Fernando Botero, quien realizó sus dos primeras exposición individuales en 1951, en Bogotá. / AFP
Foto: AFP - RAUL ARBOLEDA
En el toreo hay un ánimo de trascendencia soportado en una concentración casi mística, como la del pintor. Como la de Fernando Botero, quien antes de fascinarse con la pintura ya se había rendido ante este baile entre el humano, el trapo rojo y el animal. Fueron 140 óleos y 35 dibujos que el pintor realizó sobre este espectáculo durante sus más de 60 años de carrera artística. Para él fue más que un espectáculo: detrás de la tauromaquia hay conceptos: fuerza, riesgo, miedo, drama, arte, tiempo y muerte.
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com