Frank Takuma: “Ser rapero no significa que tengas que rapear”
El cantautor de hip hop y trap lanzará su nuevo álbum, “Plan Perfecto”, el 18 de agosto en Boro Room (calle 55 n.° 13-51), en compañía de otros artistas invitados como Ruzto, Solitario Soldado y Lela MC, entre otros.
Danelys Vega Cardozo
Su gusto por el rap se afianzó cuando se trasladó a vivir de Ibagué a Bogotá. ¿Qué lo cautivó de este género musical?
Yo nunca decidí escoger este género del hip hop; ni siquiera sabía que existía cuando comencé a incursionar en él. Después, cuando empecé a escuchar unos ritmos tan agresivos, pero a la vez con unos pensamientos tan profundos, dije: “¡Qué es esto!”, porque yo vengo de una familia que escucha salsa, merengue y vallenato, y no todo en esos géneros hablan de cosas interesantes; si no hablan de amor, hablan de desamor, y la salsa habla de calle, pero muy poco, en cambio el rap te habla de todo y a profundidad. El rap es tan real que tú cuentas lo que sientes tal como es y no importa lo que diga la gente. Entonces encontré historias dentro de las canciones de rap con las que me sentía identificado, como las peleas en la casa, escapar a la calle y vivir cosas en ella, y soñar en ser grande y un artista.
A pesar de eso que menciona, ¿piensa que el rap le ha arrebatado algo?
Sí, claro… Pienso que el rap es algo maravilloso, pero, como todo, atrae cosas negativas, entonces depende de nosotros si aceptamos eso o más bien un camino positivo. A mí el rap me ha quitado muchos momentos importantes de mi vida. Por ejemplo, no pude acompañar a mis dos hermanas en sus matrimonios porque estaba de gira. A veces mis familiares han estado enfermos o han fallecido y yo no he podido estar con ellos en su último momento, porque estaba en otras ciudades o países o haciendo música. Pude haberlos acompañado, pero sí lo hacía, habría perdido la oportunidad de hacer esto. En ese momento me decía: “Está bien, ya compartí con esta persona. Esa alma entenderá que tengo que seguir mi curso”. Y esos son los sacrificios que toca hacer.
Usted perteneció a Aerophon Crew. En la actualidad, ¿qué significa esta agrupación en su vida?
Es mi única agrupación y creo que será la única que tendré en la vida. Empecé a trabajar en ese proyecto cuando era un niño y me trajo cosas muy bonitas, empezando por la transformación en mi forma de pensar y ver la vida. La agrupación me sacó de un camino que no era: el de la calle y las drogas. Aerophon Crew también cambió mi pensamiento sobre trabajar en una empresa en donde tuviera que cumplir ciertas leyes y normas, que tal vez me impidieran avanzar como persona y trabajador, y me llevó por este camino en donde puedes ser tu propio jefe, líder y tomar tus propias decisiones.
¿Es decir que piensa continuar solo con el proyecto de solista?
Sí… Realmente agradezco mucho este proyecto de solista, porque si no fuera por eso, no habría conocido el Frank Takuma artista que soy hoy. No hubiese conocido muchas cosas musicales, como hacer coros, poder escribir otro tipo de cosas en otros ritmos, conocer otro equipo de trabajo, y otros lugares y público.
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De hecho, ha estado en países como Francia, China, Brasil y España. ¿Cómo lo han enriquecido esas experiencias en el aspecto musical?
Esas experiencias me han dado demasiado porque he conocido a otros raperos y artistas, y eso me ha alimentado al momento de escribir una canción, grabar o escuchar otros géneros. Entonces, he aprendido que tú vas a seguir siendo rapero en cualquier género que cantes; si rapeas allí vas a seguir siéndolo, porque tu esencia no cambia siempre y cuando tú no cambies con las demás personas. Aquí en Colombia es un poco difícil eso, porque la gente cree que si haces otro género, ya no eres el rapero, en cambio en otros países no es así, y eso es muy bonito porque la música es universal. Cuando me doy cuenta de eso, vengo a Colombia a hacer lo mismo: a enseñarle a la gente, a los que están aprendiendo, que no importa lo que hagan, que hagan lo que sientan, porque eso son ellos; si tú eres rapero y te gusta el rap, vas a seguir toda la vida siéndolo, porque ser rapero no significa solo rapear.
