ella le dio risa. Yo le conté que me estaba gustando y que me causaba curiosidad saber de dónde había sacado la idea para escribir eso. “De muchas cosas”, me dijo. Es la síntesis de muchas conversaciones, ideas, pulsiones, historias, sensaciones, deseos… Me mandó un abrazo y se perdió. Yo seguí leyendo, y también me perdí, pero ahí dentro.

                                                                                                                                A Lorenzo le preocupa el aspecto de sus manos. Algo está pasando con sus uñas y él sabe que no es normal. Todo el tiempo se está fijando en ellas. La cosa se pone obsesiva. Juan B no cree que sea para tanto, y puede que sea así, pero Lorenzo está preocupado. Le preocupa más, sin embargo, haber dejado a Donatien atrás, en París. Se lo dice a Paz María y después a Juan B. Siente que tiene que irse, y lo hace, pero del afán solo queda el cansancio y cuando llega al aeropuerto en Francia, sus maletas no aparecen. Lorenzo ama a Donatien, pero también a Juan B, aunque no tanto, y a Paz María, pero no de la misma forma.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Podría interesarle leer: Los infiernos de Reinaldo Arenas

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Podría interesarle: Historia de la literatura: Edgar Allan Poe

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                                                                                                                                Fátima Vélez, autora de "Galápagos", ha publicado los libros de poesía "Casa Paterna", "Del porno y las babosas" y "Diseño deinteriores". / Laura Arenas
                                                                                                                                Foto: Laura Arenas
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Supe, luego de que participara en una de las ediciones recientes del Festival de Poesía de Medellín, que se encontraba en Estados Unidos, que estaba estudiando, que cuidaba, y aún lo hace, de sus dos hijos, mientras escribía. Andaba trabajando en algo. Al tiempo, entre las ocupaciones y los oficios varios, la pandemia y todo eso de ser adulto cuando uno ni siquiera se enteró de cómo era ser niño, supe de qué se trataba.

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Eso me llamó la atención y al rato le escribí a la gente de la editorial. Me contactó Pedro Carlos Lemus, el editor, y me dijo que era una muy buena novela y que, si quería hablar con Fátima, él me ayudaba. Me enviaron el libro a la casa y llegó justo cuando terminaba de editar otro. Me puse a leer en cuanto pude. Las primeras líneas me descolocaron, y lo que vino después, ni hablar. Las páginas no tenían más que comas. Me acordé de la vez que leí a Álex con su Caballo sea la noche (Candaya, 2019). Iba rápido, era intenso. Me metí de lleno en la cabeza de Lorenzo.

                                                                                                                                Después de unos días, no me aguanté las ganas de escribirle a Fátima. Sería la primera vez que hablábamos. Le pregunté: “¿Y ese nuevo libro qué?” A ella le dio risa. Yo le conté que me estaba gustando y que me causaba curiosidad saber de dónde había sacado la idea para escribir eso. “De muchas cosas”, me dijo. Es la síntesis de muchas conversaciones, ideas, pulsiones, historias, sensaciones, deseos… Me mandó un abrazo y se perdió. Yo seguí leyendo, y también me perdí, pero ahí dentro.

                                                                                                                                A Lorenzo le preocupa el aspecto de sus manos. Algo está pasando con sus uñas y él sabe que no es normal. Todo el tiempo se está fijando en ellas. La cosa se pone obsesiva. Juan B no cree que sea para tanto, y puede que sea así, pero Lorenzo está preocupado. Le preocupa más, sin embargo, haber dejado a Donatien atrás, en París. Se lo dice a Paz María y después a Juan B. Siente que tiene que irse, y lo hace, pero del afán solo queda el cansancio y cuando llega al aeropuerto en Francia, sus maletas no aparecen. Lorenzo ama a Donatien, pero también a Juan B, aunque no tanto, y a Paz María, pero no de la misma forma.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Podría interesarle leer: Los infiernos de Reinaldo Arenas

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                                                                                                                                Podría interesarle: Historia de la literatura: Edgar Allan Poe

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                                                                                                                                Cuando termino de leer la novela, le escribo a mi novia y solo puedo pensar en la forma de hablar de Paz María. Me quedo con la sensación de no haber comprendido bien lo que pasó. No sé qué pasó, pero consigo decirle que me gustó, que se parece a la vida: desbocada, caótica. Le cuento que todos estos personajes están rotos, un poco como nosotros, que quieren huir de sí mismos, a donde sea, a Madagascar, a las Bermudas, a Galápagos. Que se aferran a algo, pero aun así no tienen problema con dejarse ir. Le escribo a Fátima, aun sabiendo que no me va a responder pronto, que probablemente no lo haga, y le digo esto mismo, que tengo muchas preguntas, pero que no quiero hacerlas, que solo voy a hacerle una: ¿por qué todo se está rompiendo?

                                                                                                                                Por Santiago Díaz Benavides- @santiescribe_

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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