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                                                                                                                                Fragmento del libro “No espero hacer ese viaje” (Extractos literarios)

                                                                                                                                El ministro de Educación, Alejandro Gaviria, lanza “No espero hacer ese viaje”. En él aborda el evento más dramático de la literatura en el siglo XX: el suicidio del escritor austriaco Stefan Zweig con su esposa Charlotte Altmann, en 1942. Zweig era amigo de Germán Arciniégas (entonces ministro de educación de Colombia) quien lo invitó a vivir en Bogotá. Fragmento del segundo capítulo, titulado “Una época de locura”.

                                                                                                                                Alejandro Gaviria

                                                                                                                                "No espero hacer ese viaje" es el sexto libro de Alejandro Gaviria en los últimos siete años. Publicado por la editorial Ariel, "aborda el evento más dramático de la literatura en el siglo XX: el suicidio del escritor austriaco Stefan Zweig con su esposa Charlotte Altmann, en Petrópolis, Brasil, en febrero de 1942.
                                                                                                                                Foto: Cortesía

                                                                                                                                Prestarse a los demás, entregarse solo a sí mismo

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Leí el ensayo de Montaigne sobre la vida pública, sus sacrificios y recompensas, en las semanas previas a mi entrada a la política electoral colombiana. Ya estaba pensando en este libro, y la curiosidad me fue llevando de una lectura a la siguiente: de Feder a Zweig, y de Zweig a Montaigne. Leí el capítulo con la inquietud que tiene lugar cuando una lectura no planeada, azarosa, resulta reveladora, casi un regalo del destino. Las coincidencias siempre producen una sensación extraña. Uno quiere agradecer por haber encontrado justo lo que necesitaba sin haberlo buscado.

                                                                                                                                Releí el ensayo seis meses después de una campaña presidencial intensa, transformadora, en algunos sentidos, y agobiante en otros, ya no en busca de consejos sino de explicaciones, de un mejor entendimiento de estos meses convulsos. Cuatrocientos años después, las palabras de Montaigne, sus quejas sobre la erosión del debate público, parecen describir la situación actual en Colombia y en el mundo, los ánimos exaltados y la enemistad corrosiva de la política: “Heme maravillado en mi época de la poco juiciosa y prodigiosa facilidad de los pueblos para dejarse llevar y para dejar manejar su fe y esperanza […] la pasión les ahoga totalmente el sentido y el entendimiento. A su discernimiento no le queda más elección que lo que les sonríe y lo que reconforta su causa”.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Le recomendamos: “La flauta mágica”: Mozart es invitado a Colombia

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                                                                                                                                Stefan Zweig encontró una copia de los Ensayos de Michel de Montaigne tirada en el sótano de su casa de Petrópolis. Por azar, encontró una especie de revelación, un testimonio de la resistencia y la reciedumbre del espíritu humano. Escribió su último ensayo como una celebración de esa coincidencia. Yo también quiero celebrar la lectura de Montaigne en un momento de aprendizaje personal. En mí trasegar por la política, no siempre he logrado mantener el desapego y la ecuanimidad recomendados por Montaigne. Pero ahora, ya en retrospectiva, y en cumplimiento de la promesa personal de escribir este libro, sus ideas representan un consuelo, un aliento para seguir adelante. Dice Montaigne:

                                                                                                                                “Mi intervención tampoco me ha satisfecho a mí mismo, mas he llegado más o menos a lo que me había prometido y he superado por mucho lo que había prometido a aquellos con los que habría de trabajar: suelo prometer menos de lo que puedo conseguir. Seguro estoy de no haber dejado ni ofensa ni odio. En cuanto a dejar nostalgia y deseo por mí, sé al menos que no los he buscado demasiado”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                "No espero hacer ese viaje" es el sexto libro de Alejandro Gaviria en los últimos siete años. Publicado por la editorial Ariel, "aborda el evento más dramático de la literatura en el siglo XX: el suicidio del escritor austriaco Stefan Zweig con su esposa Charlotte Altmann, en Petrópolis, Brasil, en febrero de 1942.
                                                                                                                                Foto: Cortesía

                                                                                                                                Prestarse a los demás, entregarse solo a sí mismo

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Leí el ensayo de Montaigne sobre la vida pública, sus sacrificios y recompensas, en las semanas previas a mi entrada a la política electoral colombiana. Ya estaba pensando en este libro, y la curiosidad me fue llevando de una lectura a la siguiente: de Feder a Zweig, y de Zweig a Montaigne. Leí el capítulo con la inquietud que tiene lugar cuando una lectura no planeada, azarosa, resulta reveladora, casi un regalo del destino. Las coincidencias siempre producen una sensación extraña. Uno quiere agradecer por haber encontrado justo lo que necesitaba sin haberlo buscado.

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                                                                                                                                “Mi intervención tampoco me ha satisfecho a mí mismo, mas he llegado más o menos a lo que me había prometido y he superado por mucho lo que había prometido a aquellos con los que habría de trabajar: suelo prometer menos de lo que puedo conseguir. Seguro estoy de no haber dejado ni ofensa ni odio. En cuanto a dejar nostalgia y deseo por mí, sé al menos que no los he buscado demasiado”.

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