Es un estilo de vida…
Exacto. Hay gente que rapea y no es rapera, como sucede con muchos participantes de las competencias de freestyle; ellos no saben que es el hip hop, pero rapean y ganan y lo hacen bien. Así que ser rapero no significa que tengas que rapear; si tú amas el hip hop y te gusta vestirte así o ayudas a las personas de esta cultura, tú ya eres rapero. Entonces, cuando entiendo todo eso gracias a los viajes, me doy cuenta de que a veces la gente se cierra mucho y no es consciente de que la música es amor.
¿Por qué apostarle al arte desde la música?
Porque lo intenté de otras formas, pero fui muy malo: haciendo grafitis, dibujando, bailando break dance. También creo que la música es algo que viene desde muy pequeño, porque mi papá no fue músico, pero tenía una guitarra y tocaba unas cuantas canciones, y eso me gustaba. Además, mi mamá me inscribía en concursos de canto de música ranchera; yo lo odiaba, entre otras cosas, porque me daba pena. Pero todo eso a la final va desarrollando algo en ti, que cuando conoces la música, te conectas con algo. Más allá del ritmo del hip hop, lo que me conectó fue el tema de escribir.
¿Y de dónde surgen sus composiciones?
Siento que de lo más sencillo: de las cosas que las personas no detallan por el afán de vivir. La gente por su afán de salir y buscar dinero, desayunan rápido, pelean con las personas, no ven que hay sol y no respiran bien.
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¿Y usted sí lo hace?
Claro. Entonces, yo lo que hago es resaltar los pequeños detalles en las canciones para que la gente los recuerde al escucharme.
“Honor a quien honor merece”, lanzado en 2014, fue su primer disco como solista. ¿Cómo se ha transformado desde ese entonces?
Ha habido muchas transformaciones. Cuando hice Honor a quien honor merece seguía con la agrupación y estaba muy arraigado a las costumbres del grupo, tanto musicalmente como lo referente a la imagen. En el segundo álbum, De vuelta al sol, empiezo con un trabajo que creo que no he culminado, pero sí he llegado a una fase muy alta: un trabajo energético, espiritual y mental. En Honor a quien honor merece, como lo dice su nombre, solo quería agradecerles a las personas que estaban conmigo, pero uno no tiene que hacer eso, uno tiene que agradecerle a todo el mundo, tanto los que está como los que no, porque todos ellos nos dejan un aprendizaje. Entonces, Cuando hice De vuelta al sol, mi segundo álbum, comienzo a transformar un poco mi psique, mi conciencia, y empiezo a preguntarme: ¿quién soy? ¿Para dónde voy?, a filosofar, que es el principio fundamental del ser humano. Además, escribirlo me trajo un equipo de trabajo tranquilo, entre ellos Young Tiller, mi productor, y eso era lo que buscaba porque yo me empecé a desenfocar.
¿A qué se refiere?
Cuando empecé con Aerophon Crew lo hice desde cero: yo trabajaba como mesero, empacando granos, descargando panela. Cuando la agrupación explota, nuestras vidas cambian totalmente. Entonces, a raíz de eso, mejoró mi estilo de vida, pero al mismo tiempo, la música me trajo un camino que no lo supe manejar: el de las drogas, las mujeres, los placeres en exceso. Todas esas cosas no las juzgo, pero sé que todo en exceso es malo. Me empecé a ir por otros lados y se me comenzaron a cerrar muchas oportunidades. Ya cuando toqué fondo con todo eso, cuando, literalmente, estuve a punto de morir y vuelvo otra vez a despertar y abrir los ojos, me dije: “Yo nací para otras cosas. Yo soy un mensajero de vida. ¿Por qué dejar a un lado lo que me hizo brillar desde un principio?”.
¿Y su propósito musical se transformó a raíz de eso?
Sí, demasiado. Como todo niño soñador de la música, uno quiere llenar tarimas, que todo el mundo le escriba a uno, ser famoso, vivir en una mansión, y eso no está mal, pero antes de que todo eso pase, necesito terminar de aprender y consolidar quien soy internamente. Cuando cambié toda mi manera de pensar y ser, me di cuenta de que ya estaba en otra etapa como ser humano, hombre y músico, que era la que soñaba cuando lancé mi segundo álbum. Ahora soy el Frank Takuma que me imaginaba: viviendo de la música, estando tranquilo (que es lo más importante), despertándome feliz todos los días, viajando, haciendo música y estando con gente real.
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¿Antes no había gente real?
No… Estaba lleno de mucha gente falsa. Ahora, en mi equipo somos cuatro y con eso es suficiente; como Leónidas: “Somos 300″.
Hablemos de una frase que dijo en otra entrevista: “Trabaja siempre con personas más inteligentes que tú”.
Esa es una estrategia muy importante y la encontré en un libro de psicología. Trabajar con personas más inteligente que tú no significa que sean mejores o peores que tú, pero sí quiere decir que te van a ayudar a crecer en el área que desconoces. Por eso, siempre hay que pensar como ese dicho: “Acércate al árbol que mejor sombra te dé”. Ahora, hay que saber escoger: hay que trabajar con personas inteligentes, pero siempre teniendo en cuenta su personalidad, quiénes son.
En la canción “Millonario”, que hace parte de “Plan perfecto”, su nuevo álbum, usted afirma: “Porque no muere quien se va, sino el que no se encuentra”. ¿Cuál es la diferencia?
Hay una diferencia muy grande. Hay personas que están en su cumpleaños número 80, pero murieron a los 20. Hay personas que murieron a sus 20 y vivieron todo ese tiempo, y quedan vivas para las demás personas. Morir es un término que creamos en Occidente, porque en Oriente morir es transformarse. Entonces, depende de cómo lo veas. Estamos en un cuerpo que se va a pudrir y dañar, pero nosotros seguimos, y cuando te das cuenta de eso, tú no te mueres, te transformas. Cuando la gente entienda eso, se dará cuenta de que cada día es importante. Si llegaste aquí es por algo, no naciste porque sí, sino con un propósito, pero la gente no lo busca. Así que no muere quien se va, porque es fijo que todos morirán, pero después de la muerte quién eres tú: ¿hiciste algo en la vida? ¿Dejaste una huella a tu núcleo familiar, a tu barrio, a tu mundo? ¿Hiciste algo por la gente?... ¿No lo hiciste? Entonces moriste al nacer.
Decía que la gente no busca su propósito. ¿Cuál es el suyo?
Aún no lo tengo muy claro, pero hasta el momento creo que es ser un mensajero. Es decir, dejar un legado o un camino a las personas que me escuchan o entienden lo que estoy haciendo. Entonces, mi propósito es mostrarle a la gente lo que estoy viendo en estos momentos y guiarlos.
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Haciendo referencia a la letra de la canción homónima de su nuevo álbum, ¿cree que siempre hay un plan perfecto?
Pienso que el plan perfecto lo tenemos todos: desde que nacemos está escrito, obviamente hay una forma de cambiarlo si queremos, porque el destino lo podemos transformar con cualquier mínima cosa que suceda en el día, pero también podemos dejar fluir todo y, cuando eso pasa, estamos dejando llegar el plan perfecto, que es universal.
Hablemos ahora de una afirmación de la canción “Siete”: “Entendí que siempre hay luz cuando nunca quieres nada”. ¿Cómo lo entendió?
Lo que pasa es que cuando llegan esos momentos de oscuridad, tienes dos opciones, no hay más: o sales o te hundes. He tocado los círculos del infierno, he visto muchas cosas y, al estar allí, hay una pequeña luz intermitente que está en ese cuarto oscuro, que es la llave, la salida. Así que yo he tomado la decisión de salir de allí. Cuando digo esa frase, me refiero a que siempre va a haber esa luz intermitente, siempre va a haber una salida, lo que pasa es que de tanta oscuridad nosotros no buscamos, nos perdemos, somos ciegos. Entonces, siempre va a haber una luz, y no importa si es mínima, ella puede iluminar toda tu vida, solo es tomarla.
Su gusto por el rap se afianzó cuando se trasladó a vivir de Ibagué a Bogotá. ¿Qué lo cautivó de este género musical?
Yo nunca decidí escoger este género del hip hop; ni siquiera sabía que existía cuando comencé a incursionar en él. Después, cuando empecé a escuchar unos ritmos tan agresivos, pero a la vez con unos pensamientos tan profundos, dije: “¡Qué es esto!”, porque yo vengo de una familia que escucha salsa, merengue y vallenato, y no todo en esos géneros hablan de cosas interesantes; si no hablan de amor, hablan de desamor, y la salsa habla de calle, pero muy poco, en cambio el rap te habla de todo y a profundidad. El rap es tan real que tú cuentas lo que sientes tal como es y no importa lo que diga la gente. Entonces encontré historias dentro de las canciones de rap con las que me sentía identificado, como las peleas en la casa, escapar a la calle y vivir cosas en ella, y soñar en ser grande y un artista.
A pesar de eso que menciona, ¿piensa que el rap le ha arrebatado algo?
Sí, claro… Pienso que el rap es algo maravilloso, pero, como todo, atrae cosas negativas, entonces depende de nosotros si aceptamos eso o más bien un camino positivo. A mí el rap me ha quitado muchos momentos importantes de mi vida. Por ejemplo, no pude acompañar a mis dos hermanas en sus matrimonios porque estaba de gira. A veces mis familiares han estado enfermos o han fallecido y yo no he podido estar con ellos en su último momento, porque estaba en otras ciudades o países o haciendo música. Pude haberlos acompañado, pero sí lo hacía, habría perdido la oportunidad de hacer esto. En ese momento me decía: “Está bien, ya compartí con esta persona. Esa alma entenderá que tengo que seguir mi curso”. Y esos son los sacrificios que toca hacer.
Usted perteneció a Aerophon Crew. En la actualidad, ¿qué significa esta agrupación en su vida?
Es mi única agrupación y creo que será la única que tendré en la vida. Empecé a trabajar en ese proyecto cuando era un niño y me trajo cosas muy bonitas, empezando por la transformación en mi forma de pensar y ver la vida. La agrupación me sacó de un camino que no era: el de la calle y las drogas. Aerophon Crew también cambió mi pensamiento sobre trabajar en una empresa en donde tuviera que cumplir ciertas leyes y normas, que tal vez me impidieran avanzar como persona y trabajador, y me llevó por este camino en donde puedes ser tu propio jefe, líder y tomar tus propias decisiones.
¿Es decir que piensa continuar solo con el proyecto de solista?
Sí… Realmente agradezco mucho este proyecto de solista, porque si no fuera por eso, no habría conocido el Frank Takuma artista que soy hoy. No hubiese conocido muchas cosas musicales, como hacer coros, poder escribir otro tipo de cosas en otros ritmos, conocer otro equipo de trabajo, y otros lugares y público.
Le invitamos a leer: El tesoro sonoro de las cuencas hidrográficas de Buenaventura
De hecho, ha estado en países como Francia, China, Brasil y España. ¿Cómo lo han enriquecido esas experiencias en el aspecto musical?
Esas experiencias me han dado demasiado porque he conocido a otros raperos y artistas, y eso me ha alimentado al momento de escribir una canción, grabar o escuchar otros géneros. Entonces, he aprendido que tú vas a seguir siendo rapero en cualquier género que cantes; si rapeas allí vas a seguir siéndolo, porque tu esencia no cambia siempre y cuando tú no cambies con las demás personas. Aquí en Colombia es un poco difícil eso, porque la gente cree que si haces otro género, ya no eres el rapero, en cambio en otros países no es así, y eso es muy bonito porque la música es universal. Cuando me doy cuenta de eso, vengo a Colombia a hacer lo mismo: a enseñarle a la gente, a los que están aprendiendo, que no importa lo que hagan, que hagan lo que sientan, porque eso son ellos; si tú eres rapero y te gusta el rap, vas a seguir toda la vida siéndolo, porque ser rapero no significa solo rapear.
Es un estilo de vida…
Exacto. Hay gente que rapea y no es rapera, como sucede con muchos participantes de las competencias de freestyle; ellos no saben que es el hip hop, pero rapean y ganan y lo hacen bien. Así que ser rapero no significa que tengas que rapear; si tú amas el hip hop y te gusta vestirte así o ayudas a las personas de esta cultura, tú ya eres rapero. Entonces, cuando entiendo todo eso gracias a los viajes, me doy cuenta de que a veces la gente se cierra mucho y no es consciente de que la música es amor.
¿Por qué apostarle al arte desde la música?
Porque lo intenté de otras formas, pero fui muy malo: haciendo grafitis, dibujando, bailando break dance. También creo que la música es algo que viene desde muy pequeño, porque mi papá no fue músico, pero tenía una guitarra y tocaba unas cuantas canciones, y eso me gustaba. Además, mi mamá me inscribía en concursos de canto de música ranchera; yo lo odiaba, entre otras cosas, porque me daba pena. Pero todo eso a la final va desarrollando algo en ti, que cuando conoces la música, te conectas con algo. Más allá del ritmo del hip hop, lo que me conectó fue el tema de escribir.
¿Y de dónde surgen sus composiciones?
Siento que de lo más sencillo: de las cosas que las personas no detallan por el afán de vivir. La gente por su afán de salir y buscar dinero, desayunan rápido, pelean con las personas, no ven que hay sol y no respiran bien.
Le recomendamos: Ángel Salazar: “Siempre algo dentro de mí no me dejaba tocar fondo”
¿Y usted sí lo hace?
Claro. Entonces, yo lo que hago es resaltar los pequeños detalles en las canciones para que la gente los recuerde al escucharme.
“Honor a quien honor merece”, lanzado en 2014, fue su primer disco como solista. ¿Cómo se ha transformado desde ese entonces?
Ha habido muchas transformaciones. Cuando hice Honor a quien honor merece seguía con la agrupación y estaba muy arraigado a las costumbres del grupo, tanto musicalmente como lo referente a la imagen. En el segundo álbum, De vuelta al sol, empiezo con un trabajo que creo que no he culminado, pero sí he llegado a una fase muy alta: un trabajo energético, espiritual y mental. En Honor a quien honor merece, como lo dice su nombre, solo quería agradecerles a las personas que estaban conmigo, pero uno no tiene que hacer eso, uno tiene que agradecerle a todo el mundo, tanto los que está como los que no, porque todos ellos nos dejan un aprendizaje. Entonces, Cuando hice De vuelta al sol, mi segundo álbum, comienzo a transformar un poco mi psique, mi conciencia, y empiezo a preguntarme: ¿quién soy? ¿Para dónde voy?, a filosofar, que es el principio fundamental del ser humano. Además, escribirlo me trajo un equipo de trabajo tranquilo, entre ellos Young Tiller, mi productor, y eso era lo que buscaba porque yo me empecé a desenfocar.
¿A qué se refiere?
Cuando empecé con Aerophon Crew lo hice desde cero: yo trabajaba como mesero, empacando granos, descargando panela. Cuando la agrupación explota, nuestras vidas cambian totalmente. Entonces, a raíz de eso, mejoró mi estilo de vida, pero al mismo tiempo, la música me trajo un camino que no lo supe manejar: el de las drogas, las mujeres, los placeres en exceso. Todas esas cosas no las juzgo, pero sé que todo en exceso es malo. Me empecé a ir por otros lados y se me comenzaron a cerrar muchas oportunidades. Ya cuando toqué fondo con todo eso, cuando, literalmente, estuve a punto de morir y vuelvo otra vez a despertar y abrir los ojos, me dije: “Yo nací para otras cosas. Yo soy un mensajero de vida. ¿Por qué dejar a un lado lo que me hizo brillar desde un principio?”.
¿Y su propósito musical se transformó a raíz de eso?
Sí, demasiado. Como todo niño soñador de la música, uno quiere llenar tarimas, que todo el mundo le escriba a uno, ser famoso, vivir en una mansión, y eso no está mal, pero antes de que todo eso pase, necesito terminar de aprender y consolidar quien soy internamente. Cuando cambié toda mi manera de pensar y ser, me di cuenta de que ya estaba en otra etapa como ser humano, hombre y músico, que era la que soñaba cuando lancé mi segundo álbum. Ahora soy el Frank Takuma que me imaginaba: viviendo de la música, estando tranquilo (que es lo más importante), despertándome feliz todos los días, viajando, haciendo música y estando con gente real.
