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“No leo para divertirme, ni para pasar el rato, ni para conciliar el sueño; yo, que vivo en un país donde la gente sabe leer y escribir desde quince generaciones atrás, bebo para que el texto me despierte, para que la lectura me produzca escalofríos”, dijo Hanta, el personaje principal del libro Una soledad demasiado ruidosa, del escritor checo Bohumil Hrabal. Y podría ser uno de los tantos sentidos que un lector le ha encontrado a la literatura, al sumergimiento en la lectura. Es uno de los propósitos de El Gimnasio Sabio Caldas: poner en el centro a las humanidades y la lectura para que sus estudiantes gocen de los efectos del estremecimiento que produce la lectura, pero, sobre todo, solucionen sus problemas a través del diálogo. A que logren interpretar los signos de su entorno y del mundo, reclamando el derecho de contar su propia historia.
Su rector, el escritor Santiago Espinosa, cree que la literatura, a la manera de las madres y las abuelas de los estudiantes, es la posibilidad más natural de construir un entramado afectivo: “Ciudad Bolívar se ha denominado la ciudad autoconstruida, de hecho así se llama un museo del barrio El Paraíso, porque se hizo con las manos de sus propios habitantes, no solamente por la arquitectura, sino también por los oficios, por las labores. Cada casita quizás sea el resultado del trabajo de una abuela o una mamá, que, tejiendo, haciendo envueltos de mazorca o desplazándose a otro lugar para realizar labores de cuidado, sacó adelante a su familia. Esas mujeres también fueron las que les contaron a sus hijos las historias del desplazamiento, de la violencia. Las que muchas veces conjuraron, por decirlo así, con la literatura, los hilos rotos de un país”.
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Según Espinosa, pensaron en un festival de literatura en Arborizadora alta, en Ciudad Bolívar y en un colegio como el Gimnasio Sabio Caldas, para enfocarse en actos como el de escuchar historias juntos. “Así es que le hacemos un homenaje a esas mamás y a esas abuelas que, a través del tejido de sus historias, permitieron articular una comunidad. Irene Vallejo nos dice algo que para mí es muy inspirador: si bien del pasado conservamos el nombre de pocas autoras en comparación con los hombres, las palabras con las que hablamos de la literatura siguen siendo asociadas a los oficios femeninos. El hilo de la trama, urdir una historia, en fin. Juntar estos conceptos, literatura/tejido/historia, es lo que nos motiva a hacer esto. Nosotros quisiéramos creer que a través de la literatura podremos unir esas historias rotas para obtener un tejido multicolor parecido a la vida misma y a la diversidad que tenemos en el barrio. En Arborizadora alta hay habitantes provenientes de 140 municipios de Colombia, y eso supone volver a reunirnos al rededor de la literatura, como los antiguos alrededor de la hoguera”, dijo el rector para este diario.
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¿Por qué un festival? Cuáles sería los efectos de que los estudiantes conozcan a los autores que leen. Por qué estas conversaciones son valiosas…
Bogotá, como la novela de Dickens, es la historia de dos ciudades, la del norte y la del sur. Hay una especie de barrera invisible entre las dos. Es muy difícil que un estudiante de colegio del sur comparta con uno de colegio del norte, como si existiera una especie de apartheid educativo. El Sabio caldas es un intento por acercar esas dos ciudades, por generar espacios en donde estos estudiantes debatan juntos, estudien juntos, se críen juntos. De ahí nadie la expectativa del festival con respecto a la literatura, que es tan importante para nosotros: en las humanidades está la posibilidad de acercar distancias.
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Para Espinosa, quien además es autor de libros de poesía como “Cuaderno de California”, cree que en esa barrera de las ciudades, muchos habitantes del sur piensan que la literatura es algo que se escribe y se valida en el centro y norte de la ciudad. “Por supuesto que se han hecho esfuerzos valerosos en espacios como la Biblioteca el Tunal, pero sigue existiendo este imaginario en los estudiantes. Que los autores que ellos leen en sus clases vayan al colegio y compartan con ellos, es una forma de entender que a literatura, más allá de un ejercicio pasivo, puede ser un diálogo que te permita encontrar tu lugar en esas historias”.
Para él, aproximarse a autores de la categoría de Cristian Valencia, Tania Gantisky o Andrea Mejía, le recuerda que uno también puede ser el autor de una historia común. “En lugares como el sur de esta ciudad se ha pensado que la historia no tiene que ver con ellos. Esta es una invitación para que sigan escribiendo. Me gusta pensar en un encuentro festivo para defender las humanidades y los libros. Después de pandemia, la Inteligencias Artifical, el Chat GPT y el resto de lo que encierra el mundo digital, se ha vuelto un tema común. Sí creo que estas son herramientas, pero estoy convencido de que la literatura es más importante. La literatura nos da la oportunidad de ser algo más que un robot”, concluyó.
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El Gimnasio Sabio Caldas es un colegio público colombiano, confiado en la modalidad de administración a la Fundación Gimnasio Moderno. Desde su fundación, en el año 2000, ha tenido como proyección transformar a la comunidad de Arborizadora Alta a través de una educación integral y de calidad, que les permita a las familias mejores oportunidades, y que cambie a través de las aulas la representación que normalmente tiene la ciudad sobre la localidad de Ciudad Bolívar.
Este año se realizará la primera edición del Festival de Literatura Tren al Sur. Este encuentro tiene como propósito un acercamiento entre los autores y los estudiantes o los vecinos del barrio. El objetivo principal será que puedan conversar con los autores que han leído en las clases. Que la comunidad se reúna en torno a los libros sin la necesidad de desplazarse hacia el centro o hacia el norte de la ciudad.
Serán más de 20 invitados para esta primera edición, entre los que se destacan nombres como el de Yolanda Reyes y Alonso Sánchez Baute, Celso Román y Patricia Lara, Ramón Cote y Cristian Valencia, Tania Gantisky, Andrea Mejía y Federico Diaz-Granados. El encuentro también contará con la participación de colectivos del barrio como Mayaelo o los Escritores de la Montaña, y con la participación de estudiantes autores de la localidad de Ciudad Bolívar.
Programación: