“Fire shut up in my bones”, la apuesta por volver a las raíces de la ópera
La obra del compositor Terence Blanchard cuenta la historia del escritor Charles M. Blow, relatada en su libro del mismo nombre.
Andrea Jaramillo Caro
La noche del 28 de septiembre se hizo historia en el escenario del Metropolitan Opera: por primera vez en sus 141 años de historia se presentó una producción compuesta y escrita por personas afroamericanas. “Fire shut up in my bones”, la segunda ópera del compositor Terence Blanchard, fue la encargada de reabrir el telón del Lincoln Center para el Met e inaugurar su temporada 2021-2022 tras año y medio sin presentaciones, a causa de la pandemia.
La ópera estrenada por primera vez en 2019 en el teatro de St. Louis cuenta la historia de Charles M. Blow, el escritor y periodista del New York Times.
“Fire shut up in my bones” contiene las memorias de su autor desde su infancia y detalles de la experiencia en su comunidad. El sábado 23 de octubre fue su última presentación a través de una transmisión en vivo para cines de todo el mundo.
El cambio de escenario de St. Louis a Nueva York supuso que la obra en sí misma ampliara su formato y evolucionara. “Ampliamos un par de escenas, escribí una nueva Aria para la madre. Escribí una pequeña obertura para el principio. Y luego a muchas líneas de palabras habladas también se les dieron líneas melódicas. Son pequeñas cosas que hicimos, pero marcan una diferencia sustancial”, afirmó Blanchard.
Desde enero de 2021, Blanchard comenzó a trabajar en los ajustes necesarios para su estreno de septiembre e incluso desde antes el equipo del Met ya había comenzado a trabajar en los diseños.
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El compositor de jazz, quien también ha hecho bandas sonoras para películas, cuenta que su interés en esta historia comenzó por la forma en la que Blanchard fue evolucionando como profesional y ser humano. “Charles fue un poco diferente en su propia comunidad. Fue rechazado y abusado sexualmente por un miembro de la familia. Superó todo esto para convertirse en un escritor realmente brillante que ha tenido un enorme éxito. Este es el tipo de cosas que desea promover para otras personas que están pasando por cosas similares. A pesar de que sucedió cuando eran niños, para ellos, todavía se siente como si fuera ayer. Sé que puede ser algo muy doloroso, pero Charles es un ejemplo brillante de cómo superar esas cosas, así que su historia necesitaba ser contada”.
La primera ópera de Blanchard, “Champion”, se estrenó en 2013. Antes de eso no había tenido mucho interés en componer una, solo en escucharlas. “Fue una tarea formidable para mí. La ópera de St. Louis me comisionó una obra y antes de eso no había pensado en componer”.
El proceso de composición que para una película tomaría seis semanas, toma dos años para una ópera. “A lo largo de todo, cuando termino con mi proceso creo que lo que más me interesa es cómo se junta en el escenario con los cantantes y actores y bailarines y disfraces e iluminación. Esa parte es realmente poderosa para mí. Ahí es donde realmente cobra vida”.
Entre el género musical que venía trabajando y el género lírico hay algunas diferencias, aunque el compositor encuentra más similitudes entre sus experiencias trabajando con ambos. “El jazz es, en realidad, algo similar a escribir óperas, sin palabras, sin actores, porque estoy escribiendo cosas basadas en lo que siento. La diferencia en la ópera es que estamos tratando de contar una historia más larga. Cuando hago música para mis discos no duran más de 75 minutos, pero esta es una narrativa que tiene que ser tratada en un transcurso de tiempo de dos horas. Contar una historia sucinta y tener un libreto que sea muy claro es el primer paso. Sí hay diferencias técnicas, pero intencional y creativamente son lo mismo, aunque los estilos de música son muy diferentes”.
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Ese libreto con el que Blanchard trabajó para crear su música estuvo a cargo de la directora de cine Kasi Lemmons, quien también dirigió la miniserie de Netflix, ‘Madam C.J Walker: Una mujer hecha a sí misma’.
Blanchard recuerda que uno de los desafíos a los que se enfrentó con Lemmons fue la gran cantidad de contenido que querían incluir: de haber tenido todos los elementos que contemplaron, esta sería una obra mucho más larga y al final tuvieron que tomar la decisión de hacer cortes.
“La ópera ya no se siente como si fuera mía. Los actores tomaron posesión de ella. Creo que les pertenece por la forma en que la han tomado y han hecho suyo el libreto y la música. La forma en la que están actuando ha ido más allá de mis sueños”, afirma Blanchard.
El compositor recuerda que incluso antes de su llegada para los ensayos en agosto, los actores y cantantes ya estaban listos para comenzar a trabajar en las jornadas previas a la apertura. “El tiempo de ensayo fue hermoso. Todos vinieron listos para dar lo mejor de ellos. Nos sentamos el primer día y solo hablamos sobre la importancia de esta pieza. Y luego, desde ese momento, se trató del asunto de armarlo trabajando todos los días de 11 a 6 de la tarde. Fue una experiencia hermosa pero agotadora”.
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El entorno que rodea a Blanchard es su mayor fuente de inspiración, incluso las sirenas de autos que se escuchaban durante la entrevista. “Siendo un amante de la música y frente a la abrumadora tarea de tratar de mantener la atención de la gente durante dos horas, intenté usar todo lo que tenía a mi disposición para contar una historia y tener a la audiencia, para realmente mejorar los flujos de esa historia, así que todo se convirtió en una influencia. Quise asegurarme de tener muchas variables diferentes para mantener a las personas interesadas en lo que estaban escuchando”.
La presentación de esta ópera en el escenario del Met ha sido calificada como “histórica”. “Quiero que sientan el poder de la historia de Charles. Espero que puedan relacionarse o sentir empatía por lo que pasó y, con suerte, salir de todo el asunto conmovidos y conscientes de lo que sucede en nuestra comunidad. Espero que al terminar sientan que pueden conquistarlo todo”.
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El Metropolitan Opera ya comisionó a Terence Blanchard su tercera ópera. Con este nuevo proyecto y la presentación de ‘Fire shut up in my bones’, espera enviar un mensaje para que la ópera comience a abrir sus puertas a todos en la industria, no sólo patrocinadores, también actores, libretistas, compositores, entre otros.
“La ópera fue inicialmente la música para la gente y parece que algunas facetas del mundo se olvidaron de eso, así que se convirtió en un mundo elitista. Con la venta de entradas en apuros es increíble que la gente quiera mantener el status-quo, en lugar de hacer historias que se relacionen con la vida de las personas, que es lo que hicieron esos compositores, que es lo que hizo Verdi: crearon historias relacionadas con la vida de las personas en el tiempo. Debería haber otras cosas en el plato para las personas que quieren verse a sí mismas en el escenario, nuevas historias de todos los ámbitos de la vida, de todas las razas, de todos los géneros. Eso es lo que espero para el futuro”, concluyó el compositor.
La noche del 28 de septiembre se hizo historia en el escenario del Metropolitan Opera: por primera vez en sus 141 años de historia se presentó una producción compuesta y escrita por personas afroamericanas. “Fire shut up in my bones”, la segunda ópera del compositor Terence Blanchard, fue la encargada de reabrir el telón del Lincoln Center para el Met e inaugurar su temporada 2021-2022 tras año y medio sin presentaciones, a causa de la pandemia.
La ópera estrenada por primera vez en 2019 en el teatro de St. Louis cuenta la historia de Charles M. Blow, el escritor y periodista del New York Times.
“Fire shut up in my bones” contiene las memorias de su autor desde su infancia y detalles de la experiencia en su comunidad. El sábado 23 de octubre fue su última presentación a través de una transmisión en vivo para cines de todo el mundo.
El cambio de escenario de St. Louis a Nueva York supuso que la obra en sí misma ampliara su formato y evolucionara. “Ampliamos un par de escenas, escribí una nueva Aria para la madre. Escribí una pequeña obertura para el principio. Y luego a muchas líneas de palabras habladas también se les dieron líneas melódicas. Son pequeñas cosas que hicimos, pero marcan una diferencia sustancial”, afirmó Blanchard.
Desde enero de 2021, Blanchard comenzó a trabajar en los ajustes necesarios para su estreno de septiembre e incluso desde antes el equipo del Met ya había comenzado a trabajar en los diseños.
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El compositor de jazz, quien también ha hecho bandas sonoras para películas, cuenta que su interés en esta historia comenzó por la forma en la que Blanchard fue evolucionando como profesional y ser humano. “Charles fue un poco diferente en su propia comunidad. Fue rechazado y abusado sexualmente por un miembro de la familia. Superó todo esto para convertirse en un escritor realmente brillante que ha tenido un enorme éxito. Este es el tipo de cosas que desea promover para otras personas que están pasando por cosas similares. A pesar de que sucedió cuando eran niños, para ellos, todavía se siente como si fuera ayer. Sé que puede ser algo muy doloroso, pero Charles es un ejemplo brillante de cómo superar esas cosas, así que su historia necesitaba ser contada”.
La primera ópera de Blanchard, “Champion”, se estrenó en 2013. Antes de eso no había tenido mucho interés en componer una, solo en escucharlas. “Fue una tarea formidable para mí. La ópera de St. Louis me comisionó una obra y antes de eso no había pensado en componer”.
El proceso de composición que para una película tomaría seis semanas, toma dos años para una ópera. “A lo largo de todo, cuando termino con mi proceso creo que lo que más me interesa es cómo se junta en el escenario con los cantantes y actores y bailarines y disfraces e iluminación. Esa parte es realmente poderosa para mí. Ahí es donde realmente cobra vida”.
Entre el género musical que venía trabajando y el género lírico hay algunas diferencias, aunque el compositor encuentra más similitudes entre sus experiencias trabajando con ambos. “El jazz es, en realidad, algo similar a escribir óperas, sin palabras, sin actores, porque estoy escribiendo cosas basadas en lo que siento. La diferencia en la ópera es que estamos tratando de contar una historia más larga. Cuando hago música para mis discos no duran más de 75 minutos, pero esta es una narrativa que tiene que ser tratada en un transcurso de tiempo de dos horas. Contar una historia sucinta y tener un libreto que sea muy claro es el primer paso. Sí hay diferencias técnicas, pero intencional y creativamente son lo mismo, aunque los estilos de música son muy diferentes”.
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Ese libreto con el que Blanchard trabajó para crear su música estuvo a cargo de la directora de cine Kasi Lemmons, quien también dirigió la miniserie de Netflix, ‘Madam C.J Walker: Una mujer hecha a sí misma’.
Blanchard recuerda que uno de los desafíos a los que se enfrentó con Lemmons fue la gran cantidad de contenido que querían incluir: de haber tenido todos los elementos que contemplaron, esta sería una obra mucho más larga y al final tuvieron que tomar la decisión de hacer cortes.
“La ópera ya no se siente como si fuera mía. Los actores tomaron posesión de ella. Creo que les pertenece por la forma en que la han tomado y han hecho suyo el libreto y la música. La forma en la que están actuando ha ido más allá de mis sueños”, afirma Blanchard.
El compositor recuerda que incluso antes de su llegada para los ensayos en agosto, los actores y cantantes ya estaban listos para comenzar a trabajar en las jornadas previas a la apertura. “El tiempo de ensayo fue hermoso. Todos vinieron listos para dar lo mejor de ellos. Nos sentamos el primer día y solo hablamos sobre la importancia de esta pieza. Y luego, desde ese momento, se trató del asunto de armarlo trabajando todos los días de 11 a 6 de la tarde. Fue una experiencia hermosa pero agotadora”.
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El entorno que rodea a Blanchard es su mayor fuente de inspiración, incluso las sirenas de autos que se escuchaban durante la entrevista. “Siendo un amante de la música y frente a la abrumadora tarea de tratar de mantener la atención de la gente durante dos horas, intenté usar todo lo que tenía a mi disposición para contar una historia y tener a la audiencia, para realmente mejorar los flujos de esa historia, así que todo se convirtió en una influencia. Quise asegurarme de tener muchas variables diferentes para mantener a las personas interesadas en lo que estaban escuchando”.
La presentación de esta ópera en el escenario del Met ha sido calificada como “histórica”. “Quiero que sientan el poder de la historia de Charles. Espero que puedan relacionarse o sentir empatía por lo que pasó y, con suerte, salir de todo el asunto conmovidos y conscientes de lo que sucede en nuestra comunidad. Espero que al terminar sientan que pueden conquistarlo todo”.
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El Metropolitan Opera ya comisionó a Terence Blanchard su tercera ópera. Con este nuevo proyecto y la presentación de ‘Fire shut up in my bones’, espera enviar un mensaje para que la ópera comience a abrir sus puertas a todos en la industria, no sólo patrocinadores, también actores, libretistas, compositores, entre otros.
“La ópera fue inicialmente la música para la gente y parece que algunas facetas del mundo se olvidaron de eso, así que se convirtió en un mundo elitista. Con la venta de entradas en apuros es increíble que la gente quiera mantener el status-quo, en lugar de hacer historias que se relacionen con la vida de las personas, que es lo que hicieron esos compositores, que es lo que hizo Verdi: crearon historias relacionadas con la vida de las personas en el tiempo. Debería haber otras cosas en el plato para las personas que quieren verse a sí mismas en el escenario, nuevas historias de todos los ámbitos de la vida, de todas las razas, de todos los géneros. Eso es lo que espero para el futuro”, concluyó el compositor.