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Festival OFF de teatro, la fiesta teatral es cada día más grande

El público llenó las salas de teatro en abril. El festival organizado por Rodrigo Rodríguez culminó con éxito su 4ta edición.

Juanpablo Gómez
21 de abril de 2022 - 06:59 p. m.
"El Festival OFF es la invitación a disfrutar de un arte vivo donde el público deja de ser un ente pasivo y se convierte en co-creador de experiencias".
"El Festival OFF es la invitación a disfrutar de un arte vivo donde el público deja de ser un ente pasivo y se convierte en co-creador de experiencias".
Foto: Cortesía Ditirambo Teatro

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Cada dos años, durante semana santa, Bogotá se llena de teatro. Sumado a las representaciones de la pasión y muerte de Jesús que se toman las calles de algunos barrios de la ciudad, los habitantes de la capital pueden disfrutar de una gran variedad de espectáculos escénicos. Hace ocho años nació en el teatro Ditirambo de Bogotá un festival de carácter social, sin apoyo de grupos empresariales ni bancos, que este año acaba de celebrar su cuarta edición: El festival OFF.

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Un evento de 17 días con la participación de 97 grupos, 27 salas (5 fuera de Bogotá), programación académica y 151 funciones es la apuesta por darle visibilidad a casi 500 artistas de diferentes lugares del país. Un esfuerzo que requiere de tiempo y pasión ya que paralelo al Festival OFF se celebran otros dos festivales. Por un lado está el FESTA (Festival de Teatro Alternativo) que está por cumplir 20 años desde su primera edición y que ininterrumpidamente sigue motivando la reflexión a partir de la creación y la investigación escénica. Por otro lado, encontramos al Festival Iberoamericano con más de 30 años de trayectoria, reconocido a nivel mundial y que cuenta con apoyo del estado, la banca y la empresa privada. Sacar adelante el festival OFF con boletería a precios cuidados no es tarea fácil, es aquí donde aparece el cooperativismo, el trabajo de quienes administran las salas, de artistas y gestores culturales independientes que se unen para presentarle al público una oleada de expresiones escénicas que durante el resto del año tienen baja visibilidad. El público llenó las salas bogotanas en semana santa, disfrutó los 3 festivales, dando a entender a los artistas escénicos que el encuentro presencial es una necesidad, aunque el mundo contemporáneo nos empuje a seguir metidos en la pantalla, la humanidad se resiste y busca el encuentro, el reencuentro, el abrazo y el placer de ver mujeres y hombres jugando, presentando y representando su potencial poético. “Es ahora cuando comienza el verdadero reto del festival”, dice Rodrigo Rodriguez, fundador y director del festival OFF, pues terminada la temporada de festivales el público deja de asistir a las salas con el mismo ímpetu.

Es por esto que a medida que el sector teatral crece en la ciudad (y el país) se hacen necesarias acciones como “la escuela de espectadores” promovida por el mismo Rodrigo Rodríguez y otros artistas que reconocen al público como un grupo de individuos que le aportan a la creación artística no solo desde el pago de la boleta sino desde la experiencia reflexiva y crítica que permite a la sociedad abrir nuevos caminos de comunicación y por ende de reconocimiento y perdón.

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En el 2022, tras dos años de mucha incertidumbre para las artes vivas, se demuestra que la labor de quienes no dan el brazo a torcer da frutos. Se hace cada vez más notoria la importancia de quienes deciden seguir creando con la motivación de unir seres humanos en experiencias sensibles y promoviendo el acceso al arte a todos los sectores de la sociedad. El festival OFF une agrupaciones jóvenes con grupos de trayectoria, salas tradicionales con nuevos escenarios y, lo más importante, artistas con nuevos espectadores.

El cierre del festival, a cargo del Teatro Popular de Medellín y su obra El Amargo Sabor De Las Mandarinas demuestra el carácter descentralizado del OFF y nos recuerda que el teatro colombiano, aunque cambie sus recursos estéticos, sigue escudriñando los mismos temas desde hace más 100 años: La guerra, la memoria, la justicia, el dolor y la violencia. El teatro sigue vivo a pesar de las pantallas, continúa siendo ese lugar de preguntas incómodas, seres fantásticos y mundos imposibles.

El Festival OFF es la invitación a disfrutar de un arte vivo donde el público deja de ser un ente pasivo y se convierte en co-creador de experiencias. Recuerden que las salas continúan abiertas todo el año, la programación teatral no se detiene y los artistas les esperan para hacerles cómplices de sus creaciones

Por Juanpablo Gómez

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