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¿Cómo surgió el Festival de Liternatura de Honda?
Viene de un festival que se abrió en España en 2018. Lo inauguró Gabyi Martínez, escritor especializado en temas de naturaleza. Todo se ha hecho en Europa y es la primera vez que llega Liternatura a América Latina.
¿Qué es “liternatura”?
La fusión de la literatura y naturaleza.
Hablemos más de esto. ¿Por qué centrarse en el papel de la naturaleza en la literatura?
Es su papel en los relatos, en las guías de viaje, en las biografías de determinadas personas, en las novelas, la ficción y los ensayos. Queremos hablar de cómo ha estado representada y cómo se vive la relación de los autores con sus entornos naturales. Son muchos géneros, se puede abarcar de todo, pero el protagonista siempre tiene que ser la naturaleza.
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Dice usted que es una alternativa para identificarse, diferente como género y que además es urgente, ¿por qué?
Porque nos estamos cargando el universo. Estamos dañando el planeta. Los artistas deben tomar conciencia de que ellos alimentan las grandes transformaciones.
¿Cómo pueden los artistas ser los promotores de ese cambio que necesita el planeta?
El arte ha marcado la pauta de las grandes transformaciones, las culturas han marcado la pauta de los grandes cambios. Son los promotores de ese cambio porque crean un lenguaje simbólico que nos relaciona con lo que está más allá de lo que vemos cotidianamente.
Dice usted que los artistas nos enseñan a través de sus obras; es decir, usted está de acuerdo con que tienen una responsabilidad social y política con su sociedad…
Claro, yo creo que el arte tiene una responsabilidad social. La primera con la estética, que tiene una responsabilidad con la ética, y esta, a su vez, tiene una responsabilidad con la sociedad. Es la pescadilla que se muerde la cola: el artista tiene una responsabilidad ética con su trabajo porque lo tiene con la estética. Y la ética y la estética, para mí, son inseparables.
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¿Por qué este festival se realizará en Honda?
Honda es el punto de encuentro de dos grandes conceptos: patrimonio cultural y natural. Y todo se congrega en torno a una gran comunidad de pescadores y ciudadanos que han sabido seguir viviendo de la naturaleza y con la naturaleza, pero sin olvidar su historia y su pasado patrimonial. Han sabido mantener sus costumbres y tradiciones, y evolucionar con esa memoria para construir un futuro que respeta el pasado.
Usted habla de reflexionar sobre naturaleza y literatura, dos temas para los que se necesitan tiempo y disposición, pero el mundo va muy rápido…
La enfermedad del siglo XXI es la inmediatez. Y esta conduce obligatoriamente a la obsolescencia: todo lo que es inmediato está condenado a ser obsoleto. El tiempo de lo humano no es el tiempo de las máquinas, no es inmediato.
A qué se refiere con el que el tiempo de lo humano no es el de las máquinas...
Tardamos en crecer, tardamos en superar la infancia, en superar la adolescencia. Tardamos en entender. Cuando leemos lo tenemos que hacer despacio, para poder comprender, asimilar y poder interiorizar. Tardamos en reaccionar.
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Y el de la naturaleza. ¿Cómo ve esta tensión entre máquinas y naturaleza?
Es que la muestra de lo permanente, lo duradero y lo sostenible es la naturaleza, por eso es tan importante esta relación entre aprender a mirar, aprender a calmarse y a recuperar los tiempos que son humanos y biológicos, no maquinales. Nosotros somos los que debemos controlar a las máquinas y no las máquinas las que nos deben controlar a nosotros. Somos unos fracasados sociales. Si nos ganan las máquinas, perdemos la batalla, y la perdemos de verdad. Hay que recuperar el tiempo del humano y eso solo se puede hacer en la naturaleza.
¿Por qué eligieron el agua como protagonista de este primer festival en Honda?
Porque Honda es agua. Quisimos tener en cuenta sus ríos y lagunas. En Honda llueve más de 250 días al año: el nivel de humedad es alto, la vegetación aquí respira agua. Es la belleza hecha realidad.
Usted es español, ¿cómo terminó haciendo gestión cultural en Honda?
Por una frase muy sencilla que me gustó mucho: los colombianos nacemos donde queremos. Yo nací en España por equivocación, pero me siento mucho más latinoamericano. Colombia ha sido inmensamente generosa con mi familia y conmigo.
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¿Por qué se siente más colombiano que español?
Porque creo en esta forma que tiene América Latina de mirar a la gente. Aquí es mucho más importante el ser que el tener, y porque Europa se ha ido envejeciendo en torno a un conflicto continuo y permanente por temas económicos, mientras que en América Latina se sigue viendo a la gente a los ojos.
Más allá del significado formal, hablemos del alma de su profesión: ¿qué significa la gestión cultural?
Gestionar cultura es importante porque la única profesión que piensa en el país que quiere tener es la cultura. La cultura es el perfecto punto de encuentro entre lo que fuimos y lo que queremos ser. Poner a dialogar la memoria de lo que fuimos y la proyección de lo que queremos ser es el presente de la cultura, y eso solo lo hace el gestor cultural.