Le puede interesar: Juan David Correa y su llegada al Ministerio de Cultura: entrevista
¿Antes no había gente real?
No… Estaba lleno de mucha gente falsa. Ahora, en mi equipo somos cuatro y con eso es suficiente; como Leónidas: “Somos 300″.
Hablemos de una frase que dijo en otra entrevista: “Trabaja siempre con personas más inteligentes que tú”.
Esa es una estrategia muy importante y la encontré en un libro de psicología. Trabajar con personas más inteligente que tú no significa que sean mejores o peores que tú, pero sí quiere decir que te van a ayudar a crecer en el área que desconoces. Por eso, siempre hay que pensar como ese dicho: “Acércate al árbol que mejor sombra te dé”. Ahora, hay que saber escoger: hay que trabajar con personas inteligentes, pero siempre teniendo en cuenta su personalidad, quiénes son.
En la canción “Millonario”, que hace parte de “Plan perfecto”, su nuevo álbum, usted afirma: “Porque no muere quien se va, sino el que no se encuentra”. ¿Cuál es la diferencia?
Hay una diferencia muy grande. Hay personas que están en su cumpleaños número 80, pero murieron a los 20. Hay personas que murieron a sus 20 y vivieron todo ese tiempo, y quedan vivas para las demás personas. Morir es un término que creamos en Occidente, porque en Oriente morir es transformarse. Entonces, depende de cómo lo veas. Estamos en un cuerpo que se va a pudrir y dañar, pero nosotros seguimos, y cuando te das cuenta de eso, tú no te mueres, te transformas. Cuando la gente entienda eso, se dará cuenta de que cada día es importante. Si llegaste aquí es por algo, no naciste porque sí, sino con un propósito, pero la gente no lo busca. Así que no muere quien se va, porque es fijo que todos morirán, pero después de la muerte quién eres tú: ¿hiciste algo en la vida? ¿Dejaste una huella a tu núcleo familiar, a tu barrio, a tu mundo? ¿Hiciste algo por la gente?... ¿No lo hiciste? Entonces moriste al nacer.
Decía que la gente no busca su propósito. ¿Cuál es el suyo?
Aún no lo tengo muy claro, pero hasta el momento creo que es ser un mensajero. Es decir, dejar un legado o un camino a las personas que me escuchan o entienden lo que estoy haciendo. Entonces, mi propósito es mostrarle a la gente lo que estoy viendo en estos momentos y guiarlos.
Le invitamos a leer: “La búsqueda del arte está en el arte mismo”: Elevn
Haciendo referencia a la letra de la canción homónima de su nuevo álbum, ¿cree que siempre hay un plan perfecto?
Pienso que el plan perfecto lo tenemos todos: desde que nacemos está escrito, obviamente hay una forma de cambiarlo si queremos, porque el destino lo podemos transformar con cualquier mínima cosa que suceda en el día, pero también podemos dejar fluir todo y, cuando eso pasa, estamos dejando llegar el plan perfecto, que es universal.
Hablemos ahora de una afirmación de la canción “Siete”: “Entendí que siempre hay luz cuando nunca quieres nada”. ¿Cómo lo entendió?
Lo que pasa es que cuando llegan esos momentos de oscuridad, tienes dos opciones, no hay más: o sales o te hundes. He tocado los círculos del infierno, he visto muchas cosas y, al estar allí, hay una pequeña luz intermitente que está en ese cuarto oscuro, que es la llave, la salida. Así que yo he tomado la decisión de salir de allí. Cuando digo esa frase, me refiero a que siempre va a haber esa luz intermitente, siempre va a haber una salida, lo que pasa es que de tanta oscuridad nosotros no buscamos, nos perdemos, somos ciegos. Entonces, siempre va a haber una luz, y no importa si es mínima, ella puede iluminar toda tu vida, solo es tomarla.